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Un mundo desigual: Diseñando un lugar más seguro y saludable para las mujeres y las niñas en Argentina, Camerún y Uganda

Equity 2030 busca rediseñar el mundo pensando en las mujeres. © UNFPA
  • 18 Diciembre 2023

Naciones Unidas, NUEVA YORK – ¿Cómo sería el mundo si fuera diseñado por y para las mujeres?

Por un lado, sería más seguro. Los automóviles estarían equipados con sistemas de choque probados para proteger todo tipo de cuerpos, y el equipo de protección personal se dimensionaría para adaptarse a las trabajadoras de la salud, así como a sus homólogos masculinos.

También sería más equitativo. Habría más mujeres trabajando en ciencia y tecnología, y las nuevas innovaciones combatirían los viejos estereotipos de género, en lugar de reforzarlos.

Lamentablemente, este no es aún el mundo en que vivimos. Sin embargo, es posible que los miembros unidos en el marco de la Alianza Equity 2030, una iniciativa mundial del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que tiene a su cargo los asuntos relacionados con la salud sexual y reproductiva, hagan realidad la equidad de género en la ciencia, la tecnología y la financiación antes de que termine la década

“Las mujeres avanzan por un mundo que no fue creado para ellas”, declaró la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem, al presentar el programa. “Sin embargo, podemos rediseñar el mundo. Podemos resolver este desafío si nos unimos y nos comprometemos con la equidad en el diseño, ya sea en tecnología, ciencia o finanzas. El impacto perdurará para las generaciones venideras”.

Lea a continuación sobre varias acciones que los expertos y miembros de la Alianza están tomando para cerrar las brechas de género en sus campos.
 
Innovaciones con base en el género

“Hace diez años, hace cinco años, no se entendía ampliamente que las mujeres quedaran excluidas de los importantes diseños médicos y de seguridad”, afirmó Londa Schiebinger, experta en Equity 2030, al conversar con el UNFPA. “Hemos avanzado mucho, y tenemos que lograr mucho más”.

La profesora Schiebinger dirige el Laboratorio de Innovación de Género de la UE/EE. UU. en Ciencia, Salud y Medicina, Ingeniería y Medio Ambiente en la Universidad de Stanford. Ha introducido un marco para promover la equidad de género que se basa en tres conjuntos de acciones: mejorar el número de mujeres y miembros de grupos subrepresentados que producen ciencia y tecnología, modernizar las instituciones que históricamente las han excluido y renovar el conocimiento que producen las y los investigadores.

Según la profesora Schiebinger, una respuesta a estas cuestiones consiste en integrar el sexo, el género y el análisis interseccional en el proceso de investigación. La aplicación de una lente de género para investigar temas que vayan desde el dolor crónico y la COVID-19 hasta robots de asistencia y asistentes virtuales ha demostrado producir mejores resultados.

“Educamos a la fuerza laboral del futuro”, remarcó. “Si hacemos bien nuestro trabajo, podemos lograr un gran impacto en la equidad y la inclusión”.

Mejor investigación y mejor atención médica en Argentina

Convertirse en profesional de la salud requiere desarrollar hábitos que eventualmente se conviertan en parte natural de los procesos. Piense en la frecuencia con que las y los trabajadores de la salud se lavan las manos.

El Dr. Alejandro Kohn, director médico del Hospital Británico, una institución de salud líder en Buenos Aires, Argentina, quiere agregar otro hábito al repertorio de los trabajadores de la salud: pensar en las determinantes sociales de la salud. "Hagamos lo que hagamos, entendemos plenamente que las determinantes sociales de la salud tienen un gran impacto", planteó al conversar con el UNFPA.

Las determinantes sociales de la salud son factores no médicos, como la edad, la raza, el origen étnico y el género, que influyen en el bienestar de las personas. Aunque estas características contribuyen a dar forma a las experiencias vividas por los humanos, a menudo se pasan por alto en la investigación científica y médica.

El Hospital Británico ha tomado varias iniciativas para exponer y corregir estos puntos no abordados. La institución, con aspiraciones que se desarrollan en parte a partir de la Alianza Equity 2030, dio una mirada retrospectiva a sus estudios y encontró que muy pocos examinaron el sexo y el género como variables. Según la coordinadora del Comité de Revisión Científica, Dra. Glenda Ernst, como respuesta a esa problemática, se decidió que las y los residentes debían integrar la lista de verificación de Salud y Medicina de Stanford sobre Innovaciones de Género en su trabajo de investigación.

