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Aumento de la respuesta humanitaria para los refugiados sirios
- 24 Junio 2012
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MACCHA, el Líbano— Desde el comienzo de la crisis en Siria el año pasado, casi 80 000 personas han buscado refugio en los países vecinos. Solo al Líbano han huido más de 26 000 refugiados sirios. Dado que la gran mayoría de los refugiados son mujeres y niños, la prioridad del UNFPA ha sido proporcionar servicios de salud reproductiva a los afectados por la crisis en Siria.
Y es que las mujeres que huyen de la guerra pueden verse obligadas a dar a luz durante la huida o en situaciones insalubres, sin contar siquiera con los artículos más básicos para un parto en condiciones higiénicas.
“Una chica de 20 años dio a luz sola en una cocina y cortó el cordón umbilical del recién nacido con un hilo que se usaba para coser pollos”, recuerda Zeina, una de las dos enfermeras encargadas del único centro médico para refugiados sirios de la aldea de Maccha, en el norte del Líbano. “Cuando acudió a nosotras, el bebé lloraba y tenía una infección grave. El olor era insoportable”.
Los partos sin atención sanitaria son frecuentes
Los partos sin la debida atención sanitaria ya eran frecuentes en muchas partes de Siria antes del conflicto. “Di a luz a mi tercera hija en un coche. Salió y yo estaba sola», recuerda Sourraya, una refugiada de 22 años con cinco hijos. “Mi primer hijo es el único que nació en un hospital. Los demás nacieron todos en condiciones caóticas: o bien en casa, o en el coche, en el largo camino a la clínica”.
Sourraya es de Hosn, una pequeña localidad cercana a la ciudad de Homs, en Siria. Se vio obligada a huir del país con sus cinco hijos y su cuñada. Sus maridos se quedaron atrás. Actualmente vive en Maccha en un apartamento con otras cinco familias. El más pequeño de sus hijos solo tiene un mes.
Los servicios de atención médica se ven afectados por el conflicto
“Mis embarazos son fáciles, no necesito asistencia médica”, afirma Sourraya sonriendo. Pero los obstetras y las matronas saben que el parto es el momento más vulnerable de la vida de una mujer, y resulta imposible predecir con seguridad cuándo se van a presentar complicaciones que hagan peligrar su vida. En 2010 se estimó que la tasa de mortalidad materna en Siria era de 70 por cada 100 000 nacidos vivos. No obstante, esta tasa suele ser más elevada en las zonas rurales, especialmente en periodos de conflicto. Sourraya admite que, si bien es cierto que le habría gustado solicitar asistencia médica durante sus embarazos, “en Siria hay pocos servicios médicos disponibles”.
Debido al largo conflicto, los servicios médicos en Hosn y otras poblaciones remotas de Siria se ven más limitados que nunca. “Cuando empezó la guerra, la única ginecóloga de Hosn hizo las maletas y huyó”, comenta Sourraya. “Su marido es el farmacéutico del pueblo. También cerró”.
Con el fin de garantizar que las mujeres reciban la atención prenatal y posnatal que necesitan, el UNFPA y sus asociados dan formación y destinan a matronas a zonas afectadas (véase a continuación).
Los tabúes y los conceptos erróneos complican la prestación de servicios sanitarios
Zeina lleva muchos años trabajando con refugiados sirios en el Líbano, y afirma que hablar de salud sexual y reproductiva suele ser un tabú. Los jóvenes solteros no solicitan asesoramiento ni servicios de salud reproductiva. “Vino a vernos una chica de 17 años que estaba comprometida con su primo, porque no había tenido la regla en todo el año anterior”, menciona Zeina. “No se le había ocurrido solicitar atención médica. Solo aludió a ello cuando fue a ver a un médico de cabecera por un dolor de oído. Resultó que tenía un quiste ovárico”.
El matrimonio precoz también es frecuente en Siria, algo que restringe la autonomía de las mujeres en los asuntos sexuales y reproductivos. Sourraya se casó a los 15 años. Cuando le preguntamos si fue demasiado temprano, afirma: “Es temprano. Todavía me siento como una niña pequeña. Yo no casaría a mi hija a esa edad. No hasta que tenga 20 años y esté preparada”.
También hay conceptos erróneos muy extendidos sobre las opciones de planificación familiar. Muchas mujeres rechazan recibir inyecciones anticonceptivas porque creen que provocan esterilidad. Sourraya dice que utiliza un DIU, pero que muchas veces los hombres se niegan a hacerse responsables de los métodos anticonceptivos. “No funciona así”.
UNFPA Líbano está distribuyendo botiquines y suministros de salud reproductiva a centros de salud del norte del Líbano. Además, el UNFPA está organizando sesiones de formación para garantizar que el personal sanitario sea capaz de prevenir y controlar las consecuencias de la violencia sexual y la transmisión del VIH, así como la morbilidad neonatal y materna. Las mujeres y las niñas también han recibido “kits de dignidad” con artículos personales, entre ellos suministros sanitarios. A raíz del aumento en el número de refugiados sirios en la región, el UNFPA está también ampliando su respuesta humanitaria en Jordania, Türkiye, el Iraq y el territorio sirio.
Matronas al rescate
A medida que aumenta el número de personas que huyen de Siria, crece también la necesidad de disponer de servicios sanitarios para mujeres.
Es por eso que Kristin Naess-Andresen, matrona superior del Hospital Universitario de Oslo con 17 años de experiencia, no se lo pensó cuando el Consejo Noruego para los Refugiados la invitó a proporcionar recursos adicionales a la oficina del UNFPA en Jordania.