En 2013, 232 millones de personas —el 3,2% de la población mundial— vivían fuera de su país de origen. La mayoría de los migrantes cruzan las fronteras en busca de mejores oportunidades económicas y sociales. Otros se ven obligados a huir de crisis. La migración interna en el seno de los países también está aumentando. La magnitud y la complejidad de la migración la convierten en una potente fuerza del desarrollo y una cuestión de gran prioridad tanto para países en desarrollo como desarrollados. El hecho de que prácticamente la mitad del total de los migrantes son mujeres, en su mayoría en edad reproductiva, es otro de los motivos por los que se trata de un problema acuciante para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés). El UNFPA trabaja para que exista una mayor comprensión de los problemas migratorios, aboga por que los datos en esta materia sean mejores y promueve la incorporación de la migración a los planes de desarrollo nacionales. Defiende, asimismo, que se aborden las preocupaciones especiales de las mujeres y otros migrantes vulnerables, y trabaja para atender las necesidades de salud reproductiva de emergencia tanto de los refugiados como de los desplazados internos.

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Un mundo en movimiento

La globalización ha aumentado la movilidad del trabajo. Y en numerosos países desarrollados el descenso de la fecundidad y de la población en edad activa ha provocado el aumento de la demanda de trabajadores extranjeros para sostener las economías nacionales. Los migrantes por razones económicas son el grupo que crece más rápidamente en el mundo y son muchos los países que en su momento enviaron trabajadores al extranjero —como Argentina, Corea del Sur e Irlanda— que hoy reciben también flujos de migrantes.

 

 

Migrantes por origen y destino. El «Sur» se refiere a los países en desarrollo y el «Norte», a los países desarrollados. Fuente: Population Facts núm. 2013/3

Pese a que se presta una gran atención a la migración entre continentes, la mayoría de los migrantes internacionales recorren distancias menores. América del Norte y Oceanía atraen a la mayor parte de los migrantes internacionales procedentes de otras regiones, pero la mayoría de los migrantes de África, América Latina y el Caribe, Asia y Europa continúan residiendo en la región en la que nacieron. En 2013, 81,9 millones de migrantes procedentes de países en desarrollo vivían en un país desarrollado (lo que se denomina migración «del Sur al Norte»), mientras que 82,3 millones de migrantes procedentes de países en desarrollo vivían en otro país en desarrollo (lo que se denomina migración «del Sur al Sur»).

Las personas también se trasladan para huir. A finales de 2013, aproximadamente 51,2 millones de personas fueron desplazados a la fuerza a consecuencia de la persecución, el conflicto, la violencia o la violación de los derechos humanos. Aproximadamente 16,7 millones de personas eran refugiados, 33,3 millones de personas eran desplazados internos y casi 1,2 millones eran solicitantes de asilo. Las crisis pueden provocar el desplazamiento de grandes poblaciones en períodos de tiempo muy cortos: entre diciembre de 2012 y enero de 2013, por ejemplo, más de 255 000 sirios habían abandonado su país.

La migración interna —desplazamiento dentro de los países— también está aumentando, como respuesta de las personas a la distribución desigual de los recursos, los servicios y las oportunidades, o para huir de la violencia, de desastres naturales o del número cada vez mayor de fenómenos meteorológicos extremos. El desplazamiento de personas de las zonas rurales a las urbanas ha contribuido al crecimiento explosivo de las ciudades en todo el mundo.

Las altas tasas de fecundidad y el rápido crecimiento de la población en algunos países en desarrollo generan presiones que favorecen la emigración al poner a prueba las infraestructuras y los sistemas de servicios sociales. Simultáneamente, la migración también se ha convertido en un importante componente del crecimiento de la población en los países en los que la fecundidad ha descendido. En algunos lugares de Europa y Asia, la migración está mitigando los descensos de la población asociados a una baja fecundidad y al envejecimiento de la población.

Migración femenina

Mujeresmigrantes como porcentaje del total de migrantes internacionales. Fuente: Population Facts núm. 2013/2

Uno de los cambios más significativos que se han producido en los patrones migratorios durante la última mitad de siglo es que nunca antes habían emigrado tantas mujeres solas. Actualmente, las mujeres representan prácticamente la mitad de la población internacional de migrantes y en algunos países llegan hasta el 70% o el 80%.

Debido a que con frecuencia las mujeres migrantes acaban en trabajos productivos y de servicios de bajo estatus social y escasa remuneración, con frecuencia trabajan en sectores de la economía no regulados y segregados por géneros, como el servicio doméstico, y se ven expuestas a un riesgo mucho mayor de explotación, violencia y abuso. Las migrantes son especialmente vulnerables ante la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, un negocio multimillonario. Las mujeres víctimas de la trata se ven expuestas a la violencia sexual y a las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, y sin embargo su acceso a los servicios médicos o legales es escaso.

