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“Sanad es su salvavidas”: En un espacio seguro del UNFPA en Egipto apoyando a las mujeres que huyen del conflicto en Sudán

La Sra. Yassin recibe apoyo en un espacio seguro del UNFPA después de huir de Sudán. © UNFPA Egipto/Remon Magdy
  • 19 Junio 2023

EL CAIRO, Egipto – “Había cadáveres en las calles. Tuve que cubrirle los ojos a mi hijo de seis años para que no viera”, relató Hanaa Yassin, sudanesa y madre de seis hijos.

La Sra. Yassin huyó de Sudán hacia Egipto en mayo de 2023. Su viaje desde Jartum, la capital de Sudán, fue agotador. Ella y sus seis hijos viajaron durante cinco días, cambiando de un autobús a otro y, en un momento dado, presenciaron un ataque aéreo.

“El conductor del autobús nos hizo bajar del autobús y todo el mundo gritaba y corría en distintas direcciones”, prosiguió. “Yo trataba de mantenerme al lado de mis hijos”.

“Es difícil imaginar lo aterrador que fue".

Yassin es una de las casi medio millón de personas obligadas a abandonar Sudán en momentos en que el conflicto mortal entra en su tercer mes, pero si bien los combates en el país de origen de la Sra. Yassin representaban una amenaza para su seguridad y la de su familia, lamentablemente también es el caso del desplazamiento y el reasentamiento.

A medida que decenas de miles de refugiados, solicitantes de asilo y otras personas cruzan desde Sudán hacia los países vecinos, las y los recién llegados pueden tener que involucrarse en actos violentos por los escasos recursos, así como (especialmente para las mujeres y las niñas) mayores riesgos de explotación y abuso sexual.

El UNFPA trabaja para empoderar a las mujeres y niñas en contextos humanitarios de todo el mundo con el apoyo que necesitan para superar las crisis. Mientras tanto, en Egipto, la red de espacios seguros del organismo ofrece a las y los recién llegados de Sudán un lugar para obtener servicios de salud sexual y reproductiva, apoyo para la gestión de casos de violencia de género, asesoramiento psicosocial y otros elementos esenciales.

Un espacio seguro en Giza

Cientos de miles de personas han cruzado a Egipto desde Sudán desde que estalló el conflicto en abril. Muchas son mujeres y niñas que necesitan urgentemente alimentos, refugio, asistencia en efectivo y atención médica.

“Lo primero que observo en las mujeres que entran es el estado de shock en que se encuentran”, indicó Heba Shaarawy, encargada del equipo de gestión de casos en el espacio seguro del UNFPA en Giza, Egipto. “No solo porque fueron testigos de la guerra, sino por la pérdida de sus recursos sociales y financieros y por lo desconocido que les espera”.

En el espacio seguro Sanad del UNFPA, equipos de trabajadores de casos, psicólogos y psiquiatras trabajan para evaluar las necesidades de las mujeres y proporcionar apoyo específico. Más de 300 personas han sido atendidas hasta el momento en el espacio seguro.

“Sanad es su salvavidas”, declaró Shaarawy.

También es un lugar donde la gente puede construir comunidad en medio de la crisis. En una sesión de intercambio del 7 de junio, 11 mujeres, entre ellas ocho recién llegadas de Sudán, se reunieron en un círculo para reflexionar sobre sus miedos y sentimientos. Una compartió que está agradecida de haber traído a sus hijos aquí, ya que “no tendrán que crecer en medio de la guerra”.

Otra dijo: “No quiero que mi familia se divida. Mis hijos y yo estamos aquí, pero mi esposo todavía está en Sudán”.

Reconstruyendo vidas

El miedo compartido en el espacio seguro de Sanad sobre la separación familiar es la realidad actual de la Sra. Yassin. Su marido se vio obligado a quedarse en Sudán debido a las restricciones de visado a los hombres para ingresar a Egipto, y desde su partida, ella no ha tenido contacto con él.

Su hijo menor pregunta constantemente cuándo llegará su padre.

La Sra. Yassin lleva poco más de un mes en Egipto y llegó a El Cairo el 19 de mayo. Ella es una de las 250.000 personas que han huido de Sudán hacia Egipto, lo que hace que el país sea anfitrión de la mayor comunidad de refugiados y migrantes sudaneses entre sus vecinos. El Gobierno de Egipto está trabajando para proporcionar a esta comunidad asistencia humanitaria, incluidas alimentación, atención médica y apoyo psicológico.

Desde que la Sra. Yassin llegara, ha intentado inscribir a sus hijos en la escuela y encontrar trabajo para poder ayudarlos, y ha visitado el espacio seguro del UNFPA. En colaboración con el Ministerio de Juventud y Deportes de Egipto, el UNFPA maneja 11 espacios seguros en seis gobernaciones de todo Egipto.

“Necesito reiniciar mi vida”, dijo. “Cualquier otra cosa es reemplazable, pero echo de menos mi vida como era”.

 

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