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Líderes religiosos hacen un llamamiento a la acción sobre la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos ante las Naciones Unidas

Líderes religiosos se reúnen en las Naciones Unidas para instar a la acción sobre la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos. Fotografía: UNFPA/Omar Kasrawi
  • 19 de septiembre de 2014

NACIONES UNIDAS, Nueva York – Una delegación de líderes de religiosos hizo hoy en las Naciones Unidas un emocionante llamamiento a la acción sobre la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos. Su declaración, emitida al margen del 69.º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, insta a los líderes mundiales a defender estos derechos y a garantizar que se reflejan en los planes de desarrollo que se están preparando para 2015.

“Nosotros, las personas de fe, hacemos un llamamiento al sistema de las Naciones Unidas y a los Estados Miembros para que garanticen que la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos constituyen una parte fundamental de la agenda para el desarrollo sostenible después de 2015”, afirma la declaración.

En representación de las fes bahaí, budista, cristiana, hindú, judía y musulmana, más de 40 líderes de todo el mundo se reunieron en la Sede de las Naciones Unidas el 18 y el 19 de septiembre para emitir este llamamiento y abordar sus propios retos y éxitos en el camino para materializar estos derechos.

Los asociados religiosos del UNFPA trabajan para promover los derechos humanos en la comunidad. No obstante, con frecuencia se encuentran una fuerte oposición, sobre todo a sus esfuerzos por promover la salud sexual y reproductiva, la igualdad entre los géneros y la ausencia de violencia.

En su declaración reconocieron que “hoy nos enfrentamos a retos críticos”. “Son demasiadas las comunidades que todavía sufren la humillación del estigma, la discriminación, la violencia y múltiples formas de injusticia. Cuando estas violaciones se producen en nombre de la religión, la cultura o la tradición, nos sentimos ofendidos y heridos, además de obligados a responder”.

Desde la base

Todas las organizaciones religiosas representadas en este acto cuentan con una larga trayectoria de trabajo con comunidades vulnerables.

Por ejemplo, Buddhist Global Relief, trabaja con personas con VIH y presta apoyo a los sobrevivientes de la trata y la explotación sexual.

“Dado que las mujeres constituyen el centro de la comunidad, si las empoderamos pueden atender las necesidades de sus familias —y de todo su pueblo—”, afirma Sylvie Sun, responsable de la recaudación de fondos de la organización.

El obispo Julio Murray de la Iglesia Anglicana de Panamá, que también es Presidente del Comité Ecuménico de Panamá y expresidente del Consejo Latinoamericano de Iglesias, afirma que las iglesias con las que trabaja han llegado al consenso de “que caminarán de la mano para esforzarse y luchar contra todas las situaciones relacionadas con la oposición a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos”.

Su organización, conjuntamente con el UNFPA, ha elaborado materiales educativos para escuelas e iglesias “destinados a concienciar a la gente sobre los derechos reproductivos que tenemos”, dice. También han llevado a cabo una evaluación en 11 países sobre la concienciación de la gente respecto a estos derechos y los esfuerzos de los países por salvaguardarlos.

Según los líderes religiosos, estos programas están dando sus frutos.

“Es maravilloso ver como en la actualidad muchas mujeres musulmanas se defienden y demandan que haya un cambio, que haya igualdad y justicia para las mujeres musulmanas”, afirma Zainah Anwar, Directora de Musawah, movimiento mundial para la igualdad y la justicia en la familia musulmana.

No en nuestro nombre

No obstante, los líderes religiosos admitieron que su trabajo sigue siendo un gran reto.

Su declaración —A Call to Action: Faith for Sexual and Reproductive Health and Reproductive Rights (un llamamiento a la acción: la fe a favor de la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos)— repudia los abusos que socavan los derechos humanos, que con frecuencia se consideran fundamentados en la religión.

“Ninguna madre debería morir en nuestro nombre mientras da a luz”, afirma. “Ninguna niña, niño, mujer ni hombre debería sufrir abusos, ser violado o asesinado en nuestro nombre. Ninguna niña debería ser privada de su educación, no debería ser casada, ni sufrir daños o abusos en nuestro nombre. A nadie debería negársele el acceso a la atención médica básica, ni a ningún niño o adolescente debería negársele el conocimiento y el cuidado de su cuerpo en nuestro nombre. A ningún joven debería negársele disfrutar plenamente de sus derechos humanos en nuestro nombre”.

Kate Gilmore, Directora Ejecutiva Adjunta del UNFPA aplaude su trabajo. “Son ustedes valientes al pronunciarse y defender los derechos humanos asociados a sensibilidades, algo muy controvertido y con frecuencia contestado”, afirmó.

“Quisiera aprovechar esta oportunidad para elogiar su valentía, su trayectoria y sus logros”, añadió.

Para la Sra. Anwar, todos estos logros colectivos confirman una fe compartida en la justicia y la igualdad.

“En el siglo XXI”, afirmó, “no puede haber justicia sin igualdad”.

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