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¿Qué significa vivir en un mundo de 8 mil millones de personas?
- 11 Enero 2023
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Tal vez haya escuchado que pronto sobrecargaremos la capacidad de los recursos del planeta, o que, por el contrario, el colapso de la población hará colapsar a su vez la economía mundial. ¿Qué debería creer y qué debería hacer al respecto?
Comencemos con los hechos.
La población mundial está creciendo y esperamos que siga creciendo durante las próximas décadas.
Al mismo tiempo, nuestro crecimiento se está desacelerando. Estamos teniendo menos bebés, estamos envejeciendo, y estamos atravesando fronteras en números sin precedentes, remodelando las trayectorias demográficas de países y regiones.
Asia y África están a la cabeza del crecimiento de la población mundial, y mantendrán la tendencia en las próximas décadas. En la segunda mitad de este siglo, el África subsahariana se convertirá en la región más poblada.
Mientras tanto, a medida que disminuya la fecundidad y las poblaciones envejezcan, las poblaciones de algunos países, especialmente en Europa del Este, se irán reduciendo.
Algunos países, incluidos muchos de los más ricos del mundo, están envejeciendo más rápido que el promedio mundial.
Mientras tanto, muchos países, incluidos los más pobres del mundo, seguirán creciendo durante las próximas décadas. Se trata de países con poblaciones relativamente jóvenes, y algunos de ellos, aunque no todos, siguen teniendo altas tasas de fecundidad.
El crecimiento de la población mundial se estancará antes de que termine el siglo, al alcanzar un poco más de 10 mil millones.
Nuestras tasas de fecundidad seguirán cayendo. Una proporción aun mayor de nosotros será mayor de 65 años, con el potencial de vivir vidas más largas y saludables que nunca, en tanto que un mayor número de nosotros viviremos en países de ingresos bajos y medianos bajos.
A medida que avanzamos hacia el futuro que describen estas proyecciones, ¿cuántos de nosotros disfrutaremos plenamente de nuestro derecho a la autonomía corporal, con acceso a la atención y la información que necesitamos para tomar decisiones sobre nuestros cuerpos y nuestros futuros?
¿Cuántos de nosotros obtendremos lo necesario para cumplir con nuestro potencial de salud y longevidad, y para permanecer independientes, conectados y resilientes incluso a medida que envejecemos?
¿Qué haremos para abordar el cambio climático, que amenaza a los 8 mil millones de personas que habitamos el planeta, especialmente en los países más pobres, que han contribuido menos al problema, pero que ya están sufriendo los peores efectos?
Estos números por sí solos no nos darán las respuestas. No obstante, una comprensión clara de lo que nos dicen y lo que no nos dicen puede ayudar a dar forma a las decisiones de políticas que debemos tomar hoy.
Como todo lo demás que tiene que ver con los seres humanos, las cifras de población estás politizadas. Ya sea que suban o bajen, con demasiada frecuencia las cifras se utilizan para impulsar políticas que restringen los derechos reproductivos y promueven agendas racistas y xenófobas.
Por lo tanto, es importante centrarnos en los datos y en los derechos humanos fundamentales.
Nuestras elecciones tienen un impacto decisivo en la sostenibilidad de la vida en la Tierra, y en la calidad de esa vida, pero no es cuestión de cuántos hijos elegimos tener, o cuántos de nosotros permanecemos dentro de las fronteras del país en el que nacemos. Se trata de cuánto elegimos consumir, cómo invertimos nuestros recursos y cómo nos tratamos los unos a los otros.
Si elegimos invertir en las personas y las comunidades, y defender el derecho de cada persona a la autonomía corporal, estos números (8 mil millones de personas, creciendo, envejeciendo, moviéndose, cambiando) equivalen a un futuro en el que cada uno de nosotros puede prosperar.