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Preguntas frecuentes sobre el matrimonio infantil
Resource date: Feb 2022
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¿Qué es el matrimonio infantil?
¿Por qué se produce el matrimonio infantil?
¿Qué tan común es el matrimonio infantil?
¿Dónde se produce el matrimonio infantil?
¿Qué edad tienen los niños implicados en el matrimonio infantil?
¿Cuál es la diferencia de edad habitual entre una niña obligada a casarse y su marido?
¿Se dan casos de varones obligados a casarse siendo todavia niños?
¿Qué consecuencias tiene el matrimonio infantil?
¿Es legal el matrimonio infantil?
¿Cómo se puede poner fin al matrimonio infantil?
¿Cuánto costaría poner fin al matrimonio infantil?
¿Cuál es la diferencia entre matrimonio infantil, matrimonio precoz y matrimonio forzado?
¿Qué relación tienen los embarazos en adolescentes con el matrimonio infantil?
¿Qué es el matrimonio infantil?
El matrimonio infantil es un matrimonio en el que uno o ambos cónyuges son menores de 18 años. Aunque esta definición suena un poco simple, las realidades del matrimonio infantil pueden resultar complicadas. Ambas palabras, "matrimonio" e "infantil" se interpretan a veces de forma diferente.
La definición reconocida internacionalmente de un niño (que recoge la Convención sobre los Derechos del Niño, uno de los tratados más respaldados universalmente y ratificados más ampliamente en la historia) se refiere a “todo ser humano menor de 18 años de edad”. Esta es también la definición legal que se utiliza en casi todo el mundo.
Sin embargo, en un número reducido de países la edad adulta o "mayoría de edad" se alcanza antes de los 18 años. (La Convención sobre los Derechos del Niño hace una excepción para las leyes nacionales que reconocen una mayoría de edad más temprana). Algunos países y culturas consideran la edad adulta como una condición que se alcanza cuando se contrae matrimonio; por ejemplo, aquellos países en los que la mayoría de edad se considera a partir de los 18 años y cualquier mujer casada debe ser mayor de edad. Otros países tienen una edad mínima para contraer matrimonio más alta, como en Nepal, donde la ley exige que las personas tengan como mínimo 20 años para contraer matrimonio.
El concepto de matrimonio también varía: puede ser formal o informal, regido por el derecho civil, el derecho común o el derecho religioso, o simplemente puede ser una práctica consuetudinaria. En muchas partes del mundo, por ejemplo, la comunidad puede reconocer los matrimonios sin necesidad de un registro legal. Los matrimonios pueden celebrarse con una ceremonia o es posible que no haya ni ceremonia ni acción legal. En los países en los que el derecho civil no permite el matrimonio polígamo, el segundo y el tercer matrimonio se celebran a menudo sin un registro formal.
Las encuestas más importantes intentan dar cuenta de esta variación al evaluar el matrimonio infantil. Las encuestas de indicadores múltiples por conglomerados y las encuestas demográficas y de salud, por ejemplo, recopilan información sobre la fecha y la edad en las que una mujer y un hombre empezaron a vivir con su primer cónyuge o pareja.
Al margen de estas definiciones, el matrimonio infantil es una violación de los derechos humanos grave que amenaza directamente las vidas, la salud, la seguridad y la educación de las niñas y los niños y limita sus perspectivas de futuro.
¿Por qué se produce el matrimonio infantil?
Puede resultar difícil imaginar por qué alguien quisiera casar a su hijo o hija. Sin embargo, para millones de personas, el matrimonio infantil puede parecer la mejor opción, o la única.
Las hijas a menudo se consideran cargas o mercancías a consecuencia de la desigualdad de género generalizada. Los padres pobres a menudo creen que el matrimonio garantizará un futuro a su hija si hacen responsable al marido o a su familia de su cuidado. Esto podría ocurrir cuando los padres enfrentan dificultades económicas o cuando las niñas se ven forzadas a dejar la escuela debido a la pobreza u otras circunstancias. En aquellos lugares donde la familia de la novia paga una dote a la familia del novio, esa dote es típicamente de menor cuantía en el caso de las novias más jóvenes, lo que genera un incentivo para que los padres casen a sus hijas a una edad temprana. Por el contrario, en aquellos lugares donde la familia del novio paga por la novia, los padres que atraviesan dificultades económicas ven en el casamiento de sus hijas una fuente de ingresos.
