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Cuando el ciclón tropical Freddy azotó Madagascar, Mozambique y Malawi, estaba previsto que 32.000 mujeres embarazadas dieran a luz durante las siguientes semanas.
Dicho ciclón, que se prolongó durante semanas a lo largo de febrero y marzo, causó la destrucción de viviendas, centros de salud y rutas de transporte, por lo cual los partos se hicieron mucho más peligrosos.
Unas 5.000 de estas mujeres tenían probabilidades de sufrir complicaciones durante los últimos meses del embarazo o en el momento del parto que podrían resultar mortales de no recibir atención especializada.
Cada crisis climática conlleva una emergencia obstétrica.
[En la fotografía superior] Tras el paso del ciclón tropical Freddy, una joven y una niña caminan junto a las casas afectadas en el municipio de Chilobwe, en Blantyre (Malawi). © UNFPA Malawi/Eldson Chagara
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Eliza, de 30 años, estaba embarazada de nueve meses cuando el ciclón azotó la ciudad de Nsanje, en Malawi, el país más afectado por la tormenta.
“Empezó como una pequeña llovizna, pero de repente la intensidad aumentó y comenzó a llover a cántaros”, recuerda. “Oí un estruendo enorme que provenía del exterior e inmediatamente supe que parte del muro se había venido abajo”.
Eliza y su familia abandonaron el hogar para buscar refugio en un campamento improvisado que carecía de agua corriente, y fue allí donde llegó el momento de dar a luz.
Afortunadamente, y a pesar de los trastornos ocasionados en los desplazamientos y servicios, la ambulancia consiguió llegar hasta ella. “Llegué al hospital sobre las 10 de la noche y en torno a las 2 de la mañana di a luz a una niña”, relata Eliza, quien ahora es madre de cuatro.
[En la fotografía superior] Fainess Yobe, funcionaria técnica del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), además de enfermera y partera especializada, examina a la recién nacida de Eliza. © UNFPA Malawi/Eldson Chagara
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Tras un viaje de dos horas en ambulancia, Mercy, de 37 años, dio a luz a dos gemelos que nacieron sanos, también en la ciudad de Nsanje.
Mercy tenía planeado dar a luz en el centro de salud más cercano, en Ndamera, pero la tormenta había cortado el suministro eléctrico.
“Fue emocionante y un poco aterrador al mismo tiempo”, comenta al describir cómo se sintió al saber que iba a tener gemelos. “Estoy muy agradecida de haber tenido un parto seguro. No sé qué habría podido pasar si la ambulancia no hubiera llegado a tiempo”.
[En la fotografía superior] Mercy, junto a sus dos hijos, en la unidad de maternidad. © UNFPA Malawi/Eldson Chagara
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Gracias a que se habían reparado recientemente cuatro ambulancias, tanto Eliza como Mercy pudieron llegar a tiempo al hospital para dar a luz.
Las reparaciones se realizaron con el apoyo del UNFPA a fin de hacer frente al aumento de la demanda posterior a la tormenta.
El ciclón dañó 87 centros de salud en Malawi, y el cierre de las clínicas locales implica más desplazamientos de urgencia.
[En la fotografía superior] El UNFPA prestó apoyo para la reparación de cuatro ambulancias en el sur de Malawi. © UNFPA Malawi/Eldson Chagara
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En la provincia mozambiqueña de Zambezia, donde muchos centros de salud locales han sido dañados o destruidos, el UNFPA ha instalado centros sanitarios provisionales en seis tiendas de campaña que incluyen salas de parto.
En esta provincia, el personal enfrenta una triple crisis que afecta miles de mujeres embarazadas (el ciclón, inundaciones y un brote de cólera) y que aumenta el riesgo de muerte prenatal.
“Tratar los casos de cólera durante el embarazo es muy dificultoso, ya que se deben prevenir y tratar tanto el cólera como las complicaciones obstétricas”, afirma la Dra. Marilena Urso, especialista en salud materna del UNFPA. “Es fundamental actuar con rapidez: el personal sanitario debe intervenir de inmediato, vigilando al mismo tiempo la salud del feto y evitando la propagación del cólera”.
[En la fotografía superior] Tiendas de campaña instaladas por el UNFPA en Zambezia, tras los daños provocados por la tormenta. © UNFPA Mozambique/Helder Xavier
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Los primeros pacientes atendidos en las nuevas tiendas de campaña fueron Diana, de 23 años, y su bebé recién nacido.
Diana había dado a luz en su casa, pero al día siguiente se instalaron las tiendas del UNFPA, lo que permitió que tanto ella como su hijo recién nacido pudieran recibir atención posnatal por parte de trabajadores calificados.
“Afortunadamente, la madre y el bebé se encuentran en buen estado de salud”, comenta Lica Estevão, quien los atendió.
[En la fotografía superior] Diana y su bebé reciben atención posnatal en un centro médico provisional que opera dentro de una tienda de campaña. © UNFPA Mozambique/Helder Xavier
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Rosana Henriques, enfermera en la ciudad de Quelimane, en Zambezia, describe las tiendas de campaña recién instaladas como un “soplo de aire fresco”.
En este sentido, explica que hasta entonces no había privacidad, ya que los daños causados por la tormenta habían obligado a su equipo a trabajar en una única sala dentro su centro sanitario. En la tienda de campaña donde trabaja ahora hay un espacio aparte para la sala de parto, lo que permite que las personas disfruten de más privacidad.
