Tuvieron que transcurrir cientos de miles de años para que la población mundial creciera hasta alcanzar los 1.000 millones de habitantes; después de ese momento, en solo en 200 años más se multiplicó por siete. En 2011, la población mundial alcanzó la cuota de los 7.000 millones de personas, y en noviembre de 2022 alcanzó los ocho mil millones. Este espectacular crecimiento se ha visto impulsado por el creciente número de personas que llegan a la edad reproductiva, y ha venido acompañado de cambios importantes en las tasas de fecundidad, el aumento de la urbanización y la aceleración de la migración. Estas tendencias tendrán consecuencias de largo alcance para las futuras generaciones. El UNFPA es uno de los principales financiadores de recopilación de datos demográficos en el mundo y ayuda a los distintos países a identificar y comprender esas tendencias, lo cual es decisivo para el desarrollo.
Perspectivas de población
Si la fecundidad se reduce más de lo previsto, la población mundial aún podría alcanzar alrededor de los 9.000 millones de habitantes para 2100.
Las Naciones Unidas publican sus proyecciones demográficas cada dos años, y en los últimos decenios, la variante intermedia de las proyecciones ha tenido que corregirse al alza con frecuencia, lo que significa que la población ha crecido a un ritmo más rápido de lo previsto. Sin embargo, las proyecciones demográficas publicadas en julio de 2022 han controlado esta tendencia, y los pronósticos de población de 2022 a 2050 se mantienen en consonancia con las proyecciones de 2019.
Megatendencias
En el pasado reciente se han registrado cambios notables en las tasas de fecundidad y en la esperanza de vida. A comienzos de la década de 1970, las mujeres tenían una media de 4,5 hijos cada una; para 2021 la tasa de fecundidad promedio a nivel mundial había caído hasta unos 2,3 hijos por mujer. Mientras tanto, la vida media de una persona ha aumentado de cerca de 64 años a comienzos de la década de 1990 hasta 71 años en 2021. (La esperanza de vida en todo el mundo disminuyó de 73 años en 2019, debido principalmente a los impactos de la pandemia de COVID-19).
Por otra parte, en el mundo se registran unos elevados niveles de urbanización y una aceleración de la migración. En 2007, por primera vez, vivieron más personas en zonas urbanas que en zonas rurales, y para 2050 alrededor del 68 % de la población mundial vivirá en ciudades.
Estas megatendencias tienen consecuencias de gran alcance, ya que afectan el desarrollo económico, el empleo, la distribución de la renta, la pobreza y las protecciones sociales. Asimismo, repercuten en los esfuerzos por garantizar el acceso universal a la atención médica, la educación, la vivienda, el saneamiento, el agua, los alimentos y la energía. Para cubrir de manera más sostenible las necesidades de las personas, los encargados de la formulación de políticas deben saber cuántas personas viven en el planeta, dónde se encuentran, qué edad tienen y cuántas personas habrá en el futuro.
¿Por qué crece tan rápidamente la población?
El crecimiento de la población mundial en los dos últimos siglos es en gran medida el resultado de los avances en la medicina moderna y de la disminución de los niveles de pobreza a nivel mundial. Ambos factores han reducido de manera marcada la mortalidad infantil y en la niñez y la mortalidad materna, lo cual ha contribuido a aumentar la esperanza de vida.
Aunque los niveles de fecundidad se han reducido, no han caído al mismo ritmo que los niveles de mortalidad. Debido a la mejora en las tasas de supervivencia y a los niveles de fecundidad históricamente altos, hay hoy más mujeres en edad reproductiva que nunca antes. Esta situación contribuirá a un número relativamente elevado de nacimientos, aun en caso de que dichas mujeres tengan en promedio menos hijos.
Lo anterior indica que la población mundial seguirá creciendo durante los decenios futuros.
Un paisaje variado
Las tendencias demográficas generales ocultan notables diferencias entre países, ya que algunos tienen poblaciones que se expanden rápidamente. Por un lado se encuentran los países menos adelantados del mundo, en los que se prevé que las poblaciones se dupliquen entre 2022 y 2050.
Por otra parte, se proyecta que las poblaciones de más de 60 países y zonas de todo el mundo se reduzcan entre el momento actual y 2050 debido a la disminución de la fecundidad y, en algunos casos, al aumento de la emigración. En los países de altos ingresos, la migración, en lugar de la fecundidad, será el principal motor de la dinámica demográfica en los próximos decenios.
La distribución por edades también afecta si las poblaciones se expanden o contraen. Hoy hay más adolescentes y jóvenes que nunca. A medida que estos jóvenes se hagan padres, la fuerza de sus cifras impulsará un crecimiento continuado de la población mundial, a pesar de la caída de las tasas de fecundidad.
Por otra parte, en los países con poblaciones envejecientes, el grupo demográfico de las mujeres en edad reproductiva puede estar disminuyendo, lo cual podría dar lugar a un crecimiento lento o a una disminución de la población.
Si bien la demografía varía considerablemente a nivel nacional, las tendencias generales tienen consecuencias mundiales para el desarrollo sostenible. A manera de ejemplo, aunque el G20 (una organización que representa a 20 de las economías más grandes del mundo) es responsable del 80 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, el clima global cambiará independientemente de dónde se emitan dichos gases. Los esfuerzos por satisfacer de manera sostenible las necesidades y los deseos de una población mundial creciente tendrán repercusiones en todos los países, al igual que las tendrá la imposibilidad de satisfacer dichas necesidades.
El aumento de la población trae consigo desafíos y oportunidades. También representan el éxito de la humanidad. El paso de unos índices de mortalidad y fecundidad más altos a índices más bajos refleja los logros alcanzados en materia de salud, educación y derechos humanos. El descenso de los niveles de fecundidad ofrece también a los países la oportunidad de obtener un dividendo demográfico, es decir, el crecimiento económico que tiene lugar cuando aumenta el número de personas en edad laboral y disminuye el número de personas dependientes.
Derechos Humanos
Las dinámicas de población pueden venir determinadas por las políticas, pero dichas políticas deben fortalecer, y no debilitar, los derechos humanos y las libertades fundamentales. Las dinámicas de población son y deben seguir siendo el resultado de la suma de opciones y oportunidades individuales, y la mejor manera de abordarlas es ampliando dichas opciones y oportunidades, en particular las relacionadas con la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Las pruebas demuestran que cuando las parejas pueden decidir libremente el número de hijos que desean tener, cuándo desean tenerlos y la frecuencia entre ellos, sobrevive y prospera un mayor número de niños y los niveles generales de fecundidad tienden a descender.
La salud y los derechos sexuales y reproductivos suponen asimismo una enorme diferencia en la salud y en las vidas de todas las personas, especialmente de las mujeres, al reducir drásticamente las tasas de mortalidad materna e infantil, contribuyendo a evitar la propagación de enfermedades transmisibles, como el VIH, y empoderando a las mujeres para que disfruten de una vida autónoma.
¿Qué está haciendo el UNFPA?
El UNFPA es uno de los principales defensores de la recopilación de datos demográficos en el mundo. Además de apoyar la realización de censos y encuestas, el UNFPA colabora con los encargados de la formulación de políticas, la sociedad civil, los trabajadores de la salud y los educadores a todos los niveles, para la salud y los derechos sexuales y reproductivos , inclusive la planificación familiar voluntaria.
El UNFPA también ofrece una amplia gama de programas para ayudar a los países a crear resiliencia demográfica, o su capacidad para abordar la dinámica demográfica de manera holística, mitigando los efectos negativos y aprovechando las oportunidades que conlleva el cambio demográfico.