Los padres, especialmente en las crisis humanitarias, a menudo consideran el matrimonio una forma de proteger a sus hijas de la violencia sexual. Se sabe que las tasas de matrimonio infantil han aumentado durante el caos de la guerra, puesto que las familias sufren inestabilidad económica y miedo a la violencia. Sin embargo, el matrimonio infantil provoca que las niñas experimenten niveles elevados de violencia sexual, física y emocional por parte de su pareja.
Aunque la mayoría de embarazos en adolescentes en el mundo en desarrollo tiene lugar entre niñas que ya están casadas, en algunos lugares, los embarazos adolescentes llevan a los padres a casar a sus hijas. Esto se produce tanto en los países ricos como en los pobres donde las comunidades consideran que el embarazo fuera del matrimonio es vergonzoso. Las niñas pueden incluso ser obligadas a casarse con sus violadores para librar a sus familias del estigma relacionado con el embarazo fuera del matrimonio.
Además, no todos los matrimonios infantiles son el resultado de las decisiones de los padres o los tutores. A menudo, las personas adolescentes mismas deciden casarse con su pareja. Estos matrimonios pueden ser una forma de ejercer la independencia, dejar el hogar o escapar de circunstancias difíciles, como la pobreza extrema o la violencia doméstica. Las restricciones a la sexualidad de las y los adolescentes fuera del matrimonio también pueden llevar a algunos de ellos a considerar el matrimonio como la única vía para ser sexualmente activos.
En la mayoría de los casos, el matrimonio infantil es el resultado de niñas y familias que tienen pocas opciones. Extraordinariamente, cuando los jóvenes tienen alguna opción, contraen matrimonio más tarde.
¿Qué tan común es el matrimonio infantil?
En realidad, el matrimonio infantil es bastante común.
Hoy en día, la cifra de mujeres y niñas casadas antes de cumplir 18 años alcanza los 650 millones. El 21 por ciento de las mujeres jóvenes (de entre 20 y 24 años) en el mundo fueron obligadas a casarse siendo aún niñas. El matrimonio infantil también se practica en los países desarrollados.
Hay buenas noticias: las tasas de matrimonio infantil mundiales están descendiendo lentamente. Alrededor del año 2000, una de cada tres mujeres de entre 20 y 24 años informó haberse casado cuando aún era una niña. En el 2021, esta cifra era de solo una de cada cinco. Las tasas de matrimonio infantil antes de los 15 años disminuyeron del 11 por ciento en el año 2000 al 5 por ciento en el año 2021.
Sin embargo, el progreso ha sido desigual y el matrimonio infantil no disminuye tan rápido como debería. Debido al crecimiento de la población en las regiones en las que el matrimonio infantil prevalece, como el África Occidental y Central, la tasa de disminución es lenta y se prevé que el número total de matrimonios infantiles aumente para el 2030. La pandemia de COVID-19 también ha hecho retroceder los esfuerzos y ha exacerbado las presiones sobre las familias, lo que ha provocado un previsible aumento de los matrimonios infantiles. Para cambiar esto, debemos acelerar nuestras acciones para acabar con esta práctica.
En Asia Meridional, la cifra de matrimonios infantiles se ha reducido drásticamente durante el último decenio; África Subsahariana se está convirtiendo ahora en la zona de mayor incidencia de esta práctica a nivel mundial. Actualmente, cerca de uno de cada tres de los matrimonios infantiles más recientes ha tenido lugar en África Subsahariana, lo que contrasta con los datos de hace 10 años, cuando era uno de cada cinco. Si bien esta región sigue teniendo algunas de las tasas más elevadas de uniones de este tipo, Asia Meridional alberga el mayor número de niñas obligadas a casarse en el mundo.
Donde se produce el matrimonio infantilmonio infantil?
El matrimonio infantil tiene lugar en todo el mundo.
