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Cómo el UNFPA está involucrando a hombres y niños para cambiar actitudes perjudiciales y promover la igualdad de género

Tofig Sadikhov, quien tiene dos hijos, trabaja como facilitador del programa Papa School del UNFPA. © UNFPA Azerbaiyán
  • 10 Julio 2023

BAKÚ, Azerbaiyán/BAC GIANG, Viet Nam – Para muchas personas, descubrir el sexo de nacimiento de su bebé es motivo de celebración y revela al hijo o hija que siempre soñaron tener. En cambio, para otras puede ser una motivo de ansiedad, especialmente si piensan que podría ser una niña.

Hasta el día de hoy, las mujeres y las niñas están sistemáticamente infravaloradas en comparación con los hombres y los niños, a pesar de que se ha demostrado que la igualdad de género es una condición previa para avanzar en el desarrollo y reducir la pobreza. El empoderamiento de las mujeres y las niñas produce familias más sanas y productivas, economías más fuertes y un futuro más brillantes para las próximas generaciones.

Sin embargo, en muchos países se siguen priorizando las oportunidades de educación y empleo de los niños, en tanto que las niñas corren el riesgo de verse obligadas a contraer matrimonio precoz o infantil para aliviar la presión económica que pesa sobre las familias. A nivel mundial, las mujeres todavía ganan solo 77 centavos por cada dólar que gana un hombre, y realizan al menos 2,5 veces más trabajo no remunerado que los hombres. 

En el extremo de estas normas de género sesgadas está la cuestión de la preferencia por el hijo, que lleva a que se ponga término a los embarazos que se determine que producirán una niña, muchas veces por la fuerza, y quienes rechazan esa coacción corren riesgo de exclusión, violencia y abandono por parte de sus parejas y familiares.

Se estima que la preferencia por los hijos ha dado lugar a que haya 140 millones de mujeres “desaparecidas” y la proporción de sexos al nacer suele verse sesgada a favor de los niños. Tal desequilibrio de género puede tener impactos duraderos y perjudiciales en las sociedades y poner límite al progreso profesional de las mujeres y las niñas. También puede dar lugar a índices más altos de otras normas perjudiciales, como la violencia de género, la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil, todas las cuales representan un formidable obstáculo para lograr la igualdad de género.

Corregir el desequilibrio

A continuación analizamos cómo el UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas dedicado a promover la salud sexual y reproductiva, está desarrollando programas en varios países para contrarrestar esta discriminación y preparar a hombres y niños para que la combata, 

porque, como ha dicho la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem, “Si sacamos partido a todo el potencial de las mujeres y niñas —y fomentamos y colmamos sus aspiraciones vitales, familiares y profesionales—, estaremos movilizando la mitad del liderazgo, las ideas, la innovación y la creatividad que se necesitan para mejorar la sociedad”. 

Desafiando las normas en el programa “Papa School” en Azerbaiyán

En un país donde la preferencia por los hijos sigue siendo generalizada, Tofig Sadikhov, quien tiene dos hijos, afirmó que después de que su hija naciera y su esposa volviera a quedar embarazada, familiares y amigos le recordaban constantemente la importancia de tener "un hermano para su hija".

Sin embargo, el Sr. Sadikhov solo deseaba una cosa: un bebé sano. Niño o niña, él y su esposa creían que una criatura era de por sí una bendición. No obstante, en Azerbaiyán muchas personas piensan de manera distinta. Sus razones pueden ser económicas, ya que en Azerbaiyán los derechos de herencia y tierra pasan principalmente a través de los miembros masculinos de la familia, y los hombres a menudo perciben ingresos más altos. Las normas sociales también adjudican ciertos rituales religiosos y culturales a los hijos.

Sin embargo, incluso los estereotipos arraigados pueden ser cuestionados; un ejemplo de esto es el programa Papa School del UNFPA en Azerbaiyán. La iniciativa proporciona orientación para que los hombres se hagan socios más comprometidos e igualitarios, así como un espacio seguro para debatir y descubrir el modo en que la discriminación de género les afecta a ellos, a sus familias y a la sociedad.

El sr. Sadikhov reveló que muchos hombres se le acercaban después de las sesiones para expresar su pesar por haber intentado persuadir a sus parejas para que pusieran término a los embarazos de niñas.

“Durante las conversaciones y la capacitación con cientos de padres, resultaba estimulante presenciar la transformación de sus actitudes, observar la atmósfera de respeto mutuo y confianza, y ver cuántos entre ellos se estaban convirtiendo en mejores versiones de sí mismos”, concluyó.

Un grupo de personas aplaudiendo.
Una sesión del Club de Paternidad Responsable en la provincia de Bac Giang, Viet Nam © UNFPA Viet Nam

Trabajando en favor de la igualdad de género en Viet Nam

A más de 5.000 millas de distancia, en Viet Nam, el Sr. Nguyen* enfrentaba presiones similares: después de dos niñas, había comenzado a investigar formas de asegurar que el próximo embarazo de su esposa produjera un hijo.

Su proceso refleja los roles de género profundamente arraigados en la sociedad vietnamita. “Lo importante es continuar el linaje familiar, porque mi padre es el hijo mayor y yo soy su único hijo”.

Según el censo de Viet Nam de 2019, la proporción de sexos al nacer fue de 111,5 niños a 100 niñas ese año, mayor que la proporción biológicamente normal de unos 105 niños a 100 niñas. Esta distorsión es impulsada por la selección de sexo sesgada por el género, sin la cual se estima que se producirían 45.900 nacimientos femeninos en el país cada año.

Para luchar contra esto, el UNFPA colaboró con el Gobierno de Viet Nam y la Unión de Agricultores de Viet Nam para crear diez Clubes de Paternidad Responsable en las provincias de Bac Giang y Ba Ria-Vung Tau. Los clubes proporcionan un espacio para aprender sobre los roles de género en la sociedad, la crianza de los hijos y las maneras de superar la presión de tener hijos en lugar de hijas. En términos más generales, se ha demostrado que los clubes ayudan a más hombres a asumir responsabilidades en el hogar, y que menos personas piensan que cada familia debe tener al menos un hijo para continuar el linaje familiar.

El Sr. Nguyen afirmó que se siente menos preocupado por quién cuidará de él y de su esposa en su vejez, o por tener más hijos. “Basta con que las hijas se comporten bien y tengan éxito".

La lucha contra la desigualdad de género ha demostrado beneficios duraderos para toda la sociedad, pero la conciencia de su valor y contribuciones es esencial para cambiar comportamientos y creencias perjudiciales. Un miembro de un Club de Paternidad Responsable ha admitido que antes anhelaba tener un hijo.  "Pero después de participar en el club, entendí que el género de las y los hijos no es lo importante, sino si puedo criarlos bien”.

* Se ha cambiado el nombre para fines de privacidad y protección

 

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