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“Me mantendré erguida por mis hijos”: decenas de refugiadas embarazadas dan a luz en medio de la agitación después de escapar a Armenia

Marta Asryan, de 28 años, dio a luz a su quinto hijo en Vardenis, Armenia, después de verse obligada a huir de su casa en Karabaj. © UNFPA Armenia / Aspram Manukyan
  • 13 Noviembre 2023

VARDENIS, Armenia – “Los médicos se sentían pesimistas, pues pensaban que mi hijo no sobreviviría”, adelantó Marta Asryan, madre soltera de 28 años. “Estaba débil y sangraba, pero insistí en que nacería bien". 

La Sra. Asryan había temido por su embarazo incluso antes de que se viera obligada a huir de su hogar en Karabaj, la región en el centro de un conflicto territorial de décadas entre Armenia y Azerbaiyán.

Sin embargo, su ansiedad se intensificó en el cruce fronterizo hacia Armenia, cundo el estrés del desplazamiento desencadenó dolores de parto. Ella rogaba no tener que dar a luz en el camino.  

Más de 100.000 personas han cruzado a Armenia desde que se reiniciaron las hostilidades el 19 de septiembre. Entre las refugiadas, se calcula que más de 2.000 están embarazadas y se espera que cientos den a luz en los próximos meses. 

El desplazamiento hace que las embarazadas sean más vulnerables a la violencia y los problemas de salud. Para luchar contra estos riesgos, el UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que tiene a su cargo los asuntos de salud sexual y reproductiva, está distribuyendo en Armenia medicamentos y suministros esenciales y capacitando a los trabajadores de la salud en la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva y apoyo en casos de violencia por razón de género.

“Nos estamos asegurando de que las embarazadas tengan todo lo que necesitan en los centros de salud cuando lleguen”, aseguró Emmanuel Roussier, coordinador humanitario del UNFPA, a la ONU en octubre

Con probelmas de salud y forzada a huir de casa

La Sra. Asryan quedó embarazada varios meses después de que se iniciara un bloqueo contra Karabaj, en diciembre de 2022, lo que provocó restricciones en el acceso a artículos esenciales como alimentos, combustible y medicamentos. Los expertos de la ONU advirtieron entonces que las embarazadas enfrentaban un “riesgo significativo”, y en agosto de 2023 la mayoría de los residentes locales reportaron que se racionaban los alimentos

“No había alimentos adecuados”, recuerda la Sra. Asryan. “Con frecuencia buscaba atención médica; me hospitalizaban por un par de días para darme tratamiento, y todo se repetía nueva vez”.

El único corredor que salía de Karabaj hacia Armenia en ese momento quedó cerrado durante el bloqueo. Después de la crisis actual se volvió a abrir en una sola dirección para facilitar el transporte para salir de Karabaj. 

Fue en este camino que la Sra. Asryan temía entrar en labor de parto, pero el pasaje la llevó a Goris, Armenia, donde recibió atención médica y consiguió una ambulancia que la llevó a una maternidad en Vardenis que cuenta con el apoyo del UNFPA. 

Dio a luz en Vardenis el 10 de octubre de 2023, convirtiéndose así en una de las 88 refugiadas que habían dado a luz en Armenia a finales de octubre.

Su bebé nació aproximadamente un mes prematuro, en lo que refleja una tendencia que el Sr. Roussier asegura que afectó a muchas refugiadas embarazadas que comenzaron la labor de parto en Armenia después de huir del recrudecimiento del conflicto en Karabaj. 

“El cincuenta por ciento de las mujeres daban a luz mucho antes de lo que debían, y esto por el estrés, la desnutrición, debido a todo lo que pasaron”, declaró a Noticias ONU. 

Nuevos comienzos

A medida que las refugiadas embarazadas traen al mundo nueva vida, las familias también encuentran formas de comenzar una nueva vida al otro lado de la frontera. 

Según el UNICEF, dos terceras partes de los niños refugiados asisten a escuelas armenias; entre ellos se encuentra el mayor de los hijos de la Sra. Asryan; los más pequeños pronto empezarán a ir al jardín de infantes. 

Si bien el gobierno armenio ha creado vías para que las personas desplazadas tengan acceso a atención médica, vivienda, asistencia económica y empleos, siguen existiendo desafíos para las familias que enfrentan la pérdida de sus vidas en sus hogares, así como de sus seres queridos. El padre de la Sra. Asryan murió en una devastadora explosión en un depósito de combustible poco antes de llegar a Armenia. 

Mientras intenta imaginar un futuro incierto, la Sra. Ayran se mantiene arraigada en el presente, como fuerte pilar para su familia. Por eso planteó al UNFPA: "Me mantendré erguida y trabajaré diligentemente para proveer lo que necesiten mis hijos".

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