Incluso sucede en los países desarrollados, como los Estados Unidos o el Reino Unido. Muchas personas suponen que cuando se produce el matrimonio infantil en los países ricos solo implica a las comunidades de inmigrantes. Esto no es así. Se sabe que el matrimonio infantil tiene lugar en una amplia gama de comunidades, grupos étnicos y religiones.
Sin embargo, ese tipo de matrimonio es mucho más frecuente en el mundo en desarrollo, porque uno de sus principales factores determinantes es la pobreza.
Las tasas más elevadas de matrimonio infantil tienen lugar en África Occidental y Central, donde más de cuatro de cada diez niñas se casaron antes de los 18 años. Desde el punto de vista numérico, Asia Meridional alberga el mayor número de niñas obligadas a casarse.
¿Qué edad tienen los niños implicados en el matrimonio infantil?
Los niños pueden contraer matrimonio a cualquier edad. Las edades más frecuentes en las que los niños contraen matrimonio son los 15, los 16 y los 17 años.
Los matrimonios que tienen lugar antes de los 15 años se consideran “matrimonios muy precoces”. Tienen una repercusión especialmente negativa para las niñas, ya que ponen en peligro su salud de forma más acusada y son la causa de que abandonen sus estudios a una edad más temprana. La prevalencia de estos matrimonios varía según el país.
Las investigaciones del UNFPA muestran que las tasas de matrimonio infantil aumentan gradualmente hasta los 14 años y luego se aceleran significativamente entre los 15 y los 17 años. Por tanto, la mayoría de los matrimonios infantiles tienen lugar a mediados de la adolescencia.
En aquellos casos en los que los padres se encuentran bajo una gran presión para casar a sus hijas (por ejemplo, aquellos que viven en extrema pobreza o en situaciones de conflicto), se han celebrado matrimonios entre niñas de 11 o 12 años porque se considera que las niñas están listas para el matrimonio y se encuentran en riesgo de sufrir violencia sexual.
En algunos casos, los niños tienen solo 5 años cuando contraen matrimonio, aunque es muy poco habitual. A veces, las novias y los novios sumamente jóvenes contraen matrimonio solo mediante una ceremonia, pero viven con sus padres hasta que llegan a la adolescencia.
¿Cuál es la diferencia de edad habitual entre una nina obligada a casarse y su marido?
Los menores que contraen matrimonio (que principalmente son niñas) tienden a tener cónyuges que son mucho mayores. En este caso, las niñas por lo general son más vulnerables y menos capaces de defender sus necesidades y deseos.
Las encuestas demográficas y de salud (herramientas para recopilar información demográfica y de salud importante) realizan un seguimiento de las diferencias de edad entre las niñas y sus cónyuges. Esta información se utiliza como uno de los factores para evaluar el bienestar de las niñas en una comunidad.
Sin embargo, los matrimonios infantiles no siempre son uniones entre niñas y hombres mucho mayores. En algunas comunidades, es habitual el matrimonio entre niñas y niños de edades similares. También se dan casos en los que dos adolescentes deciden casarse voluntariamente; estas uniones, que a veces se denominan “matrimonios por amor”, no cuentan con la aprobación de las familias de los contrayentes. Esto hace que los jóvenes corran el riesgo de sufrir represalias violentas y, puesto que a menudo huyen o carecen de apoyo económico, es posible que se vean expuestos a riesgos económicos y sociales.
¿Se dan casos de varones obligados a casarse siendo todavia niños?
Aunque la gran mayoría de matrimonios infantiles implican a niñas, los niños también pueden ser obligados a casarse.
El UNFPA ha encontrado que, en los 82 países en desarrollo que disponen de datos al respecto, la prevalencia del matrimonio infantil es significativamente inferior para los niños que para las niñas. Solo 1 de cada 25 niños (el 3,8 por ciento) contraen matrimonio antes de cumplir los 18 años, mientras que el matrimonio antes de los 15 años es prácticamente inexistente en el caso de los niños (0,3 por ciento). Solo hay 10 países que tienen una prevalencia del matrimonio infantil para los niños de más del 10 por ciento (por ejemplo, el 16 por ciento en Madagascar, el 13 por ciento en la República Centroafricana y la República Popular Democrática de Laos, el 12 por ciento en Comoras y el 11 por ciento en Nepal).