Migrantes vulnerables

Cada año, varios millones de personas emigran sin una autorización adecuada, según la Organización Internacional para las Migraciones. Con frecuencia, estos migrantes se enfrentan a viajes peligrosos, a la explotación por parte de redes de contrabando, condiciones de trabajo y de vida difíciles, intolerancia a su llegada a suelo extranjero y carencia de acceso a los servicios sociales básicos, incluida la atención médica. Su condición irregular en ocasiones hace que tengan miedo a buscar ayuda cuando sus derechos son violados.

Migración y desarrollo

La migración se ve cada vez más como una fuerza que puede contribuir al desarrollo. Los migrantes hacen una importante contribución a la prosperidad económica de sus países anfitriones, y el flujo de capital económico, tecnológico, social y humano de vuelta a sus países de origen contribuye a reducir la pobreza y a estimular el desarrollo económico también en estos.

Las remesas —dinero que envían los migrantes a sus familias en su país de origen— constituyen una importante fuente de capital para los países en desarrollo. Las remesas permiten alimentar y educar a los niños y por lo general mejoran los niveles de vida de los seres queridos a los que se ha dejado atrás. La importancia de estas transferencias financieras está en aumento. Se espera que las remesas hacia los países en desarrollo registradas oficialmente alcancen los 435 000 millones de dólares en 2014, lo que supone un incremento del 5% con respecto a 2013. Si se incluyen las remesas hacia países de ingresos altos, se calcula que la cifra alcance los 582 000 millones este año y los 608 000 millones el año próximo.

En muchos países, las remesas suponen un importe mayor que la asistencia oficial para el desarrollo o la inversión extranjera directa. (Curiosamente, los datos disponibles señalan que las mujeres envían a casa una proporción mayor de sus ingresos que los hombres). Los migrantes también son importantes vehículos de transmisión de «remesas sociales», incluidas nuevas ideas, productos, información y tecnología.

Pero la migración también tiene sus aspectos negativos: puede privar a los países de trabajadores con una elevada formación y cualificación, proceso conocido como «fuga de cerebros». También puede separar a las familias e incrementar las desigualdades entre las personas que reciben remesas y las que no. Actualmente existen iniciativas para contrarrestar los efectos negativos de la fuga de cerebros, para promover que los migrantes inviertan en sus países de origen y aporten sus conocimientos, aptitudes y conocimientos técnicos al proceso de desarrollo.

Las iniciativas para aprovechar el potencial de la migración incluyen el exitoso Diálogo de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Migración Internacional y el Desarrollo de octubre de 2013 y el programa del Secretario General de las Naciones Unidas «Conseguir que la migración funcione: un programa de acción de ocho puntos», que demanda la protección de los derechos humanos de todos los migrantes; la reducción de los costos que representa la migración de trabajadores; la eliminación de la explotación de los migrantes, en particular la trata de personas; medidas encaminadas a abordar la difícil situación de los migrantes desamparados; la mejora de la percepción pública de los migrantes; la integración de la migración en la agenda para el desarrollo; el refuerzo de la base empírica sobre migración; y la mejora de las asociaciones y de la cooperación en el ámbito de la migración.

El UNFPA en acción

El UNFPA trabaja para garantizar que la migración internacional se reconoce como un factor importante del desarrollo. Como miembro activo del Grupo Mundial sobre Migración, trabaja para aprovechar el potencial de desarrollo humano, social y económico de la migración, defiende la mejora de los datos en esta materia como apoyo a la elaboración de políticas y promueve la incorporación de la migración a los planes de desarrollo nacionales. 

El UNFPA también promueve el diálogo político y mejora la capacidad de los gobiernos para responder a problemas relacionados con la migración internacional. El Fondo respalda la investigación y los estudios orientados a la política, y presta ayuda a los gobiernos en su capacidad de recopilación de estadísticas sobre migración, incluidos datos desglosados por géneros. El UNFPA también aboga por que se aborden las preocupaciones especiales de las mujeres migrantes y los jóvenes migrantes, incluida la eliminación de la discriminación, los abusos y la trata.

En las emergencias, el UNFPA trabaja con asociados para atender las necesidades de salud reproductiva de las refugiadas y las desplazadas internas. Asimismo, presta servicios de salud reproductiva y asesoramiento a las víctimas de la trata, y proporciona asistencia técnica, capacitación y apoyo a los gobiernos y a otros órganos para ayudar a combatir este problema.

Actualizado 18 de noviembre 2014