Noticias
Cómo ayuda el UNFPA a las madres de todo el mundo a hacer valer su derecho a la salud y a un embarazo seguro
- 05 de abril de 2024
Noticias
NACIONES UNIDAS, Nueva York – Todas y todos tenemos derecho a la salud; y para las mujeres y las niñas, un aspecto de esta promesa fundamental es el derecho a una maternidad segura.
Sin embargo, cada dos minutos muere una mujer o una niña debido al embarazo o el parto, y la gran mayoría de estas tragedias se pueden prevenir. “Es inaceptable que tantas mujeres sigan muriendo innecesariamente”, se lamentó en 2023 la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que tiene a su cargo los asuntos de salud sexual y reproductiva.
El mundo ha logrado reducciones notables de la mortalidad materna, que disminuyó en más de un tercio entre 2000 y 2020. No obstante, el progreso se ha reducido en los últimos años en un cambio impulsado por problemas de larga data, a saber, las barreras sistémicas a la salud.
El embarazo y el parto son menos seguros cuando las mujeres no pueden obtener la atención que necesitan de proveedores tales como parteras, o cuando deben enfrentar la discriminación y el prejuicio al tratar de acceder a esos servicios. La investigación del UNFPA, por ejemplo, revela que el embarazo y el parto son más peligrosos para las mujeres y niñas afrodescendientes en las Américas debido al maltrato y el descuido por parte de los sistemas de atención de la salud, en sí mismo un legado de racismo sistémico.
Pero es posible avanzar, especialmente cuando los países invitan a las comunidades marginadas a la mesa de debate y adaptan la programación de prevención a sus necesidades. En este Día Mundial de la Salud, comprenda cómo el UNFPA está trabajando para proteger la vida de las madres en todo el mundo para que las mujeres y las niñas tengan el poder de recibir salud y vivir el embarazo y el parto como un momento de prosperidad, no solo para sobrevivir.
Salvando tiempo y vidas en Bangladesh
En los dos últimos decenios, Bangladesh ha logrado reducciones asombrosas de la mortalidad materna, con una reducción de la tasa de mortalidad materna de más del 70 % entre 2000 y 2020.
Sin embargo, miles de mujeres siguen enfrentando muertes prevenibles cada año, muchas debido a retrasos en el acceso a la atención. Las investigaciones indican que una de cada cinco muertes maternas en Bangladesh ocurre mientras una mujer está en camino a un centro de atención, lo que señala posibles problemas con los sistemas de remisión del país. Cuando los pacientes necesitan urgentemente atención de alto nivel, la falta de transporte de emergencia o las dificultades para coordinar los traslados pueden ser mortales.
Esto podría haber presentado problemas para Majeda Begum, madre de tres hijos y enfrentó complicaciones al dar a luz a su cuarto hijo en una maternidad de Dhaka el año pasado, pero con el apoyo de Ma-Jaan, una nueva aplicación presentada en 2020, su remisión a un hospital cercano terminó con un parto seguro mediante cesárea. A partir de 2023, la aplicación había apoyado la transferencia de más de 2.700 casos complejos a instituciones de remisión.
Ma-Jaan se creó como parte de una iniciativa apoyada por el UNFPA para proporcionar a las mujeres de bajos ingresos acceso oportuno a servicios obstétricos de emergencia. Funciona enviando a las pacientes a los hospitales cercanos donde pueden recibir atención y ayuda con logística de remisiones; por ejemplo, el transporte de la Sra. Begum al hospital se organizó a través de la aplicación.
Como parte del proyecto, las y los trabajadores de la salud también hacen visitas domiciliarias. La Sra. Begum indicó al UNFPA que un trabajador de la salud asociado con el programa visitó su casa para realizar controles médicos, realizar pruebas y recetar medicamentos antes de que diera a luz. “Este servicio es muy útil para personas pobres, como nosotros”, dijo al UNFPA.
El derecho a la salud en Brasil
“[Prevenir el embarazo] no supone restringir nuestra tradición y cultura; se trata de cuidar a nuestros hijos”, remarcó la médica venezolana Fiorella Lisenni Ramos Blanco.
La Dra. Blanco, miembro del grupo étnico indígena Warao, abandonó Venezuela en 2019 y llegó a Brasil en medio de la creciente crisis económica y política de su país de origen. Las dificultades han sido especialmente peligrosas para las mujeres y las niñas: entre 2015 y 2016, las muertes maternas en Venezuela aumentaron en un 65 %.
Sin embargo, el desplazamiento también puede ser peligroso para la salud de las mujeres, ya que interrumpe el acceso a medicamentos y servicios esenciales. En Brasil, las investigaciones indican que la planificación familiar ha permanecido fuera del alcance de muchos migrantes venezolanos, algo que puede aumentar los riesgos de mortalidad materna prevenible.
La Dra. Blanco señaló la importancia del acceso a la planificación familiar en Brasil, al tiempo que reconoció que a veces se espera culturalmente que las mujeres indígenas tengan muchos hijos. “Creo que no tenemos la posibilidad (económica o en términos de estabilidad, especialmente en términos de vivienda) para proporcionar una vida mejor a nuestros hijos”, dijo.
Bajo el sistema de salud pública unificado de Brasil, todas las personas, incluidos las y los migrantes y refugiados venezolanos, pueden acceder a una gama de servicios de salud de forma gratuita, incluidos los relacionados con la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Hoy en día el gobierno está trabajando para ampliar el acceso a servicios relacionados en estados como Amazonas, en el noroeste del país.
Shádia Fraxe, secretario municipal de salud de la capital del estado, Manaus, informó al UNFPA que la provisión de dispositivos intrauterinos, por ejemplo, se ha ampliado más allá del hospital de maternidad de la zona a más de una docena de centros de salud.
“Promovemos la planificación familiar”, afirmó Fraxe. “Las mujeres pudieron decir ‘No, doctor, ya no quiero tener hijos’, o ‘Quiero planificar mi embarazo’”.
“La información es la clave de todo”, agregó.
Formación de parteras en Níger
Más de 35.000 personas viven en el remoto cantón rural de Déoulé, en Níger, un lugar de difícil acceso a la atención médica. Tampoco es un lugar donde se garantice la seguridad durante el embarazo y el parto, a pesar de décadas de progreso que han reducido a la mitad la tasa de mortalidad materna de Níger.
Un problema es la falta de proveedores, según Elhadji Mahaman Kadri Magori, jefe de Déoulé. Muchos trabajadores y trabajadoras de salud vienen a la zona por contrato, y pocas permanecen a largo plazo. “Necesitábamos trabajadores de salud que se queden para cuidar a la población”, dijo Magori al UNFPA.
Buscando una manera de cultivar trabajadores de salud nativos, en 2020 el jefe decidió patrocinar los estudios de salud de más de una docena de jóvenes de su cantón. La iniciativa sirvió para objetivos interrelacionados: mantener a las niñas de Déoulé en la escuela durante más tiempo, y ampliar y mejorar los servicios de salud del cantón.
Varias de las estudiantes patrocinadas ya se han graduado de la capacitación básica en salud y se han especializado en obstetricia. Según el UNFPA, abordar la escasez mundial de parteras podría prevenir dos tercios de las muertes maternas.
''Es un orgullo ver a nuestras hijas trabajando en los centros de salud locales. Nos motiva a visitarlos”, admitió Zeinabou, ama de casa de Déoulé. “Es realmente maravilloso”.