Según los agoreros demográficos, el mundo está repleto de personas y ya prácticamente no cabe un alfiler. Algunos políticos, comentaristas de medios de comunicación e incluso intelectuales sostienen que los problemas que sufrimos a escala internacional (como la inestabilidad económica, el cambio climático y las guerras por el control de los recursos) tienen su origen en la superpoblación: en el exceso de demanda frente a la falta de oferta.
Describen un panorama en el que las tasas de natalidad se han descontrolado y son imposibles de frenar. Normalmente ponen en el punto de mira a comunidades pobres y marginadas, a las que desde hace mucho tiempo se caracteriza como personas que se reproducen en demasía y de forma irresponsable, pese a que son quienes menos contribuyen al deterioro del medio ambiente, entre otros problemas.
Plantea la supervivencia humana no como un logro, sino como un problema.
Desvía la atención de los verdaderos responsables de los problemas tangibles y urgentes que nos acechan y hace que sea más difícil que rindan cuentas por ellos.
Insinúa que hay que adueñarse de la libertad reproductiva de las mujeres como medio para resolver el problema de la “superpoblación”.
>>:DATO/1 Esperanza de vida
>>:DATO/2 Crecimiento demográfico
La mayor parte del incremento previsto de la población mundial de aquí a 2050 se explicará por el impulso del crecimiento en años anteriores.
Así pues, que los gobiernos tomen más medidas encaminadas a reducir la fecundidad apenas frenará el ritmo de crecimiento de aquí a 2050.
Según previsiones actuales
Con intentos de controlar la fecundidad y hacer disminuir la población
Crecimiento demográfico
>>:DATO/3 Emisiones
El 10% más rico de la población mundial genera la mitad del total de emisiones: por lo tanto, es un error vincular el aumento de las emisiones con el crecimiento demográfico.
En una encuesta que YouGov realizó a cerca de 8.000 personas en ocho países (el Brasil, Egipto, Francia, Hungría, la India, el Japón, Nigeria y los Estados Unidos), la opinión más extendida era que, en estos momentos, la población mundial es demasiado alta.
Las personas a las que se preguntó en el Brasil, Egipto, la India y Nigeria también pensaban que la tasa de fecundidad nacional era demasiado alta, pese a que en el Brasil y la India no llega a los 2,1 nacimientos por mujer, el punto que los especialistas consideran el “nivel de reemplazo”.
En 5 de los 8 países incluidos en la encuesta (el Brasil, Francia, Hungría, el Japón y los Estados Unidos) había más encuestados preocupados por el tamaño de la población mundial que por el de su propio país.
