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Los derechos de las mujeres y las niñas son víctima invisible de la crisis en Siria
- 10 de mayo de 2022
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ALEPO, Siria/NACIONES UNIDAS, Bruselas – “Después de la guerra, la vida se convirtió rápidamente en una prisión al aire libre”, declaró una joven de Alepo al UNFPA. “Nos dijeron que no abandonáramos nuestras casas por temor al acoso, las violaciones y secuestros. Me dijeron que el matrimonio infantil era mi única opción para una seguridad genuina”.
Más de una década de conflictos, desplazamientos masivos, devastación económica, sequías y una pandemia implacable han creado necesidades humanitarias catastróficas en Siria. Unos 7,3 millones de mujeres y niñas necesitan servicios críticos de salud sexual y reproductiva y apoyo para enfrentar la violencia de género, ya que sigue aumentando la vulnerabilidad a las múltiples formas de violencia física y sexual y el matrimonio infantil.
Muchas mujeres y niñas denuncian que el abuso es tan generalizado y es tan descontrolado, que se ha normalizado como una realidad de la vida cotidiana. En algunos casos, es todo lo que han conocido. “La violencia contra las mujeres y las niñas se ha vuelto muy común después de la crisis”, explicó Shaza, una adolescente de Qamishli, en el noreste de Siria. “Muchas mujeres de mi familia pasan mucho trabajo y no logran encontrar el apoyo adecuado. Noto que hay más mujeres golpeadas por hombres de sus familias, incluso en público”.
En 2022, se estima que 26,5 millones de personas padecen necesidades debido a la crisis; esto incluye 14,6 millones de personas en Siria y aproximadamente 12 millones en toda la región, incluidos 5,6 millones de refugiados sirios y miembros de las comunidades de acogida. La crisis está cobrando un precio especialmente elevado entre las mujeres y las niñas. Las graves deficiencias de financiación, las hostilidades y la escasez de combustible están perturbando la prestación de servicios esenciales, lo cual tiene un impacto directo sobre su salud, su seguridad y sus vidas.
Mientras tanto, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas informa que el costo de los alimentos básicos, como el arroz y el pan, ha alcanzado los niveles más altos desde que se lleva un registro, y podría incrementarse aún más debido a la guerra en Ucrania. Nueve de cada diez personas en Siria viven ahora por debajo del umbral de pobreza, y cuando los alimentos son escasos, a menudo son las mujeres y las niñas las que comen menos y por último, lo que provoca niveles alarmantes de malnutrición entre las niñas, los niños, las embarazadas y las lactantes.
Los días 9 y 10 de mayo, la Unión Europea organizó su 6ta. Conferencia de Bruselas sobre Siria, la principal reunión de promesas de contribuciones para el país y la región en 2022. Si bien la atención política se desvía a los nuevos conflictos que se desarrollan en todo el mundo, millones de sirios corren peligro de ser olvidados en medio de la crisis.
“Hoy en día la situación es peor que nunca para las mujeres y las niñas,” aclaró el Dr. Luay Shabaneh, Director Regional del UNFPA en los Estados Árabes. “Debemos intensificar los esfuerzos y trabajar unidos para garantizar que se protejan los derechos de las mujeres y las niñas de dar a luz de manera segura y de vivir libres de violencia, y que puedan participar activamente en la búsqueda de un camino sostenible hacia el futuro”.
El UNICEF calcula que más de 3 millones de niñas y niños de Siria ya no asisten a la escuela, y esto los deja en mayor riesgo de contraer matrimonio forzado y de involucrarse en el trabajo infantil. Esto significa que una generación entera podría perder su futuro educativo, y con este cualquier oportunidad de incorporarse como adultos a la fuerza laboral de manera satisfactoria. La situación es aún más grave en los campamentos de desplazados y otros asentamientos, donde más de la mitad de las niñas y niños no asisten a la escuela.
Betul tiene 12 años y recientemente se mudó con su familia de Siria a Türkiye, donde pudo asistir a un centro juvenil apoyado por el UNFPA. Al describir el apoyo que allí ha recibido, consideró que ha cambiado su vida para mejor: “No quiero casarme, sino estudiar, y el centro ayudó a hacer de eso una realidad”. Betul también comenzó a recibir apoyo psicosocial en el centro para responder a la presión de su familia para que se casara. “Hablé con el psicólogo y le expliqué mi situación. Me dieron pautas para hablar con mi familia, y seguí sus consejos. Ahora estoy asistiendo al 12º grado y espero después ir a la universidad”.
En toda la región, el UNFPA presta apoyo a 79 espacios seguros para mujeres y niñas, 15 centros para jóvenes, 26 centros de atención obstétrica de emergencia, 119 centros de atención primaria de la salud y 94 clínicas móviles. El UNFPA y sus asociados siguen comprometidos con la prestación de servicios para salvar vidas de mujeres y niñas en Siria y en campamentos y comunidades de acogida de toda la región.
Se calcula que un 70 % de la población no puede cubrir sus necesidades básicas, pero a finales de 2021 la respuesta humanitaria para Siria contaba con una financiación de menos del 50 %, los niveles más bajos observados en seis años. El UNFPA ha hecho un llamamiento de 145,2 millones de dólares en 2022 para continuar su labor de salvar vidas en Siria y en los cinco países vecinos que acogen a la mayoría de los refugiados sirios, es decir, Egipto, Iraq, Jordania, el Líbano y Türkiye.
En los últimos cinco años, el UNFPA ha aumentado su respuesta regional al duplicar el número de personas a las que se había llegado desde que se iniciara la crisis en 2011. Sólo en 2021 más de 1,1 millones de mujeres recibieron servicios de salud sexual y reproductiva, y unas 600.000 recibieron apoyo para la respuesta y protección contra la violencia de género, incluidas 200.000 niñas adolescentes. Igualmente se prestó ayuda en efectivo a unas 150.000 mujeres.