Declaración
Día Mundial de la Salud 2024: Declaración de la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA
05 de abril de 2024
Declaración
05 de abril de 2024
Acabar con la discriminación para garantizar el derecho a la salud de todas las personas.
Con ocasión del Día Mundial de la Salud, celebramos los éxitos logrados desde la adopción del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) de 1994 en El Cairo, que situó la salud y los derechos sexuales y reproductivos en el centro del desarrollo.
Desde El Cairo, ha aumentado el número de mujeres que ejercen su derecho a la salud y pueden tomar sus propias decisiones respecto a su cuerpo y fecundidad. Más mujeres disponen de acceso a anticonceptivos modernos, menos mueren durante el embarazo y el parto, y las tasas de embarazo adolescente han disminuido.
No obstante, demasiadas mujeres y niñas se han visto excluidas de estos progresos. Al tiempo que redoblamos los esfuerzos por cumplir la promesa de la CIPD y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, demasiadas personas se ven privadas de vidas más saludables, especialmente aquellas procedentes de comunidades desatendidas.
Si bien la tasa media de mortalidad materna se ha reducido de forma importante a escala mundial en los últimos tres decenios, una mujer sigue muriendo cada dos minutos debido a complicaciones evitables relacionadas con el embarazo y el parto. La mortalidad es mucho mayor en los países más pobres: el riesgo de muerte materna a lo largo de la vida es de 1 entre 49 en los países de ingreso bajo, frente a 1 entre 5,300 en los países de ingreso alto.
Todas las formas de discriminación repercuten en la salud materna. Incluso en los países más acomodados, las comunidades que se ven afectadas por prejuicios raciales y de otra índole en su vida cotidiana presentan tasas de mortalidad materna más elevadas. Según las investigaciones del UNFPA, las mujeres afrodescendientes son más propensas a sufrir maltrato y negligencia por parte de los proveedores de asistencia sanitaria en el continente americano.
Podemos —y debemos— cambiar esta situación. Es hora de acabar con la discriminación y la exclusión que las mujeres, en toda su diversidad, siguen sufriendo cuando buscan atención de la salud sexual y reproductiva.
La justicia y la igualdad no serán posibles hasta que nuestros sistemas de salud garanticen el acceso de todas las personas a la atención respetuosa, compasiva y de calidad que merecen.
Hoy y cada día, defendamos el derecho de todas las personas a alcanzar el más alto estándar posible de salud, sin discriminación, coerción ni violencia. El acceso universal a la salud y los derechos sexuales y reproductivos constituye el camino hacia un futuro sostenible en el que toda la población pueda alcanzar su pleno potencial: defendámoslo.