Las tasas de matrimonio infantil entre los niños son muy bajas incluso en los países en los que el matrimonio infantil entre las niñas es relativamente elevado.
¿Qué consecuencias tiene el matrimonio infantil?
El matrimonio infantil socava los derechos humanos de los niños y trastoca sus vidas y sus oportunidades de futuro.
En el nivel más básico, niega a las niñas y los niños el derecho de elegir, con un consentimiento libre y pleno y sin coerción o miedo, con quién casarse y en qué momento hacerlo. Esta es una de las decisiones más importantes de la vida.
Y tiene consecuencias adicionales. Las niñas obligadas a casarse tienen más probabilidades de quedarse embarazadas antes de que sus cuerpos maduren, lo que aumenta los riesgos de muerte y morbilidad materna y neonatal. En los países en desarrollo, la mayoría de nacimientos en los que la madre es una niña adolescente se producen dentro del matrimonio o de una unión libre. En estos países, en los que el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva por lo general es bajo, las complicaciones del embarazo y el parto pueden ser mortales. De hecho, a escala mundial, estas complicaciones son la principal causa de muerte en chicas adolescentes.
Las niñas y niños obligados a casarse también son vulnerables a infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH. Una de las causas de este problema es el hecho de que las niñas que han abandonado la escuela son más vulnerables al matrimonio infantil y tienen menos probabilidades de disponer de información sobre cómo protegerse de las ITS y del embarazo no planificado.
Las niñas obligadas a casarse son especialmente vulnerables a los abusos. Son menos capaces de defenderse y de escapar de las relaciones abusivas. Las enfermedades mentales son habituales entre las niñas obligadas a casarse, por ejemplo, debido a sus experiencias de violencia. Las niñas que contraen matrimonio jóvenes también tienen más probabilidades de pensar que golpear a la esposa está justificado en comparación con las mujeres que contraen matrimonio más adelante.
Las niñas casadas rara vez se inscriben a la escuela y asumen responsabilidades domésticas significativas. Esto limita su potencial futuro y dificulta que sus familias puedan escapar de la pobreza.
La falta de educación y empoderamiento también implica que las mujeres sean menos capaces de defender el bienestar de sus propios hijos. Los hijos de las niñas obligadas a casarse tienen tasas de mortalidad más elevadas, peores resultados nutricionales y tienden a tener un nivel educativo inferior.
Además, el matrimonio infantil cobra un precio muy elevado a las comunidades, la fuerza laboral y las economías, y la pérdida se arrastra durante generaciones.
¿Es legal el matrimonio infantil?
El matrimonio infantil está prohibido en casi todo el mundo.
Dos de los acuerdos en materia de derechos humanos más ampliamente respaldados del mundo, la Convención sobre los Derechos del Niño (CRC) y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), abordan el matrimonio infantil. La CRC establece la definición de un niño acordada internacionalmente, así como el derecho de los niños a la salud, la educación, la protección de la violencia y la protección de la explotación y el abuso sexuales, todos ellos infringidos por el matrimonio infantil. La CEDAW afirma de manera inequívoca: “No tendrán ningún efecto jurídico los esponsales y el matrimonio de niños y se adoptarán todas las medidas necesarias, incluso de carácter legislativo, para fijar una edad mínima para la celebración del matrimonio y hacer obligatoria la inscripción del matrimonio en un registro oficial”. Juntos, estos tratados se han firmado o ratificado por todos los países excepto uno.
Sin embargo, existen algunas legislaciones nacionales que permiten interpretaciones distintas de este principio acordado. Muchos países permiten excepciones con el consentimiento de los padres o en virtud del derecho religioso o consuetudinario.
Incluso en aquellos lugares en los que el matrimonio infantil está claramente prohibido desde el punto de vista legal, hacer cumplir la ley puede resultar complicado por el hecho de que hay muchos matrimonios infantiles, y muchos matrimonios en general, que no están legalmente registrados.
