Existen numerosos instrumentos internacionales y regionales que han puesto de manifiesto la magnitud del género en cuestiones relacionadas con los derechos humanos, y el más importante de ellos es la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés), adoptada en 1979 (véase cuadro).
En 1993, 45 años después de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y 8 después de que la CEDAW entrara en vigor, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena ratificó que los derechos de la mujer eran derechos humanos. Que esta declaración fuera necesaria resulta sorprendente, pues la condición de la mujer como ser humano ostentador de derechos nunca debería haberse puesto en duda. Sin embargo, el hecho de identificar la negligencia a la que se habían visto sometidos los derechos de la mujer como una violación de los derechos humanos y de llamar la atención sobre la relación entre el género y la violación de los derechos humanos fue un paso adelante en el reconocimiento de la reivindicación legítima de la mitad de la humanidad.
• Las tasas de infección por el VIH entre las mujeres están creciendo rápidamente. De ellas, las jóvenes de 15 a 24 años constituyen ahora la mayoría de las recién infectadas, debido en parte a su situación de vulnerabilidad económica y social.
• La violencia de género mata y discapacita a tantas mujeres entre los 15 y los 44 años como el cáncer. La mayoría de las veces, los autores quedan impunes.
• En todo el mundo, las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de ser analfabetas.
• Como consecuencia de sus condiciones laborales y de las características de sus trabajos, un número desproporcionado de mujeres están empobrecidas tanto en países en desarrollo como en países desarrollados. A pesar de cierto progreso detectado en los salarios de las mujeres durante los años noventa, las mujeres siguen ganando menos que los hombres incluso cuando realizan trabajos similares.
• Muchos de los países que han ratificado la CEDAW siguen teniendo leyes discriminatorias que regulan el matrimonio, la tierra, la propiedad y los derechos sucesorios.
Cualquier persona, organización no gubernamental, grupo o red puede enviar comunicaciones (quejas/solicitudes/peticiones) a la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en las que se proporcione información relacionada con presuntas violaciones de los derechos humanos que afecten a la condición de la mujer en cualquier país del mundo. La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer tomará en consideración dichas comunicaciones como parte de su programa anual de trabajo, que tiene por objeto identificar tendencias y patrones emergentes de prácticas injustas y discriminatorias contra las mujeres a fin de formular políticas y desarrollar estrategias que fomenten la igualdad de género.
El UNFPA en acción
El UNFPA trabaja en cada región del mundo para fomentar los derechos de la mujer y erradicar la discriminación que esta sufre. El Fondo está cada vez más implicado en la protección de los derechos de las mujeres afectadas por los conflictos y en garantizar que las mujeres tengan un papel activo en la consolidación de la paz y en las tareas de reconstrucción. La programación del Fondo también aborda las 12 áreas críticas de interés identificadas en Beijing.
En muchos casos, el UNFPA multiplica su eficacia al apoyar la legislación que protege los derechos de la mujer, como las leyes pioneras aprobadas en Ecuador y Guatemala que garantizan a las mujeres el derecho a recibir atención en materia de salud reproductiva. En algunos casos, el Fondo obtiene resultados mediante la asociación con hombres, como en el caso de Níger. El Fondo también financia servicios destinados a mujeres sometidas a varias formas de violencia de género. Por ejemplo, proporciona ayuda a mujeres que sufren maltrato por parte de sus maridos en Afganistán. Ha colaborado en la creación de un albergue para mujeres que han sido víctimas del tráfico de personas en Moldavia y ha fundado un refugio seguro para las niñas que huyen de la mutilación genital femenina en Tanzanía.
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