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Poner fin a la necesidad insatisfecha de planificación familiar en un mundo de 8 mil millones: innovaciones que posibilitan el acceso para toda la población

Leiliana Pereira en una cita virtual ginecológica en uno de los puestos de Saúde das Manas en Portel, Brasil. © UNFPA Brasil
  • 29 Noviembre 2022

YANGÓN, Myanmar/PORTEL, Brasil - El acceso a métodos anticonceptivos y a la planificación familiar ha sido durante mucho tiempo una cuestión complicada; y la pandemia de la COVID-19 empeoró la situación. 

Según una investigación del UNFPA, los problemas en el acceso a los servicios y suministros de planificación familiar hicieron que 12 millones de mujeres de 115 países se vieran privadas de métodos anticonceptivos y que se produjeran hasta 1,4 millones de embarazos no planificados.

Para muchas personas, la crisis del coronavirus reafirmó la necesidad de soluciones innovadoras para el problema mundial de la necesidad insatisfecha de planificación familiar moderna. En todo el mundo, el UNFPA respondió a esta necesidad urgente con ingenio. A continuación, mostramos dos nuevas herramientas tecnológicas que contribuyen a acelerar el avance del UNFPA para lograr la planificación familiar universal para los 8 mil millones de personas que habitan oficialmente el planeta en estos momentos. 

Saúde das Manas

Incluso antes de que la pandemia de la COVID-19 provocara interrupciones generalizadas en la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva, algunas comunidades tenían poco o ningún acceso a una atención sanitaria continua. 

De hecho, las visitas del personal de ginecología habían sido tan escasas en algunas comunidades del estado brasileño de Pará que hay quien asegura que muchas mujeres desconocen su existencia. «Hasta 2011 no supe que existían los ginecólogos», relata Leiliana Pereira al UNFPA.

Sin embargo, esto podría cambiar tras la introducción de un nuevo servicio telemédico lanzado en agosto de 2020 por el UNFPA y el Consejo de Departamentos Municipales de Salud de Pará llamado Saúde das Manas (Salud de las Hermanas). 

Salud de las Hermanas pone en contacto a mujeres y niñas en zonas de difícil acceso con servicios telemédicos de salud sexual y reproductiva, posibilitando que accedan a servicios como consultas prenatales, detección de cáncer ginecológico y planificación familiar. El proyecto funciona ahora en 13 distritos de Pará, un estado de la Amazonía del Brasil que ha luchado por reducir su tasa de mortalidad materna.

En Portel, una ciudad de Pará, y sus alrededores, los tabúes en torno a la planificación familiar son profundos y es difícil acallar la desinformación. La Sra. Pereira, que vive en Portel, asegura que muchas personas en su comunidad, especialmente aquellas de la zona rural, carecen de información adecuada sobre métodos anticonceptivos. Ella, madre de cinco hijos, tenía 17 años cuando dio a luz por primera vez. «No fue algo planeado, sino que sucedió», relata. 

A principios de este año, acudió a una cita ginecológica en uno de los puestos de Saúde das Manas, en Portel, con el objetivo de retomar el uso de anticonceptivos. Sentada junto a la enfermera de telemedicina Stephanie Monteiro en su ciudad natal, la Sra. Pereira conversó por video con una doctora. 

Ella es una de las casi 14.000 mujeres a las que ha llegado Saúde das Manas. Y, dado que la organización del proyecto está estudiando la posibilidad de ampliarlo, no será la última. 

«Espero que esto continúe, no solo para mí, sino para todas las mujeres que necesitan atención médica», desea Pereira. «Los ginecólogos son los médicos de las mujeres porque conocen nuestras necesidades». 

Baykin 2

En la comunidad de Thura, en Myanmar, se detectaron problemas similares. «En nuestra comunidad existe un estigma social para hablar de salud sexual y reproductiva, especialmente en lo que respecta a la adolescencia y juventud. La gente es demasiado tímida para hablar de ello», dice esta chica de 15 años.

Y al igual que en el Brasil, los tabúes eran tan solo uno más de los obstáculos que se interponían en el acceso a la información sobre salud sexual y reproductiva. Antes de la pandemia de la COVID-19, el UNFPA colaboraba con sus asociados para facilitar sesiones presenciales de concienciación sobre estas cuestiones. Pero después de que el virus comenzara a extenderse por todo el mundo y de que la inestabilidad política de Myanmar provocara restricciones a los movimientos de las personas jóvenes, estas conversaciones se vieron obligadas a migrar a un espacio más seguro: internet. 

An educator demonstrates a mobile app with young people.
Jóvenes participan en la sesión de orientación de la aplicación móvil Baykin 2. © UNFPA Myanmar

La aplicación Baykin 2 es una plataforma de aprendizaje virtual diseñada para presentar a la juventud de Myanmar información fundamental sobre salud y derechos sexuales y reproductivos, igualdad de género, violencia de género y otras cuestiones.

«Algunos jóvenes se sienten cómodos y seguros a través de esta plataforma virtual y plantean sus problemas abiertamente para recibir nuestra ayuda. Nos llena de felicidad ver cómo su interés y su participación activa aumentan», afirma Aung Pike Tun, coordinador del programa Marie Stopes en Myanmar.

La aplicación Baykin 2 fue diseñada para informar a las personas adolescentes y jóvenes en Myanmar de temas clave de salud sexual y reproductiva, igualdad de género y violencia de género, entre otros. Los juegos y los elementos visuales facilitan el aprendizaje sobre sus cuerpos y sus derechos. 

Desde su lanzamiento oficial en junio de 2022, la base de usuarios de Baykin 2 ha aumentado significativamente, según el UNFPA Myanmar. La mitad de los usuarios tienen entre 10 y 24 años; y, además, algunos padres han creado cuentas para sus hijos.

La traducción al español de Baykin es «estar a salvo», que se corresponde con el objetivo final de la aplicación: ayudar a las personas jóvenes a adquirir los conocimientos necesarios para ejercer sus derechos y evitar el riesgo de embarazos no intencionales, abortos en condiciones de riesgo, violencia de género y otras complicaciones que comprometan sus vidas.

«La información sobre salud sexual y reproductiva salva la vida y el futuro de las personas jóvenes», afirma Mya Kalyar Kyaw, de 23 años. «No es un lujo. Es nuestro derecho fundamental».

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