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Los aparatos portátiles de ultrasonido traen un rayo de esperanza a las embarazadas en medio de la crisis en la República Democrática del Congo

Kavira Kamate, partera del UNFPA, le practica un examen de ultrasonido a Anita Bosco, de 35 años, en el centro de salud de Kanyaruchinya en Kivu Norte, cerca del campamento de Bujari para personas desplazadas por la violencia en curso en la República Democrática del Congo. © UNFPA DRC/Junior Mayindu
  • 27 de septiembre de 2023

PROVINCIA DE KIVU DEL NORTE, República Democrática del Congo – “A la mayoría de las mujeres aquí nunca se les ha hecho un examen de ultrasonido, a pesar de que en promedio ya han dado a luz más de cinco veces”, explicó Charmante Sibamza, una partera en Nyiragongo, en la provincia de Kivu del Norte.

Hay más de 20 embarazadas esperando en bancos en el centro de salud de Kanyaruchinya para ver a una de las dos parteras para una consulta. Hay una sensación de entusiasmo entre las mujeres: Las parteras habían organizado una sesión de grupo para explicar la importancia de las consultas prenatales y, específicamente, de un nuevo aparato de ultrasonido portátil.

“Este es mi séptimo parto, pero es la primera vez que me hacen un ultrasonido”, aclaró Anita Bosco, de 35 años, mientras miraba con atención las imágenes en la pantalla de un celular.

“Me encanta saber que voy a tener gemelos, y que me digan cuándo nacerán. Esto me permitirá prepararme mejor para el nacimiento de mis bebés… ¡Voy a tener que buscar más recursos porque la familia está creciendo rápido!”

El esposo de la Sra. Bosco perdió recientemente su trabajo transportando mercancías en bicicleta, ya que la creciente inseguridad de la crisis que actualmente afecta a la República Democrática del Congo ha hecho que sea demasiado peligroso moverse, y dado su avanzado estado de embarazo, la Sra. Bosco ya no puede apoyar a la familia vendiendo carbón al lado del camino, como solía hacerlo.

Como a muchas otras personas en su comunidad, la situación la ha dejado muy vulnerable, y los servicios gratuitos que se prestan en el centro, que cuenta con el apoyo del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que tiene a su cargo los asuntos relacionados con la salud sexual y reproductiva, ofrecen un poco de alivio.

En las provincias orientales de Ituri, Kivu del Norte y Kivu del Sur, el conflicto en curso ha obligado a unos 5,5 millones de personas a huir de sus hogares, 220.000 de las cuales son mujeres embarazadas con escaso acceso a la atención médica más básica, una situación que puede fácilmente poner en peligro la vida.

Adaptación de la atención sanitaria humanitaria

El centro de salud de Kanyaruchinya se encuentra cerca del improvisado campamento de Bujari, en las afueras de Goma, creado para las personas desplazadas por la creciente violencia en el este del país. Se prestan servicios de salud sexual y reproductiva (incluidas la atención obstétrica de emergencia, la planificación familiar y el apoyo posterior a la violación) a las mujeres y niñas de las comunidades de acogida y de refugiados, la mayoría de las cuales han sido desarraigadas repetidamente de sus hogares y tienen ingresos muy limitados.

Los escáneres de ultrasonido son una versión simplificada de las máquinas más avanzadas que generalmente se ven en las salas de maternidad: Al funcionar desde un teléfono móvil conectado a una sonda, el dispositivo ligero y portátil está bien adaptado a contextos humanitarios precarios, que a menudo tienen electricidad escasa y poco fiable, y en que se ofrece acceso deficiente o nulo a centros de salud.

A UNFPA midwife uses a mobile phone screen to show a woman an ultrasound scan of her womb.
En la pantalla de un teléfono móvil, Charmante Sibamza, partera del UNFPA, le muestra a Ainkamise Twiyombe, de 35 años, una imagen de ultrasonido de su útero. El centro de salud de Kanyaruchinya atiende a personas remitidas por una de las clínicas móviles del UNFPA en el campamento de Bujari. © UNFPA DRC/Junior Mayindu

Una de las 15 trabajadoras de la salud cualificadas del centro de Kanyaruchinya, la Sra. Sibamza, utiliza los aparatos ultrasonidos en los centros de salud y en las clínicas móviles establecidas hasta ahora por el UNFPA en los sitios de desplazamiento en la provincia de Kivu del Norte.

“Esto contribuirá a reducir las muertes maternas”, explicó. “Las máquinas ayudan a detectar posibles problemas durante el embarazo y el parto, y a tomar decisiones apropiadas”.

Nikamiye Twiyombe, de 35 años, es una de las personas que huyeron hacia otras zonas del país; abandonó su hogar en el pueblo de Kibumba y caminó ocho horas para llegar al campamento en Kanyaruchinya, donde se está refugiando junto con decenas de miles de personas más.

Para la Sra. Twiyombe, tener acceso a tecnología como esta en las profundidades de un campo de desplazados estrecho es una fuente de consuelo.

“Esta es la primera vez que me examinan con esta máquina”, dijo. “Me mostraron que el bebé se está moviendo, que está vivo, y me dijeron que debo dar a luz en octubre”.

 

Llegando a las mujeres y niñas más vulnerables

Las seis máquinas de ultrasonido, que han sido financiadas por Japón, han realizado más de 600 escaneos desde su lanzamiento en junio de 2023. En el primer semestre del año, el centro de salud ha recibido a casi 2.200 mujeres para consultas prenatales y ha registrado más de 1.100 nacimientos asistidos por personal cualificado.

“Estoy muy contenta”, admitió Twiyombe al UNFPA. “El embarazo es un momento de incertidumbre, pero con esta máquina estoy tranquila, porque vi al bebé moverse con mis propios ojos”.

El centro de salud de Kanyarucinya está ayudando a cerrar una brecha peligrosa en la atención de la salud materna en la República Democrática del Congo, especialmente en las zonas devastadas por el conflicto. El país ya tenía una de las tasas más altas de muertes maternas en el mundo antes de la crisis actual, en que tres mujeres morían cada hora por embarazo y complicaciones relacionadas con el parto.

An IDP camp that is a temporary home to tens of thousands of people.
La actual crisis en las zonas orientales de la República Democrática del Congo ha obligado hasta ahora a unos 5,5 millones de personas a huir de sus hogares; 220.000 de esas personas son mujeres embarazadas. © UNFPA DRC/Junior Mayindu

El UNFPA sigue trabajando sobre el terreno para mejorar las condiciones de millones de mujeres y niñas, y ha lanzado un llamamiento de más de 18 millones de dólares hasta finales de 2023 para fortalecer los servicios de salud reproductiva y prevenir y responder a la erupción de la violencia sexual en las provincias orientales.

Hasta la fecha solo una quinta parte del llamamiento ha sido financiada.

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