La salud sexual no trata solo de la ausencia de enfermedad.
Las relaciones positivas basadas en el respeto mutuo, la empatía y la comprensión son piedra angular de la salud y el bienestar sexuales.
Al celebrar el Día Mundial de la Salud Sexual este año, las relaciones positivas se convierten en centro de atención. En efecto, cuando las parejas priorizan la salud sexual de cada uno de sus miembros, y entienden que es una responsabilidad compartida, mejoran la comunicación, la confianza y los resultados de salud reproductiva.
Una clave para desarrollar relaciones positivas es la educación sexual integral, que es el proceso de enseñar los aspectos emocionales, físicos y sociales de la sexualidad. Esto empodera a todas y todos, en especial a las mujeres y las niñas, para establecer buenas relaciones y proteger su salud y sus derechos sexuales y reproductivos.
El acceso a información de calidad promueve el uso de servicios de salud sexual y reproductiva, que permiten la prevención, detección temprana y tratamiento del VIH y otras infecciones de transmisión sexual. La educación sexual también fomenta debates objetivos y sin prejuicios sobre temas delicados, que pueden ayudar a las y los jóvenes a comprender cuestiones de salud sexual y comunicarse eficazmente sobre estas.
La expresión de la salud y el bienestar sexuales en las relaciones debe disfrutarse sin temor a la violencia. Toda persona que supere la edad legal de consentimiento debe tener la oportunidad de entablar relaciones que no solo sean seguras y saludables, sino también profundamente satisfactorias y enriquecedoras.
En las relaciones positivas se respetan las opciones y se mantiene la autonomía. Sin embargo, la violencia de género es alarmantemente frecuente, y los esfuerzos de prevención y respuesta requieren con urgencia inversiones y apoyo político.
El UNFPA promueve la salud sexual en todo el mundo, abogando por el derecho de todas las personas a la autonomía corporal y apoyando el acceso a servicios esenciales de salud sexual y reproductiva, sin discriminación. Tanto en tiempos de estabilidad como de crisis, el UNFPA trabaja para garantizar el acceso a los anticonceptivos, a la educación sexual integral, a la salud materna y a los servicios para prevenir y responder a la violencia de género y las prácticas nocivas, como la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil.
“Cuando las mujeres y las niñas pueden tomar las decisiones más fundamentales sobre sus cuerpos, no solo ganan en términos de autonomía, sino también a través de los avances en salud y educación, ingresos y seguridad”, declaró la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem. “Estos se suman a un mundo de mayor justicia y bienestar humanos, lo cual nos beneficia a todas y todos”.