“Creo que tenemos una oportunidad muy buena para mejorar”, afirmó la Dra. Ernst. “Las y los residentes son el futuro”.

Las listas de verificación sobre innovaciones de género, como la desarrollada por el proyecto de la profesora Schiebinger, representan herramientas útiles para los profesionales. Pero tal vez aún más importante, según el Dr. Kohn, sea asegurar que las determinantes sociales de la salud sean elemento de consideración y conversación diarias.

“No se puede tener excelencia en la atención si no se tienen la educación y la investigación adecuadas”, añadió. “Vemos aquí la oportunidad de crecer en equidad”.

De las inequidades sistémicas a la inclusión

En todo el mundo, los sistemas patriarcales a menudo expulsan a las mujeres y las niñas de las escuelas, para que desempeñen funciones de cuidado y las alejan de la posibilidad de emprender ciertas carreras.

“El principal obstáculo que enfrentan las niñas y las mujeres en Camerún radica en las normas sociales y los estereotipos que prevalecen en una sociedad patriarcal”, adelantó Irène Kuetche Djembissi, socióloga, investigadora y profesora asociada de la Universidad de Yaundé, al conversar con el UNFPA.

“A menudo se asigna a las mujeres el cuidado de sus hogares, de sus maridos y la crianza de los hijos”, agregó. “Las desigualdades se manifiestan en el sistema educativo y en el mercado laboral”.

Para luchar contra estas disparidades, la Universidad de Yaundé 1 se está asociando con la organización de la sociedad civil Association des Acteurs de Développement (ADEV) para promover el desarrollo de soluciones e innovaciones que incluyan el género en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (CTIM). Las organizaciones también están trabajando para asegurar que los órganos de concesión de subvenciones en toda África subsahariana procuren alcanzar la equidad de género en sus actividades y en la investigación que apoyan.

La Dra.  Kuetche Djembissi es directora técnica de ADEV, y se ha comprometido a través de su trabajo allí y en la Universidad de Yaundé 1 a exponer la inequidad de género a través de su investigación, así como a combatir el sexismo en toda la sociedad.

“Cada vez hay más mujeres dispuestas a desafiar las creencias tradicionales a pesar de la sociedad patriarcal en la que vivimos”, aseguró. “Una de las áreas que me emociona especialmente es el continuo aumento del acceso de las niñas a los estudios matemáticos, tecnológicos y científicos”.

“El cambio está en marcha”.

Mentoras y madres en Uganda

“Se espera que las mujeres sean las que cocinen, sirvan la comida, laven los platos, limpien la casa, mientras el marido está en la biblioteca o en el laboratorio”, adelantó Pauline Byakika-Kibwika, jefa del Departamento de Medicina de la Universidad Makerere en Kampala, Uganda, en conversación con el UNFPA.

Para muchas ugandesas, el camino hacia la educación superior, o de regreso a ella, no son tarea fácil. Al igual que en muchos países, las normas de género en Uganda ejercen presión sobre las mujeres para que se casen y tengan hijos; muchas de ellas se tomarán un tiempo de descanso significativo de los estudios para dar a luz y criar hijos.

“Las normas sociales tienen una gran influencia en la progresión profesional de las personas”, afirmó la profesora Byakika-Kibwika.

Para luchar contra este desafío, la Universidad de Makerere estableció en el año 2000 un programa de incorporación de la perspectiva de género para integrar enfoques equitativos en sus prácticas de investigación e innovación. El programa también promueve el empoderamiento de las mujeres y la salud y los derechos sexuales y reproductivos, al tiempo que trabaja contra el acoso sexual y la violencia contra las mujeres y las niñas.

La equidad de género en el diseño también depende de la búsqueda y retención de talento femenino. Desde el principio, siguiendo con la profesora Byakika-Kibwika, la universidad se dio cuenta de que había menos mujeres que cursaban estudios superiores y trabajaban en puestos de liderazgo en la institución.

“Esto llevó a la intensificación de las actividades de mentoría para las mujeres”, añadió. “A lo largo de los años, hemos tenido más mujeres que regresan a programas de posgrado, maestría y doctorado y a carreras técnicas, y mujeres que ocupan puestos de liderazgo”.

La universidad también ha introducido una política de tolerancia cero al acoso sexual, y la profesora Byakika-Kibwika aseguró haber notado una mayor conciencia del problema en el campus. 

“Las cosas van cambiando según pasa el tiempo, pero todavía queda mucho trabajo por hacer”, concluyó.
 

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