Di NO al matrimonio infantil: la campaña anual del UNFPA para poner fin al matrimonio infantil

Se supone que el día de la boda de una mujer sea uno de los más felices de su vida, día en que se celebra el amor y el compromiso entre ella y otra persona con quien ha hecho la libre elección de unirse en matrimonio.

Sin embargo, para demasiadas niñas en todo el mundo esa elección libre les ha sido negada, y se han visto obligadas a contraer matrimonio o a establecer una unión informal en que no tienen voz ni forma de escapar; ese día puede ser uno de los más tristes de sus vidas. Cada año, 12 millones de niñas se casan antes de cumplir los 18 años. Si no se acelera el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin a esa práctica nociva para 2030, el mundo verá a más de 150 millones de niñas casadas a edad demasiado temprana.  

El matrimonio infantil, arraigado en la pobreza y la desigualdad de género, perjudica la salud y el bienestar de las niñas. El cuerpo de las niñas podría no estar listo para el embarazo: en los países en desarrollo, las complicaciones del embarazo y el parto son la principal causa de muerte entre las niñas de 15 a 19 años. También corren el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual y sufrir violencia doméstica y aislamiento social. Además abandonan la escuela, lo que limita su capacidad para percibir un ingreso.   

Todos los días de San Valentín desde 2015, el UNFPA ha pedido a la comunidad internacional que diga NO al matrimonio infantil (usando el hashtag #IDONT) para demostrar su apoyo a las niñas de todo el mundo que se casan en contra de su voluntad. 

El matrimonio infantil es una violación de los derechos humanos que niega a las niñas su autonomía corporal. Marca el fin de la infancia y de la posibilidad de elección, cuando se supone que el matrimonio sea el principio de una nueva etapa de desarrollo. Se trata, por el contrario, del inicio de una etapa de sueños destrozados, algo opuesto al matrimonio como símbolo de esperanza.