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Comprometidas a apoyar los partos en medio de la deteriorada situación de seguridad en Afganistán
- 27 Octubre 2021
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DAIKUNDI, Afganistán – A medida que la situación de seguridad se deterioraba en Afganistán, en el curso de las últimas semanas, la prestación de servicios de salud reproductiva, incluido el parto seguro, se vio gravemente afectada. Najaba, de 36 años, sufrió de primera mano la manera en que los peligros del embarazo dieron de frente con la creciente inseguridad.
Madre de cuatro hijos de la aldea de Zaradnay, visitó el hospital de distrito justo antes de su fecha prevista de parto del 17 de agosto para comprobar el progreso de su embarazo. Un examen de ultrasonido reveló que el feto estaba en posición transversal, lo que significa que estaba acostado horizontalmente en lugar de boca abajo: una complicación peligrosa.
El médico le dijo que necesitaba una cesárea, pero Najaba temía la operación. Abandonó el hospital para reflexionar más sobre su situación. Incluso consideró tratar de dar a luz en casa. “Cuando el hospital de distrito me dio de alta, decidí dar a luz en casa con el apoyo de mi madre”, dijo Najaba.
No obstante, en los días posteriores, la creciente inseguridad forzó el cierre de muchas instalaciones sanitarias, incluido el hospital de distrito.
Najaba se dio cuenta entonces de que, si el parto se complicaba, no podría buscar ayuda de emergencia.
Una búsqueda desesperada de atención
Llamó a su madre en estado de desesperación. Su madre llamó a muchas de las mujeres mayores de su comunidad para pedir consejo. Finalmente, Najaba recordó, “una pariente me llamó y me informó sobre una pequeña clínica”.
Era la cercana Casa de Salud Familiar Ghuchan, un centro apoyado por el UNFPA donde una partera comunitaria seguía prestando servicios a mujeres embarazadas.
No mucho después, Najaba entró en labor de parto. Con su madre y su marido, corrió a la casa de salud familiar. Allí, la partera tomó su historia clínica, le hizo un examen físico y escuchó sus preocupaciones. Cuando Najaba expresó ansiedad en torno al parto, la partera la consoló y le dijo que trataría de traer al mundo al bebé sin ningún procedimiento quirúrgico.
Cuatro horas después nacía un bebé sano de manera natural.
La partera calificada había podido evitar una cesárea, y Najaba y el bebé estaban lo suficientemente sanos como para recibir el alta poco después.
Manteniendo las puertas abiertas
Najaba se sintió aliviada de dar la bienvenida a su quinto bebé, y su familia estaba muy contenta. Regresó a ver a la partera para recibir atención postnatal y servicios neonatales para a criatura.
Ella y su familia dicen que tienen planes de recomendar la casa de salud familiar a todas las embarazadas que conozcan en el futuro.
La casa de salud familiar, situada en el distrito de Shahristan, en la provincia oriental de Daikundi, presta servicios de salud vitales de naturaleza reproductiva, materna, neonatal e infantil. Es una de las 172 casas de salud familiar en aldeas geográficamente remotas donde la gente tiene poco acceso a los servicios de salud.
Con el apoyo del UNFPA y las comunidades locales, estos centros han podido seguir funcionando o reabrir después de un breve cierre, incluso en medio de la actual situación de seguridad. Los servicios incluyen parto seguro, atención prenatal, planificación familiar, servicios de nutrición y atención integrada de las enfermedades infantiles a niñas y niños menores de cinco años.