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De la recuperación a la resiliencia: La historia de Zeynab después de los terremotos en el noroeste de Siria

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Gracias a un espacio seguro del UNFPA, Zeynab ha aprendido una serie de nuevas habilidades para ganarse la vida, y está recuperándose psicológica y económicamente después de los traumáticos terremotos de febrero de 2023. © Organización Muhannad Barbori/Ihsan.
  • 21 Febrero 2024

JANDARIS, noroeste de Siria – “Me sentía psicológicamente destrozada, sin lugar donde acudir y sin pertenencias”, aseguró Zeynab Marai, madre de 45 años oriunda de Jandaris, en la zona noroeste de Siria. “Había perdido toda esperanza”.

Zeynab perdió a sus tres hijos junto con su casa y pertenencias en los terremotos que devastaron Siria y Türkiye el 6 de febrero del año pasado. Enfrentado el dolor, buscó refugio en un espacio seguro apoyado por el UNFPA para mujeres y niñas en Jandaris.

“Las trabajadoras del espacio seguro me cuidaron”, agradeció la Sra. Marai. “Cuando se enteraron de la muerte de mis hijos, se me acercaron y me ofrecieron apoyo; fue entonces cuando regresé al centro”.

Como parte de los proyectos del UNFPA en el noroeste de Siria, estos centros ofrecen asesoramiento psicológico, remisiones médicas y programas para aprender nuevas aptitudes para ganarse la vida. Un año después de los terremotos, muchas comunidades siguen lidiando con el desplazamiento, el hambre, la malnutrición y el acceso muy limitado a la atención de salud más básica.

“Antes del terremoto, Zeynab estaba aprendiendo peluquería en el espacio seguro para así obtener una fuente de ingresos”, explicó Rania Hamo, supervisora de la organización Ihsan, asociada local del UNFPA. “Sin embargo, le había resultado difícil encontrar un nuevo lugar donde vivir con su familia en una ciudad superpoblada como Jandaris”.

Si bien Zeynab y su familia lograron finalmente conseguir vivienda el año pasado, prosiguió Hamo, “trágicamente, después de la larga espera, perdió su nuevo hogar en el terremoto”.

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Zeynab recibe asesoramiento y apoyo en un espacio seguro del UNFPA en Jendaris, en el noroeste de Siria. © Organización Muhannad Barbori/Ihsan.

Apoyo físico y psicológico integra

Cuando se produjeron los terremotos, más de 4 millones de personas ya necesitaban asistencia humanitaria urgente en el noroeste de Siria, al tiempo que aumentaban drásticamente los niveles de pobreza. Después de más de 12 años de conflicto y declive económico, el desastre dio lugar a una crisis dentro de una gran crisis.

Miles de mujeres y niñas como Zeynab perdieron sus hogares y siguen viviendo en tiendas de campaña, empobrecidas y con oportunidades de empleo reducidas o nulas. Su situación es particularmente precaria, ya que están expuestas a mayores riesgos de violencia de género, como violación, coacción y trata.

Estos baños también suelen ser insalubres y ser muy pocos para la cantidad de personas que los utilizan, lo que deja a muchas mujeres y niñas vulnerables a infecciones y enfermedades.

Sakina Al-Kotaibi, trabajadora de campo de Ihsan, explicó que “los baños compartidos obligan a las mujeres a moverse entre las tiendas de campaña por la noche, lo que aumenta su vulnerabilidad a la violencia y el acoso”.

Aya El Diaby, supervisora de Ihsan, refirió a Zeynab a una psiquiatra, quien utilizó la terapia cognitivo-conductual para ayudarla en su camino hacia la curación. A pesar de que todavía vive en una pequeña tienda de campaña con su esposo lesionado, la Sra. El Diaby indicó que Zeynab se está recuperando poco a poco en lo referente a su condición económica.

“Ha logrado progresos notables tras más de un año”, afirmó. “Ahora tiene una pequeña tienda en su comunidad, donde vende suministros de limpieza”.

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Una trabajadora sanitaria atiende a bebés en la sala de cuidados intensivos de una unidad de atención de recién nacidos apoyada por el UNFPA en Idlib, en el norte de Siria. © Organización Muhannad Barbori/Ihsan.

Un futuro incierto 
 

Desde las secuelas inmediatas del terremoto, el UNFPA ha apoyado a miles de mujeres y niñas en todo el noroeste de Siria con servicios y suministros de salud sexual y reproductiva, así como a través de centros donde las mujeres y niñas maltratadas o en riesgo pueden buscar refugio y asesoramiento. Para las y los sobrevivientes de la violencia, doce espacios seguros han ofrecido gestión de casos, asesoramiento y remisiones médicas para ayudarlos a sanar y reconstruir sus vidas.

Más de 60.000 mujeres embarazadas recibieron asistencia en partos, cesáreas, atención prenatal y posnatal y asesoramiento sobre planificación familiar. Nueve unidades de atención obstétrica y neonatal de emergencia prestaron atención esencial a las embarazadas y sus bebés, en tanto que dos clínicas móviles prestaron servicios de salud ambulatorios para llegar a las personas necesitadas, incluso en las zonas menos accesibles.

Dicho esto, vale señalar que, a medida que la financiación disminuye y la atención del mundo se centra en otras crisis, se necesita más para garantizar que las mujeres y niñas del noroeste de Siria no pasen al olvido. esto incluye un mayor acceso a refugios seguros, la mejora de las medidas de privacidad y seguridad en los campamentos de refugiados, el aumento de la concienciación y la educación sobre la violencia de género y el fortalecimiento de los sistemas de apoyo, como los servicios de asesoramiento y atención médica.

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