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Después de 13 años de crisis, las trabajadoras de la salud en Siria al frente de la lucha en favor de las mujeres y las niñas

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Tres obstetras realizan una cirugía en el quirófano del Hospital de Maternidad de Idleb. Trece años de conflicto y una grave falta de financiación hacen que más de uno de cada tres centros de salud en Siria no pueda funcionar a plena capacidad. © UNFPA/Dina Ali
  • 14 de marzo de 2024

IDLEB, República Árabe Siria – “He sufrido personalmente las graves consecuencias que para la atención médica ha tenido el conflicto”, afirmó la Dra. Ikram Habbush, director del Hospital de Maternidad de Idleb, en el noroeste de Siria.

La Dra. Habbush es la primera mujer obstetra que dirige el centro, que cuenta con el apoyo del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que tiene a su cargo los asuntos de salud sexual y reproductiva, y es administrado por la Sociedad Médica Sirio Americana (SAMS). También es una de las muchas trabajadoras de la salud resilientes que se han dedicado a garantizar el bienestar de las mujeres y niñas sirias a pesar de 13 años de conflicto, desplazamientos masivos, terremotos e inseguridad.

“Mi objetivo es crear un cambio positivo en mi comunidad y proteger la vida de las mujeres y las niñas en una de las regiones más afectadas por la crisis del mundo”, aseguró al UNFPA.

La inestabilidad generalizada y la grave falta de financiación dan lugar a que más de uno de cada tres centros de salud en Siria no pueda funcionar a plena capacidad. El resto suelen ser subabastecidos, estar abrumados y, en muchos casos, no pueden apoyar a los pacientes que enfrentan emergencias graves. En el noroeste de Siria, esto ha conducido a un número trágico de embarazadas que enfrentan emergencias obstétricas y pierden la vida, muchas de ellas mientras son trasladadas de un hospital a otro carentes de suministros cruciales, como medicamentos y sangre.

En el hospital de maternidad donde trabaja la Dra. Habbush, el UNFPA y sus socios abrieron un banco de sangre que el año pasado ayudó a salvar las vidas de unas 2.000 mujeres. El hospital admite partos complejos y de alto riesgo, incluso un promedio de 150 nacimientos por cesárea por mes. También presta servicios integrales de atención obstétrica de emergencia y atención a recién nacidos, además de proporcionar servicios integrados de protección y de violencia de género.

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La Dra. Ikram Habbush, directora del Hospital de Maternidad de Idleb, en el noroeste de Siria, es la primera mujer obstetra en dirigir el centro apoyado por el UNFPA. © UNFPA Siria/Dina Ali 

El papel vital de las mujeres proveedoras

Sin embargo, en medio de las crecientes amenazas a la seguridad en las áreas noreste, suroeste y central de Siria, y con graves déficits de financiación que afectan a todo el sistema humanitario, muchos centros de asistencia obstétrica de emergencia y de atención al recién nacido han tenido que suspender sus servicios.

Solo en el noroeste de Siria, los datos del UNFPA muestran que estos desafíos han dejado a más de 2 millones de personas con apenas acceso a apoyo crítico, y unas 500.000 mujeres y niñas con acceso limitado a servicios vitales de salud sexual y reproductiva.

En medio de esta brecha de servicios, las proveedoras de servicios de salud de Siria son personas en quienes las mujeres y niñas buscan empatía y apoyo no solo durante el embarazo y el parto, sino también en respuesta a prácticas dañinas como la violencia de género.

El trauma de tales experiencias puede ser debilitante, y hace del apoyo psicosocial una prioridad para quienes ofrecen atención médica de Siria. En toda Siria, el UNFPA apoya la capacitación de parteras a fin de garantizar que las embarazadas, las madres y los recién nacidos reciban una atención adecuada y asesoramiento sobre cuestiones psicológicas como la depresión posnatal, una condición que se ha tornado cada vez más frecuente según avanza la crisis en el país.

“Las mujeres y las niñas de nuestra comunidad prefieren ser examinadas por mujeres en lugar de por hombres”, explicó la Dra. Najwan Khizran, quien trabaja en el hospital de Idleb.

La partera Amna Marai trabaja en el Hospital Qah de Idleb, que cuenta con el apoyo del UNFPA y el SAMS. “Como partera con 30 años de experiencia, he aprendido que apoyar a las nuevas madres que padecen depresión posnatal es crucial”, explicó. “ Además del asesoramiento, las parteras pueden remitir casos para recibir apoyo psicológico y dar recomendaciones para ayudarlas a navegar esta difícil fase”.

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“Mi objetivo es proteger la vida de las mujeres y las niñas en una de las regiones del mundo más afectadas por la crisis”, aseguró al UNFPA la Dra. Ikram Habbush. © UNFPA Siria/Dina Ali 

Empoderamiento de la mujer en la atención de la salud

El año pasado, los programas del UNFPA aseguraron que casi 1,9 millones de personas en toda Siria pudieran acceder a servicios de salud sexual y reproductiva, y más de 880.000 recibieran apoyo para la prevención y respuesta a la violencia de género. Sin embargo, 2023 fue uno de los peores años para las mujeres y niñas sirias desde antes de la pandemia, y la escasez de fondos anuncia que es probable que las cosas empeoren en 2024, ya que 16,7 millones de personas necesitan asistencia humanitaria.

En crisis prolongadas, como la de Siria, muchas mujeres y niñas enfrentan normas sociales perjudiciales, como el matrimonio precoz y el matrimonio infantil, así como desigualdades de género arraigadas que las obligan a desempeñar funciones de cuidadoras en lugar de priorizar sus carreras o su potencial académico.

A pesar de las dificultades cada vez mayores contra las mujeres y niñas de Siria, Leila Baker, Directora Regional del UNFPA para los Estados Árabes, afirmó que "su resiliencia no es menos que extraordinaria. Muchas se han elevado por encima de sus circunstancias, convirtiéndose en líderes comunitarias, activistas y empresarias, luchando por un futuro mejor para ellas y sus comunidades”.

“Su espíritu inquebrantable subraya la importancia de no solo cubrir las necesidades inmediatas, sino también invertir en su bienestar y empoderamiento a largo plazo”.

Para la Dra. Habbush, el mensaje a sus compañeras sirios es vencer el miedo. “Cuando te impulsa una causa en la que crees firmemente, no dudes ni por un momento de tu capacidad para dar lugar a un cambio solo por ser mujer”.

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