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Estudios muestran un alto número de COVID-19 en la esfera de los derechos en materia de salud sexual y reproductiva en todo el mundo
- 21 de abril de 2021
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NACIONES UNIDAS, Nueva York – Investigadores, promotores y líderes se reunieron la semana pasada antes de la Comisión de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas para explorar el grave costo que sigue teniendo la pandemia de COVID-19 en materia de igualdad de género y salud sexual y reproductiva en todo el mundo.
“La COVID-19 tiene un impacto desigual, complejo y devastador en los grupos que ya eran de por sí los más marginados”, aseveró la embajadora Pascale Grotenhuis, de los Países Bajos, que coorganizó el evento de manera conjunta con Canadá, México, Sudáfrica, el UNFPA y la Universidad de Rutgers. “Es terrible y preocupante ver que el progreso que hemos logrado sobre la base del trabajo conjunto y aunando nuestras acciones y recursos a lo largo de décadas ahora se ve amenazado”.
Los resultados obtenidos por expertos de las Naciones Unidas, el mundo académico, la sociedad civil, ministerios gubernamentales y otros asociados mostraron pérdidas generalizadas en el acceso a la información y los servicios de salud sexual y reproductiva, y una mayor preocupación por la violencia basada en el género.
Desde el comienzo de la pandemia, el UNFPA ha venido proyectando que la crisis podría reducir gravemente el acceso a servicios vitales de salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar. Además, se preveía que los cierres y las perturbaciones económicas aumentaran considerablemente la incidencia de la violencia de género y de prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.
“Estamos en esta etapa en la que los países cuentan con pruebas tangibles e incómodas” de tales perturbaciones, afirmó la Dra. Julitta Onabanjo, Directora Regional del UNFPA en África Oriental y Meridional, quien presentó los resultados de un estudio de las Naciones Unidas dirigido por el UNFPA y ONU Mujeres que muestra graves pérdidas de ingresos en toda la región. La creciente inseguridad económica y las vulnerabilidades conexas están socavando los esfuerzos para asegurar la igualdad de género, plantea el estudio.
Aliza Singh, coordinadora de programas del Comité Beyond Beijing de Nepal, anunció los resultados de una encuesta dirigida por la Universidad de Rutgers de casi 2.700 jóvenes en Ghana, Indonesia, Kenya, Nepal, Uganda y Zimbabwe. “Más de una tercera parte de las y los jóvenes se sentían más vulnerables al acoso y el abuso sexual, físico, emocional o económico que antes de la COVID-19. Una tercera parte de las y los jóvenes no podían acceder a los servicios de planificación familiar que necesitaban”, explicó.
“El cierre de las escuelas obstaculizó el acceso a la educación sexual integral”, añadió Brian Ssekajja, educador de pares en Salud Reproductiva de Uganda. “Las y los jóvenes contrajeron VIH, ITS y distintas enfermedades”.
Ahora que se cuenta con cada vez más datos duros, apuntó la Dra. Onabanjo, es hora de “comenzar a cambiar a políticas y programas orientados a lo que en efecto se debe hacer”.
Las mujeres y las niñas enfrentan una carga desproporcionada, explicaron las y los panelistas.
“Hoy, en el contexto de la pandemia, hemos visto un repunte de la mortalidad materna”, señaló la Dra. Karla Berdichevsky, Directora General del Centro Nacional para la Igualdad de Género y la Salud Reproductiva de México. “Estamos observando que estas mortalidades maternas están siendo causadas por la falta de acceso a los servicios”.
Las niñas también se quejaron de un empeoramiento del acceso a la información y los suministros de higiene menstrual debido a las disrupciones económicas, las restricciones de movilidad y el cierre de las escuelas. En algunos casos, “los padres decidieron suspender el suministro de ciertos productos básicos a las niñas, como toallas sanitarias, para obtener otros artículos esenciales, como alimentos”, informó el Sr. Ssekajja, quien se hizo eco de las conclusiones presentadas por la Sra. Singh, de Nepal.
El cierre de las escuelas también ha dado lugar a una reducción del acceso a la información sobre salud sexual y reproductiva. En consecuencia, “informamos una serie de embarazos de adolescentes, embarazos no deseados y matrimonios infantiles”, reveló el Sr. Ssekajja. Los cierres escolares y la inseguridad económica también “expusieron a muchas niñas a la actividad sexual y a la violencia sexual a manos de oportunistas”.
“Las estadísticas previas a la COVID ya eran sombrías”, recordó la embajadora Grotenhuis a los participantes. “Es alarmante que sólo la mitad de las mujeres puedan tomar decisiones esenciales sobre sus propios cuerpos”, dijo, refiriéndose a los datos del reciente informe sobre el Estado de la Población Mundial. “Ya nos encontrábamos en un momento de recia lucha contra la igualdad de género, los derechos en materia de salud sexual y reproductiva y la autonomía corporal… La pandemia de COVID-19 nos ha mostrado que, efectivamente, este es el momento de actuar”.
“La COVID es, en efecto, una crisis con rostro de mujer”, reiteró en la apertura de la Comisión la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem. “Vemos un aumento de la violencia de género, el matrimonio infantil, el embarazo en la adolescencia, y el modo en que se erigen barreras a servicios de salud sexual y reproductiva normales y protectores”.
La oradora instó a los Estados Miembros y a los asociados a que den prioridad a los derechos de las mujeres y las niñas. “Debemos demostrar al mundo que, esta vez, el reforzamiento de las aspiraciones de las mujeres, las niñas (y, de hecho, de todas y todos) no escapará nuestras acciones”.