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“Gaza está a punto de quebrarse”: Trabajadores de la salud y pacientes describen una catástrofe en desarrollo en Rafah

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El Dr. Mohamed Ragab atiende a Haneen, que tiene ocho meses de embarazo. El ginecólogo-obstetra ha establecido su práctica en un campamento de desplazados en Rafah, en el sur de Gaza, donde recibe hasta 70 mujeres todos los días. © UNFPA Palestina/Bisan Ouda
  • 14 de marzo de 2024

RAFAH, Franja de Gaza – El Dr. Mohamed Ragab trabajaba como ginecólogo y obstetra en el Complejo Médico Nasser de Khan Younis, en el sur de Gaza, pero después de que el centro de salud fuera bombardeado en febrero de 2023, hasta 70 mujeres al día lo visitan en una tienda de campaña instalada en un campamento para 40.000 personas desplazadas en Rafah.

“Este podría ser el único lugar en los campamentos de desplazados donde podemos proporcionar atención prenatal y del embarazo”, indicó el Dr. Ragab al UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que se encarga de la salud sexual y reproductiva, el cual ha ayudado a entregar suministros básicos al Dr. Ragab.

Solo el, de por sí hacinado, Hospital de Maternidad Al-Helal Emirati puede ofrecer servicios de salud en la zona, por lo que muchas embarazadas simplemente no tienen a dónde acudir. “Nuestro centro prenatal está en la arena: tenemos que estar en el campamento para estar más cerca de las mujeres y aliviar la presión que recibe el hospital”, explicó el Dr. Ragab. “No solo diagnosticamos, también entregamos medicamentos y ofrecemos tratamiento”.

Solo 12 de los 36 hospitales de toda Gaza siguen funcionando parcialmente, y solo dos prestan servicios de maternidad; sin embargo, en medio de este caos y catástrofe, unas 180 mujeres dan a luz todos los días. Haneen, de 30 años, está embarazada de ocho meses de su tercer hijo y ha sido desplazada cinco veces desde octubre. Ya vio al Dr. Ragab para un chequeo prenatal; su segundo chequeo durante todo su embarazo.

“Estoy muy cansada; una mujer embarazada se cansa de manera natural durante el embarazo mientras está en su propia casa, mucho más en las condiciones actuales”, dijo a UNFPA. “La falta de cuartos de baño y artículos esenciales, hace que la situación general sea insoportable”.

Desde la intensificación de las hostilidades en octubre de 2023, alrededor de 1,7 millones de personas han sido desplazadas en Gaza, y se estima que 1,5 millones se han hacinado en Rafah. Debido a que los alimentos, el combustible, el agua potable y los suministros médicos se encuentran en cantidades desesperadamente bajas, las enfermedades, las enfermedades, el hambre grave y la malnutrición aguda abundan, en particular entre las más de 155.000 mujeres embarazadas y lactantes y sus recién nacidos.

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Haneen ha sido desplazada cinco veces con sus tres hijos; esta es solo su segunda visita prenatal. “La situación es simplemente insoportable”, admitió al UNFPA. © UNFPA Palestina/Bisan Ouda

Las infecciones se propagan y disminuyen los medicamentos

Para las mujeres embarazadas y las nuevas madres, el embarazo seguro, la labor de parto y el parto son solo un obstáculo que superar. Las condiciones en los campamentos temporales en los que residen son precarias; cuando lo hay, los baños son compartidos entre cientos de personas y carecen de agua potable o productos de higiene.

Esto significa que ha aumentado considerablemente el riesgo de infección y propagación de enfermedades transmisibles, señala el Dr. Ragab. “La mayoría de los casos con los que tratamos son infecciones del tracto urinario por la falta de agua limpia, y algunas mujeres tienen infecciones ginecológicas e infecciones torácicas por estar expuestas al frío”, agregó.

“Los mayores riesgos que enfrentan son enfermedades como la hepatitis A, que se han propagado ampliamente. Una mujer embarazada es frágil; es más vulnerable. Puede infectarse muy rápidamente o su condición puede deteriorarse con suma facilidad.”

Con una población que apenas recibe una fracción de los alimentos, agua, medicamentos y suministros de salud críticos que se necesitan, en Gaza las enfermedades pueden fácilmente poner en peligro la vida. “Hay gran escasez de medicamentos importantes para las mujeres, como Clexane o heparina, que deberían estar disponibles y que pueden salvar vidas. Se supone que debo proporcionar estos medicamentos a las mujeres, pero no cuento con ellos”, se lamentó el Dr. Ragab.

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Los pacientes son evacuados del hospital Al Amal en Khan Yunis, en el sur de Gaza, en medio de un ataque a un hospital de campaña en Rafah. El Hospital Al Amal había sido objeto de intensos bombardeos y actualmente ya no está en funcionamiento. © UNFPA Palestina/Bisan Ouda

Luchar contra los elementos para alcanzar a las personas en peligro

En la medida de lo posible, el UNFPA proporciona suministros para atender las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres y niñas de Gaza. Se ha desplegado personal de salud para proporcionar atención prenatal y posnatal a mujeres embarazadas y lactantes en refugios en Deir al-Balah y Rafah y, junto con sus socios, el UNFPA ha apoyado hasta ahora más de la mitad de todos los nacimientos (21.000) en Gaza desde que comenzó la guerra.

Si bien el UNFPA está suministrando medicamentos vitales y desplegando equipos de salud en la medida de lo posible, para demasiadas mujeres este apoyo es simplemente imposible de alcanzar a tiempo. “Soy una persona que ve a otra ahogándose y trata de proporcionarle un chaleco salvavidas”, se describió el Dr. Ragab.

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Una máquina de ultrasonido en la arena en el centro prenatal del Dr. Ragab, instalado en un campamento de desplazados en Rafah que actualmente alberga a unas 40.000 personas. © UNFPA Palestina/Bisan Ouda

También se han distribuido decenas de miles de botiquines de maternidad, de dignidad, de higiene menstrual y de salud reproductiva y se están llevando a cabo sesiones de asesoramiento psicosocial y sensibilización sobre la violencia de género, especialmente dirigidas a los jóvenes y las mujeres que corren mayor riesgo de ser víctimas de abusos.

A medida que avanza el conflicto, el acceso se hace cada vez más difícil y las emergencias obstétricas y los nacimientos prematuros van en aumento. Después de una reciente visita al Hospital Al-Amal, de Rafah , la Jefa de la Oficina del UNFPA en Gaza, Judith Starkulla, describió escenas de “ambulancias bombardeadas y hospitales gravemente dañados, pero todavía las mujeres buscaban asistencia médica y daban a luz”.

“Los hospitales ya no son lugares de esperanza, ni de refugio o cuidado, esto no puede continuar así”, se quejó. “Gaza está a punto de quebrarse, y esto ocurrirá muy pronto”.

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