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Opciones imposibles en Gaza: “Las mujeres están dando a luz prematuramente debido al terror”

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El hospital de maternidad Al-Helal Al-emirati de Rafah es uno de los pocos centros de salud en funcionamiento en el sur de Gaza. Las parteras traen al mundo a más de 70 bebés al día en condiciones extremas y a pesar de que están muy mal aprovisionadas. © UNFPA Palestina/Bisan Ouda
  • 23 Febrero 2024

Rafah, FRANJA DE GAZA “Fue una jornada agotadora: manejamos 78 casos en una sola noche”. Sólo hay cinco camas para partos en el hospital de maternidad Al-Helal Al-Emirati de Rafah, donde trabaja la partera Samira Hosny Qeshta.

Este es uno de los pocos hospitales en funcionamiento en el sur de Gaza. El UNFPA, el organismo de salud sexual y reproductiva de las Naciones Unidas, ha proporcionado suministros esenciales, como medicamentos y kits de salud reproductiva y materna, pero la pequeña instalación no está preparada para hacer frente a este nivel de desastre.

“Todas las personas desplazadas se han acercado a la ciudad de Rafah, toda la carga está sobre nosotros”, señaló la Sra. Qeshta. “Hay muy pocas parteras, muy pocas camas y muy pocos médicos”.

Al describir el horror, el personal cita un sinfín de pacientes heridos y enfermos, incluidas mujeres embarazadas, nuevas madres y bebés. Los recién nacidos siguen muriendo debido a que la madre no pudo asistir a los controles prenatales o posnatales, o porque no hay ningún centro al cual acudir.

Como explicó la Sra. Qeshta, “la mayoría de las embarazadas dejaron de asistir a las visitas de seguimiento desde su séptimo mes. Ahora vienen a dar a luz sin saber qué esperar”.

Los incesantes bombardeos, que las obligan a huir por seguridad y miedo, también están cobrando el más alto precio, manifestó con preocupación el Dr. Ahmed Al Shaer, especialista pediátrico del hospital. “Es el resultado del terror y la ansiedad [...] que conducen al parto prematuro. Tales casos son un desafío incluso en días ordinarios, así que imagínense ahora. Es una situación trágica”.

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Suhad Matar, de 36 años, que hizo el arduo viaje desde su casa en Jabalia hasta Rafah en estado de embarazo, dio a luz más tarde por cesárea en el hospital de maternidad Al-Helal Al-Emirati, apoyado por el UNFPA. © UNFPA Palestina/Bisan Ouda

Una crisis de salud pública

El aumento de las emergencias obstétricas se produce a medida que las otras instalaciones de salud de Gaza sufren una presión insoportable. Las enfermedades infecciosas abundan en los refugios repletos e inseguros, así como en los hospitales, que también están siendo atacados, en tanto que el hambre, la deshidratación y la muerte acechan en cada esquina.

Se trata de una lucha desequilibrada por la vida para los recién nacidos. “Tenemos que poner cuatro o cinco bebés en una incubadora... La mayoría no sobrevivirá”, se lamentó el Dr. Al Shaer. 

Abundan las infecciones causadas por baños y duchas insalubres, lo que representa peligro especialmente para las embarazadas y los niños pequeños. “La mayoría de las mujeres viene con infecciones”, explicó la Sra. Qeshta. “Los baños son compartidos y las infecciones se transmiten fácilmente; la ropa interior no se puede cambiar con frecuencia, y todo esto contribuye a las infecciones”.

Más de las tres cuartas partes de la población de Gaza se ha visto obligada a abandonar sus hogares desde el estallido del conflicto; muchas de esas personas han debido evacuar distintas zonas varias veces. La mayoría vive hoy en condiciones miserables y peligrosas, sin refugio de la violencia y solo una tienda endeble que la proteja del viento, la lluvia y el frío. En medio de esta catástrofe, cerca de 5.500 mujeres deberán dar a luz en el próximo mes con apenas acceso a asistencia médica, y sobre más de 155.000 mujeres embarazadas y lactantes pende un alto riesgo de desnutrición.

Hay muchas personas atrapadas en Rafah, que incluso antes de la escalada de las hostilidades era una de las zonas más densamente pobladas de Gaza. Ahora su población se ha incrementado en un 500 %, es decir, más de 1, 4 millones de palestinos están bajo amenaza de una inminente ofensiva terrestre israelí.

Entre estas personas está Suhad Matar, de 36 años, quien hizo el arduo viaje desde Jabalia embarazada después de que la casa de su familia fuera bombardeada. “Cada vez que llueve, la tienda se inunda y debemos esperar días para que las camas se sequen. Hoy se ha programada hacerme una cesárea, pero después volveré al mismo sufrimiento”.

Además de las terribles condiciones de vida, no tiene las necesidades básicas para cuidar a su recién nacido, ni incluso a sí misma. “La ropa que tengo es solo para el día del parto; nada más. La tienda es muy, muy fría, no importa cuánto nos cubramos. Lo que más me preocupa es cómo mantener [a mi recién nacido] caliente”.

El propio parto la llena de ansiedad. “Nos dijeron que debíamos traer un colchón y una almohada para dormir en la sala y dar a luz”.

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En el hospital de maternidad Al-Helal Al-emirati, de Rafah, donde trabaja la partera Samira Hosny Qeshta, la falta de suministros, medicamentos y electricidad obliga a poner cuatro o cinco recién nacidos juntos en una incubadora. © UNFPA Palestina/Bisan Ouda

Temor por el futuro

Para quienes logran asegurar una cama, el parto está plagado de incertidumbres. La Sra. Qeshta describió un aborto reciente. “La paciente ni siquiera sabía… simplemente no sintió movimiento por un tiempo y eso fue todo. Y, por supuesto, no había hecho una visita de seguimiento: se trata de una persona desplazada, que vive en una tienda de campaña. ¿Qué la traería aquí?”

Desde el 7 de octubre se han producido más de 360 ataques contra centros de salud en Gaza; los que siguen en pie (y su personal) sufren bajo la presión de salvar vidas sin contar con el equipo adecuado. “Estamos en crisis”, manifestó la Sra. Qeshta. “No tenemos suficiente instrumental. Traemos al mundo criaturas y ni siquiera tenemos sábanas; nacen directamente en la cama de cuero.»

“Mientras una mujer da a luz, traemos otro caso, y no hay cama en que acostarla. A la recién parida le decimos, 'Levántate y siéntate en una silla'. No hay higiene, no hay privacidad [...] Con condiciones miserables”.

Las entregas del UNFPA continúan en la medida de lo posible

En los casos en que el acceso lo permite, el UNFPA ha estado distribuyendo medicamentos y equipo esenciales a los centros de salud de toda Gaza, entre ellos el hospital Al-Helal Al-Emirati de Rafah. Las entregas incluyen suministros de maternidad, posparto y salud reproductiva, incluso para emergencias obstétricas, así como kits de dignidad y kits de gestión de la higiene menstrual.

El UNFPA también proporcionó transferencias únicas de efectivo a mujeres vulnerables y organizó sesiones de prevención y respuesta a la violencia de género. No obstante, se necesita mucho más a medida que las comunidades y los hospitales se ven cada vez más diezmados y el sistema de salud en Gaza pende de un hilo.

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