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Convertir las palabras en acciones: La activista Victoria Rovira Hernández toma partido en la pasarela “bodyright” de Costa Rica para personas trans y trabajadoras sexuales

El video con el mensaje de Victoria Rovira Hernández se reproduce durante el desfile de moda Bodyright en el marco de la semana de la moda de Costa Rica. © UNFPA Costa Rica / Yonel Puga
  • 29 Noviembre 2023

SAN JOSE, Costa Rica – En agosto de 2023, la activista por los derechos trans, Victoria Rovira Hernández, tomó la pasarela para una presentación poco convencional durante la semana de la moda de Costa Rica.

El evento contó con un diverso grupo de mujeres que modelaron representando a  las diversidades y minorías más dejadas atrás (como indígenas, afrodescendientes, con discapacidad, migrantes y LGBTIQ+), todas las cuales llevaban vestidos largos y blancos adornados con declaraciones personales enlazados por un hilo común: su defensa del bodyright.

La campaña bodyright del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que tiene a su cargo las cuestiones de salud sexual y reproductiva, llama al mundo a reconocer y defender los derechos de las mujeres, las niñas y las y los miembros de comunidades marginadas, incluidas las personas LGBTQIA+, como Victoria, a la autonomía corporal y a una vida libre de violencia en línea.

Para demasiadas personas, este derecho no está garantizado. En todo el mundo, las personas LGBTQIA+ siguen siendo altamente vulnerables a la violencia de género en todas las esferas en que se desenvuelven.

Las minorías sexuales y de género en decenas de países informan que son víctimas de ataques físicos, agresión policial, discriminación en la atención sanitaria y violencia en la pareja; en tanto, una nueva investigación del Centro para la Innovación en la Gobernanza Internacional (CIGI) revela que las personas trans y de género diverso corren el mayor riesgo de abuso facilitado por la tecnología.

“La violencia en línea puede ocurrir en cualquier lugar, puede ocurrirle a cualquier persona, y puede suceder en cualquier momento. Para las personas vulnerables a formas de discriminación interrelacionadas, los niveles de violencia digital son aún más extremos”, señaló la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem, en un comunicado en el que se presentaron los 16 Días de activismo contra la violencia de género.

“Cualquier entorno, sea digital o analógico, debe ser un espacio sin violencia de género”.

Mi cuerpo es mío

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Victoria  Rovira Hernández camina en la pasarela Bodyright durante la semana de la moda de Costa Rica. © UNFPA Costa Rica / Yonel Puga

Cuando Victoria caminó por la pasarela -acompañando a una modelo con discapacidad visual-, llevaba una túnica con el mensaje que ella eligió: “Ser trabajadora sexual no me quita el derecho sobre mi cuerpo”.

Como trabajadora sexual, Rovira  utiliza su plataforma para abogar por los derechos de otras trabajadoras sexuales, muchas de las cuales son personas trans. En 2018, cofundó la organización Colectiva Trans-Parencias, que trabaja para apoyar a estas comunidades.

El trabajo sexual ocupa una zona legal incierta en Costa Rica. Debido a que el sector carece de reglamentaciones, los y las trabajadoras sexuales tienen pocas protecciones.

“Los hombres por lo general piensan que la mujer con la que se relacionan les pertenece, y si están pagando por sus servicios, hay un mayor [sentido de] la propiedad”, manifestó.

En el ámbito mundial, las trabajadoras sexuales se enfrentan de manera desproporcionada a la violencia en el trabajo y, como con cualquier otra actividad, la aparición de nuevas tecnologías ha traído consigo nuevos desafíos.

“En una ocasión, un cliente revisó mi teléfono; se trataba de una persona con problemas de confianza”, relató Victoria. “Llegó a un punto en el que tuve que sacar a esa persona completamente fuera de mi vida, y hasta el día de hoy todavía me envía mensajes”.

Más allá de los riesgos de la violencia digital asociada con el trabajo sexual, las investigaciones muestran que las personas trans y de género diverso en general deben lidiar con índices desproporcionadamente altos de violencia facilitada por la tecnología.

Dos de cada tres personas trans y de género diverso encuestadas por el CIGI informaron ser sobrevivientes de abuso facilitado por la tecnología; en tanto que casi una de cada tres informó que la experiencia tuvo un rudo impacto en su salud mental.

“Ser una persona abiertamente trans nos expone a ciertas violencias, y muchas de esas se dan en medios digitales”, afirmó Vicky (como se le conoce)  en un video para la campaña bodyright del UNFPA.

“No podemos permitir que nos quiten nuestros derechos, que nos quiten nuestras capacidades, nuestra voz, a través de la violencia digital”, agregó.

Ponerse de pie y forjar comunidad

En su día a  día, la Sra. Hernández sabe en dónde  está parada. “Levanto la voz acerca de las cosas en las que creo”, ríe.

“Cuando la gente carece de argumentos contra lo que digo, me atacan por ser trans”, comentó. Rovira Hernández. “Cuando hablo sobre antirracismo, o cuando señalo a las personas por ser racistas o por exhibir prejuicio contra las personas que viven con sobrepeso, buscan maneras de atacar mi identidad”.

A pesar de los intentos de silenciarla, esta activista continúa teniendo presencia en línea, compartiendo sus ideas y opiniones con sus miles de seguidores.

“Cuando utilizo las redes sociales, no las utilizo para educar a las personas que no quieren aprender”, explicó. “Las uso para hablar y encontrar personas como yo, o aquellas que busquen personas como yo”.

“Mi activismo está dirigido a ayudar a mi comunidad”.

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