El UNFPA trabaja con los gobiernos para promover legislaciones, políticas y mecanismos para hacer cumplir la ley más sólidos con el fin de poner fin al matrimonio infantil. También colabora con los hombres, las mujeres y las personas jóvenes, sin olvidar a las adolescentes, para combatir las causas fundamentales del matrimonio infantil: la pobreza persistente y la desigualdad de género. Además, presta apoyo a las chicas casadas, sobre todo en lo tocante a servicios de salud sexual y reproductiva y a servicios básicos que dan respuesta a la violencia de género.
No existe ninguna tradición religiosa importante que requiera el matrimonio infantil. Si bien es cierto que el matrimonio infantil persiste en muchas culturas y religiones, no sería correcto afirmar que el matrimonio infantil debe considerarse una práctica cultural o religiosa que deba protegerse. Los gobiernos de todo el mundo han decidido, de modo apabullante e independiente, que el matrimonio infantil es una violación grave de los derechos humanos.
En los lugares en los que el matrimonio infantil persiste, la evidencia de sus daños normalmente resulta convincente para los responsables de las políticas, los líderes comunitarios, los líderes religiosos y los padres. De hecho, existen varios ejemplos de líderes culturales y religiosos que han adoptado una postura firme en contra del matrimonio infantil. No obstante, las prohibiciones por sí solas no siempre son suficientes; puesto que el matrimonio infantil es normalmente el resultado de una falta de opciones y porque se percibe como lo habitual, las familias y las comunidades también necesitan alternativas.
¿Cómo se puede poner fin al matrimonio infantil?
Deben promulgarse, reforzarse y aplicarse leyes que prohíban el matrimonio infantil. Además, debe prestarse más atención a las legislaciones conexas como las relacionadas con el precio de la novia y la dote, la violación en el matrimonio, el registro de nacimientos y matrimonios y la escolarización obligatoria.
Sin embargo, las leyes por sí solas no pondrán fin al matrimonio infantil.
Básicamente, es necesario avanzar en el ámbito de la igualdad de género. Cuando educar a las hijas se considera igual de útil que educar a los hijos, cuando las comunidades (tanto hombres como mujeres) otorgan la misma importancia al potencial futuro de las niñas y los niños, existen menos motivos para practicar el matrimonio infantil.
Asimismo, cuando los chicos y chicas adolescentes son empoderados con información acerca de su salud sexual y reproductiva, cuando son capaces de decidir libremente y de forma responsable sobre cuestiones relacionadas con su sexualidad, libres de coerción, discriminación y violencia, tienen menos probabilidades de contraer matrimonio antes de los 18 años.
La existencia de mejores circunstancias para las familias también elimina el incentivo de obligar a sus hijos a casarse. Por ejemplo, cuando los padres temen por la seguridad de sus hijas, se requiere una mejor seguridad. Debe erradicarse la pobreza extrema, que empuja a muchos niños a contraer matrimonio. Por esta razón, se requieren varios cambios, incluidas las redes de protección social para las niñas y sus familias, así como un mejor acceso a educación, servicios sanitarios y oportunidades económicas.
Las niñas pueden desempeñar un papel importante a la hora de poner fin al matrimonio infantil cuando conocen sus derechos y tienen acceso al derecho de la información y las oportunidades. El UNFPA ha visto que, cuando las niñas son empoderadas para exigir sus derechos, pueden persuadir a sus familias de postergar o cancelar los compromisos de matrimonio. En cambio, pueden permanecer en la escuela, adquirir capacidades y ayudar económicamente a sus familias. Muchas se han inspirado para convertirse en defensoras y líderes de sus comunidades.
El UNFPA y sus socios están trabajando actualmente para introducir estos cambios entre las niñas más vulnerables. El Programa Mundial del UNFPA y UNICEF para Acelerar las Acciones para Terminar con el Matrimonio Infantil está llegando a niñas de 12 países de Asia, África y Oriente Medio y está impulsando un movimiento en contra del matrimonio infantil a escala mundial. Este programa está aumentando el acceso de las niñas a la educación y los servicios sanitarios; además, está educando a los padres y las comunidades sobre las consecuencias del matrimonio infantil. También contribuye a un entorno jurídico y de políticas más favorable para las niñas y genera datos sobre qué funciona a la hora de abordar el matrimonio infantil y cuestiones relacionadas como el embarazo en adolescentes, la violencia de género y el VIH.