[En la fotografía superior] Rosana en una tienda de campaña recién instalada, donde las mujeres pueden dar a luz con la asistencia de personal calificado. © UNFPA Mozambique/Helder Xavier
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Cuando el ciclón Freddy llegó a Madagascar, el país se estaba recuperando de otra tormenta devastadora (el ciclón Cheneso) que se había precipitado sobre el país un mes antes, en enero.
Sadify, de 18 años, estaba embarazada de ocho meses cuando azotó el primer ciclón.
“Llovió durante más de una semana”, recuerda Sadify, que recibió ayuda del UNFPA en un emplazamiento provisional, tras verse obligada a abandonar su casa en medio de la crisis.
[En la fotografía superior] Sadify recibió ayuda del UNFPA tras el ciclón Cheneso. © UNFPA Madagascar/Hanta Andremanisa
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Parte de la respuesta inicial de emergencia del UNFPA consiste en proporcionar kits de higiene femenina y para el parto, que incluyen suministros sanitarios y de higiene, a fin de cubrir las necesidades más inmediatas.
Sadify no pudo llevarse muchas pertenencias cuando abandonó su hogar tras el paso del ciclón Cheneso. “Este kit que acabo de recibir nos ayudará a recuperarnos y a prepararnos mejor para la llegada de nuestro bebé”, afirma.
Los kits de higiene femenina contienen artículos de higiene y aseo, una linterna, una toalla y una palangana, mientras que los kits para el parto contienen una bolsa de plástico para la placenta, un lazo para el cordón umbilical, gasa, un par de guantes desechables, una cuchilla de afeitar y suministros para las parteras.
[En la fotografía superior] Los kits de higiene femenina ayudan a cubrir las necesidades inmediatas de mujeres y niñas tras una crisis. © UNFPA Madagascar/Hanta Andremanisa
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Entre noviembre y abril tiene lugar la temporada de ciclones en África Oriental y Meridional; no obstante, los ciclones son solo una parte de los grandes problemas climáticos de la región.
La sequía que afecta la región del Gran Sur en Madagascar, considerada la peor de los últimos 40 años, persiste desde 2018. Más del 70 por ciento de la tierra del país se destina a la agricultura, de modo que los ciclones, las inundaciones y la sequía han provocado escasez alimentaria.
Tanto el exceso como el déficit de agua repercute en la salud sexual y reproductiva y derechos conexos de las mujeres y las niñas, así como en su seguridad. Durante las crisis, los casos de violencia de género aumentan y, al mismo tiempo, se ve obstaculizado el acceso a los servicios esenciales. El UNFPA trabaja para hacer frente a estos problemas y proporcionar apoyo y espacios seguros a las mujeres y niñas.
[En la fotografía superior] La sequía en la región del Gran Sur de Madagascar persiste desde 2018. © UNFPA Madagascar/Melvis Kimbi
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Ante una crisis, también resulta crucial que los servicios de planificación familiar continúen siendo accesibles, para que las mujeres tengan control sobre su libertad reproductiva.
Para Pela Judith, de 25 años, poder tomar la decisión de no tener más hijos es una de las formas de hacer frente a la crisis climática que afecta a Madagascar.
“Muchas cosas han cambiado a raíz de las sequías. Ahora todo es más caro”, afirma. “Ni siquiera puedo alimentar a mis cuatro hijos, así que dar a luz a otro niño ya no figura entre mis planes”.
[En la fotografía superior] Pela Judith explica cómo la sequía del Gran Sur ha cambiado sus decisiones de planificación familiar. © UNFPA Madagascar/Hanta Andremanisa
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Tras verse desarraigada a causa del ciclón Ana de 2022, en Malawi, Monica, que entonces llevaba seis meses embarazada de su hija Rehana, también recurrió a los servicios de planificación familiar en medio de la crisis.
“Tomamos la cruda decisión de abandonar nuestras tierras, que habían sido propiedad de la familia durante generaciones”, afirma. “El paso del ciclón Ana nos puso al borde de la muerte; sabíamos que, de quedarnos allí, la próxima vez no tendríamos tanta suerte”.
Monica recibió servicios prenatales y posnatales, así como servicios de salud sexual y reproductiva gracias al apoyo del UNFPA. A través de ellos, optó por un método anticonceptivo que la ayudó a planificar su vida teniendo en cuenta la crisis: “Tengo un método de planificación familiar de cinco años. Esto nos permitirá criar bien a nuestros tres hijos, así como reconstruir nuestras vidas”.
[En la fotografía superior] Monica con su hija Rehana, en la aldea de Jambo, en Bangula (Malawi). © UNFPA Malawi/Eldson Chagara
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El objetivo del UNFPA y sus asociados es proporcionar apoyo ininterrumpido a las mujeres y niñas a lo largo de las crisis.
Además, trabajamos para lograr cambios a largo plazo, con el fin de que las mujeres y los jóvenes —quienes son las y los más afectados por la crisis climática— tengan la posibilidad de diseñar soluciones y de que los servicios sanitarios esenciales puedan seguir prestando atención vital.
[En la fotografía anterior] Una niña camina por el suelo encharcado de un campamento provisional tras el paso del ciclón Freddy en Blantyre (Malawi). © UNFPA Malawi/Eldson Chagara