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En un mundo de 8.000 millones de habitantes hay mucho que celebrar: cada vez más mujeres sobreviven al embarazo, más recién nacidos superan sus frágiles primeros meses y disfrutamos de vidas más largas y de un mejor estado de salud.
Pero estas buenas noticias vienen acompañadas de ciertas inquietudes: ¿somos demasiadas personas?; ¿hay recursos suficientes?Intentar responder a estas cuestiones centrándonos en el número de bebés nacidos —y, por tanto, en las libertades reproductivas de las mujeres— solo sirve de distracción. Es esencial abordar las crisis climáticas y los problemas económicos examinando las causas subyacentes y las soluciones, incluidas las emisiones de combustibles fósiles y la distribución de la riqueza.
[Imagen superior] Divya (izquierda), de 16 años, líder juvenil en materia de salud sexual y reproductiva, junto a su hermana en una montaña cercana a su aldea de Tikuri, la India. © Nanna Heitmann/Magnum Photos para el UNFPA
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Debemos defender con firmeza la autonomía corporal de las mujeres y las niñas y sus decisiones reproductivas individuales.
Cuando tengamos salud —y derechos— para las 8.000 millones de personas, las posibilidades serán infinitas.
[Imagen superior] En el mercado Wekala de El Cairo, los mensajes han llegado hasta la ropa. © Myriam Boulos/Magnum Photos para el UNFPA
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La creencia generalizada de que los adolescentes no deberían mantener relaciones sexuales hace que, a pesar de los avances, las adolescentes continúen rezagadas en lo que respecta a los servicios de salud sexual y reproductiva. La falta de acceso a la información y a los métodos anticonceptivos se traduce en altas tasas de embarazos precoces y no intencionales.
Happiness y Kehinde acuden a la Young Mums' Clinic [Clínica para Madres Jóvenes] de Lagos (Nigeria), que intenta revertir esta tendencia. Nigeria tiene una población joven y es uno de los países de más rápido crecimiento del mundo.
[Imagen superior] «La Clínica para Madres Jóvenes fue para mí un verdadero espacio seguro durante todo el embarazo», dice Kehinde, de 19 años, con su hija Mayowa, de dos, en su casa de Nigeria. Lindokuhle Sobekwa/Magnum Photos para el UNFPA
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Con el apoyo del UNFPA, las clínicas gestionadas por el gobierno ofrecen atención prenatal y postnatal gratuita, artículos para el cuidado de los bebés, asesoramiento sobre planificación familiar y apoyo psicosocial.
Dado que la mayoría de las adolescentes embarazadas no regresa a la escuela, las clínicas también ofrecen educación y formación. Happiness, que tenía 16 años cuando quedó embarazada, ha establecido su propio negocio de peluquería y es instructora y mentora de jóvenes en materia de salud sexual y reproductiva. «Mi hija es mi prioridad», afirma. «Soy feliz cuando ella es feliz».
[Imagen superior] «Me gusta mucho [mi trabajo], no solo porque es mi fuente de ingresos y mi profesión, sino también porque me encanta hacer felices a mis clientes», dice Happiness sobre su negocio de peluquería en Nigeria. «Espero tener éxito y que mi familia se sienta orgullosa». © Lindokuhle Sobekwa/Magnum Photos para el UNFPA
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En Madhya Pradesh (India), Divya, de 16 años, tiene una visión clara de su futuro: desea una carrera laboral enfocada en las ciencias y una vida económicamente independiente. A pesar de las normas tradicionales de género que imperan en su aldea rural y conservadora, Tikuri no tiene planes de casarse mientras sea joven.
Al igual que Happiness en Nigeria, Divya desempeña un papel de liderazgo en un proyecto de salud juvenil que recibe apoyo del UNFPA. Asegura que su motivación fue su madre, que ha asesorado a más de 10.000 familias de la región sobre salud femenina y planificación familiar. «Me apasiona la sanidad y conozco a fondo la planificación familiar y la salud sexual y reproductiva», afirma Divya. «No nos debería dar vergüenza abordar o hablar sobre estos temas. Es un aspecto importante de la salud de las personas».
[Imagen superior] Divya celebra una sesión sobre salud sexual y reproductiva con mujeres jóvenes y niñas en su pueblo en la India. © Nanna Heitmann/Magnum Photos para el UNFPA
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La decisión de Divya de centrarse en su carrera profesional se observa en toda la India, donde cada vez más mujeres jóvenes deciden retrasar el matrimonio y la maternidad, lo que se traduce en un aumento de la mano de obra femenina en el país.
«Los derechos y libertades dan este poder», afirma Divya.