¿Cuánto costaría poner fin al matrimonio infantil?
En noviembre de 2019, el UNFPA publicó un estudio conjunto con la Universidad Johns Hopkins en el que también colaboraron la Universidad de Victoria, la Universidad de Washington y Avenir Health. En dicho estudio se calculaba cuál sería el precio de acabar con el matrimonio infantil en los 68 países que suponen el 90 por ciento de los casos a nivel mundial. La conclusión de los investigadores fue que poner fin a esta práctica en dichos países de aquí a 2030 es sorprendentemente asequible: solo 35.000 millones de dólares de los Estados Unidos.
Dicho de otra manera, evitar que una niña sea obligada a casarse cuesta en torno a 600 dólares, lo que equivale a alojarse una noche en un hotel de lujo.
Esa inversión de 35.000 millones, que se destinaría a intervenciones educativas, iniciativas de empoderamiento y programas que transformaran las normas sociales con respecto a esta clase de uniones, evitaría alrededor de 58 millones de matrimonios infantiles. Por si fuera poco, las niñas que eludan este destino serán capaces de contribuir de forma más productiva a las actividades económicas familiares, lo que beneficiará considerablemente a las comunidades a la larga.
¿Cuál es la diferencia entre matrimonio infantil, matrimonio precoz y matrimonio forzado?
A veces se utiliza la expresión “matrimonio infantil, precoz y forzado”, lo cual da a entender que se trata de términos diferentes. De hecho, se solapan.
El matrimonio infantil y el matrimonio precoz se refieren en gran medida a lo mismo: matrimonios en los que uno o ambos cónyuges son menores de 18 años. Sin embargo, el matrimonio precoz también se utiliza a veces para describir matrimonios en los que uno o ambos cónyuges tienen como mínimo 18 años pero no pueden dar su consentimiento. Por ejemplo, el matrimonio de una persona de 19 años que no tiene la madurez física o emocional o que no tiene suficiente información acerca de sus opciones se consideraría un matrimonio precoz.
El matrimonio forzado es un matrimonio en el que uno o ambos cónyuges no dan su pleno y libre consentimiento, independientemente de la edad. El matrimonio forzado también puede referirse a una unión en la que uno o ambos cónyuges no pueden poner fin al matrimonio o salir de él.
Puesto que en muchos países los niños no se consideran capaces de dar su consentimiento legal, todos los matrimonios infantiles se consideran a veces matrimonios forzados. Sin embargo, existen varios casos en los que dos adolescentes menores de 18 años contraen matrimonio de forma voluntaria.
¿Qué relación tienen los embarazos en adolescentes con el matrimonio infantil?
En los países en desarrollo, aproximadamente la mayoría de nacimientos en adolescentes (en niñas de entre 15 y 19 años) tienen lugar entre niñas que ya están casadas. Esto significa que el matrimonio infantil es a menudo un precursor del embarazo precoz, situación que conlleva infinidad de riesgos en materia de salud para las niñas cuyos cuerpos aún no están preparados para la maternidad. A escala mundial, las complicaciones del embarazo y el parto son la causa principal de muerte en chicas adolescentes.
En algunos lugares, la causalidad se invierte. Aunque muchos partos en adolescentes se producen dentro del matrimonio, es bastante frecuente que los primeros partos que se producen dentro del matrimonio sean el resultado de concepciones anteriores al matrimonio. El embarazo en adolescentes es a menudo un incentivo para que los padres presionen a sus hijas para contraer matrimonio. Esto sucede en países de todo el mundo donde las comunidades consideran que el embarazo fuera del matrimonio es algo vergonzoso. Las niñas pueden ser obligadas a casarse con los violadores para librar a sus familias del estigma relacionado con el embarazo fuera del matrimonio.
A nivel mundial, el matrimonio infantil y el embarazo adolescente son dos acontecimientos vitales importantes que tienen un impacto negativo significativo y desproporcionado en las adolescentes. En todo el mundo, una de cada cinco niñas se casa de pequeña y un tercio de las mujeres empieza a tener hijos en la adolescencia.
Actualizado el 4 de febrero de 2022