Varias mujeres embarazadas narran al UNFPA su “carrera contra la muerte” en medio de los incesantes bombardeos de Gaza

GAZA, Palestina. “Mi bebé sentía cada explosión”, declaró una mujer embarazada del norte de Gaza al UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva, desde la escuela en la que ha encontrado refugio. Según contó, la noche anterior tuvo que dormir sobre un frío suelo que temblaba con cada explosión.

Otra mujer describió cómo se puso de parto en el momento en el que ella y su familia desalojaban su hogar en mitad de los bombardeos. “No tenía ni idea de dónde ni cómo iba a dar a luz”, explicó.

La mujer consiguió llegar hasta una ambulancia, que la transportó al ala de maternidad del hospital Al Shifa, el mayor centro médico de Gaza. Sin embargo, recibió el alta tan solo tres horas después de dar a luz a una niña, a fin de dejar espacio a nuevos ingresos.

“Nuestros equipos médicos están desbordados y llevan trabajando día y noche desde el inicio de la escalada —declaró el Dr. Mohammad Abu Salmiya, director del Al Shifa—. Contamos con un suministro muy limitado de combustible para mantener nuestra actividad. Si nos quedamos sin él, el hospital puede convertirse en un gigantesco cementerio”.

Sin escapatoria

La crisis humanitaria que está teniendo lugar en Gaza viene precedida del brutal ataque perpetrado por grupos armados palestinos el 7 de octubre, en el que murieron más de 1.300 israelíes y unas 199 personas fueron tomadas como rehenes. La respuesta de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ha sido un bloqueo de la Franja de Gaza, un territorio densamente poblado, completamente cerrado y sin vías de escape.

Hasta la fecha, alrededor de 3.000 palestinos han muerto a consecuencia de los ataques de las FDI, que también han arrasado manzanas enteras de la ciudad. El 13 de octubre, Israel instó a 1,1 millones de gazatíes a trasladarse a la parte sur del territorio, una zona que sigue siendo objeto de bombardeos.

“Es imposible que se marche un millón de personas, muchas de las cuales no cuentan con ningún medio de transporte, ni siquiera coche. Y, aunque lo tuvieran, en Gaza ya no queda combustible —declaró Lynn Hastings, Coordinadora Residente y de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas para el Territorio Palestino Ocupado—. Los hospitales del norte también han recibido el aviso de evacuación, algo que, de nuevo, resulta imposible”.

“Reiteramos el llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas para que se revoque la orden de evacuación del norte de Gaza, que está agravando aún más la precaria situación humanitaria —ha manifestado la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, en una declaración publicada ayer —. Para las miles de mujeres que están a punto de dar a luz y otras personas enfermas y gravemente heridas, tener que abandonar su hogar sin contar con un sitio seguro adonde ir, ni con comida o agua supone un gran peligro”.

“Los civiles deben estar protegidos”

Una mujer embarazada de 30 años contó al UNFPA que se ocultó en las sombras cuando empezaron a caer las bombas. Desde que saliera huyendo de su casa, no ha dejado de padecer mareos, cansancio y un intenso dolor de cabeza. “Cada paso parecía una carrera contra la muerte”, afirmó.

El UNFPA calcula que en Gaza viven 540.000 mujeres en edad de procrear; de estas, unas 50.000 están actualmente embarazadas, y está previsto que 5.500 den a luz en el próximo mes. El bloqueo plantea graves dificultades a estas mujeres, al privarlas no solo de acceso a servicios que garanticen un parto seguro y existencias de suministros vitales, sino también, como todos los civiles de Gaza, de un lugar donde refugiarse de los bombardeos y donde dispongan de alimentos y agua.

El UNFPA mantiene en funcionamiento los servicios de salud reproductiva y, a través de su asociado Sharek, distribuye kits de higiene íntima en 49 refugios del sur de Gaza gestionados por el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente. También se ha hecho entrega al Ministerio de Sanidad de medicamentos para mujeres embarazadas. Asimismo, a través de su asociado Shubak il Shabab, el UNFPA presta servicios de orientación a través de un teléfono de asistencia para casos de emergencias.

El UNFPA está haciendo acopio de suministros consistentes en medicamentos esenciales, material médico y kits de salud reproductiva interinstitucionales en la frontera a fin de entregar ayuda urgentemente cuando se restablezca el acceso. Sin embargo, los esfuerzos por negociar un corredor humanitario han resultado infructuosos hasta la fecha.

“Incluso las guerras tienen reglas —afirmó António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas—. El derecho internacional humanitario y las leyes sobre derechos humanos deben defenderse y respetarse; los civiles deben estar protegidos en todo momento y no usarse nunca como escudos”.