[Imagen superior] Divya, con un bebé en brazos en la fiesta de cumpleaños de su hermana, no tiene prisa por casarse joven y formar una familia. © Nanna Heitmann/Magnum Photos para el UNFPA
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En El Cairo, Egipto, jóvenes creadoras producen contenidos en línea para llegar a las mujeres del mundo de habla árabe, centrándose en todo lo relacionado con la salud sexual y reproductiva, desde los anticonceptivos hasta cómo obtener placer tras la mutilación genital femenina. Nour creó Motherbeing tras sufrir una depresión posparto.
Se calcula que 257 millones de mujeres de todo el mundo que quieren evitar el embarazo no utilizan métodos anticonceptivos modernos y seguros.
[Imagen superior] El equipo de Motherbeing señala un modelo anatómico de la pelvis femenina. © Myriam Boulos/Magnum Photos para el UNFPA
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Las mujeres indígenas forman parte de los millones de mujeres de todo el mundo que se encuentran en desventaja a la hora de acceder a artículos de salud sexual y reproductiva.
En el Brasil, el UNFPA apoya un programa que presta servicios integrales a mujeres indígenas, tanto a aquellas del Brasil como a las que han viajado al país en busca de seguridad, en su mayoría procedentes de Venezuela. Como parte del programa, el UNFPA ha impartido formación sobre métodos anticonceptivos a personal sanitario de Pacaraima, un municipio del nordeste del Brasil con una población mayoritariamente indígena.
Leticia, de 29 años, es una mujer macuxi indígena brasileña de Pacaraima. «Criar hijos es un trabajo difícil. Los anticonceptivos me han permitido decidir y controlar el número de hijos que tengo», afirma. «Esto también significa que puedo cuidarlos mejor, mientras persigo también otros sueños». Madre de dos hijos, Leticia es profesora de matemáticas.
[Imagen superior] Leticia juega con sus hijos en Pacaraima (Brasil). Newsha Tavakolian/Magnum Photos para el UNFPA
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Leticia recibió asesoramiento de la Dra. Pamela Dias da Costa, de 29 años. «Me he dado cuenta de que la mayoría de las mujeres indígenas al principio tenían miedo de los anticonceptivos en general», dice la Dra. Dias da Costa. «Esto se debe a que tenían la impresión de que el uso de métodos anticonceptivos era una argucia para controlar a la población indígena. Pero ahora se han dado cuenta de que los DIU pueden retirarse fácilmente y no interfieren en su capacidad de concebir y gestar».
[Imagen superior] La Dra. Pamela Dias da Costa en el centro de salud Boca da Mata (Brasil). Newsha Tavakolian/Magnum Photos para el UNFPA
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«Tomé la decisión de ponerme un DIU», dice Leticia. «Estoy bastante contenta con el resultado, no tengo efectos secundarios negativos y siento que era el método anticonceptivo más seguro para mí».
[Imagen superior] Leticia se relaja mirando la televisión en casa con su familia. Newsha Tavakolian/Magnum Photos para el UNFPA
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En Zanzíbar (Tanzania), la labor de las parteras especializadas incluye el asesoramiento sobre métodos anticonceptivos, además de la atención prenatal y postnatal.
Parteras como Sanura y Rukia han sido testigos de la reciente adopción del implante anticonceptivo como forma popular de anticoncepción, lo que permite a las mujeres espaciar más los partos, reduciendo los riesgos para la salud que conllevan los embarazos consecutivos.
El UNFPA ha invertido en formación especializada en partería y obstetricia en Tanzania. En todo el mundo, cada dos minutos muere una mujer por problemas en el embarazo o el parto y, sin embargo, se necesitan 900.000 parteras más.
Las parteras son imprescindibles para que los partos sean más seguros y debe reconocerse que su función es especializada, no generalista.
«Me siento muy orgullosa cuando veo a una madre dar a luz cómodamente, sentirse sana y alimentar bien a su bebé», dice Rukia. «Me encanta mi trabajo».
[Imagen superior] Batuli (en primer plano, a la derecha) y sus familiares celebran la llegada de su tercer bebé sano en Tanzania. Batuli es una de 10 hermanos, lo que no es extraño en Tanzania, donde nace una media de 5 hijos por mujer. Sabiha Çimen/Magnum Photos para el UNFPA
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En la actualidad, los sistemas de atención sanitaria están fallando a las mujeres y las niñas.
Tenemos que seguir esforzándonos —y avanzando— para garantizar derechos y libertades para todas las mujeres y niñas. Solo así podremos conseguir un mundo en el que cada joven pueda desarrollar su potencial, cada embarazo sea deseado y cada parto sea seguro.
[Imagen superior] Rukia (derecha), matrona especializada en Zanzíbar, posa con una colega en la Unidad de Atención Primaria de Magogoni. «En Zanzíbar, entre 40 y 60 mujeres dan a luz al día, 1.000 al mes, 12.000 al año aproximadamente», afirma. © Sabiha Çimen/Magnum Photos para el UNFPA