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Salud y protección más allá de las fronteras para las mujeres venezolanas

“Llevamos una semana de viaje sin poder dormir, sin poder bañarme, sin comer bien” cuenta Mariana al UNFPA. © UNFPA Perú
  • 28 Febrero 2019

TUMBES, Perú - “Me habían contado que era muy peligroso viajar sola, pero lo hago por un mejor bienestar para mí y para mi familia (...)”, nos cuenta Britney, quien a sus 18 años partió sola desde su natal Valle de la Pascua (Venezuela) rumbo a Perú, con la ilusión de seguir la carrera de odontología y vivir un mejor futuro.

ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados y la OIM, la Organización Internacional para las Migraciones, anunciaron hoy que la cifra de refugiados y migrantes de Venezuela en todo el mundo asciende en este momento a 3.4 millones de personas.

Alrededor del mundo, más de 120 millones de mujeres viven fuera de sus lugares de origen.  Dejar atrás sus vidas por un futuro incierto no es una decisión sencilla. Muchas de ellas encuentran en ello la única respuesta a situaciones apremiantes de pobreza e inseguridad.

Desde 2017, más de 648 mil migrantes venezolanos han llegado al Perú, según la Superintendencia Nacional de Migraciones. Alrededor del 42% son mujeres.

Una amenaza inminente de violencia

En situaciones de migración, las niñas, adolescentes y mujeres gestantes son poblaciones en especial situación de vulnerabilidad. Las adolescentes corren mayor riesgo ante situaciones de violencia sexual, acoso y de ser captadas por redes de traficantes y tratantes de personas.


Britney con otros jóvenes. Muchos jóvenes y mujeres viajan juntos
en grupos por la seguridad. © UNFPA Perú

“He sentido temor porque a veces uno no sabe la intención de algunas personas, pueden secuestrarte o llevarte a la prostitución. Uno quiere hablar con alguien y piensa: ¿será que es bueno, será que es malo? Una mujer sola corre todos los riesgos que pueden existir en el mundo”, comenta Britney, agotada después de ocho días viajando a pie.

Las adolescentes y mujeres que viajan solas buscan unirse a grupos y ayudarse para evitar sufrir situaciones de violencia, pero no siempre lo logran. Solo en las primeras semanas de 2019, el UNFPA ha registrado y derivado 21 casos de violencia contra mujeres venezolanas en sus servicios localizados en el Centro Binacional de Atención en Frontera (CEBAF).

El riesgo para las mujeres embarazadas


“Partimos porque no podíamos criar a un hijo. No conseguíamos
medicamento ni comida”cuenta Mariana al UNFPA © UNFPA Perú

Sumados a ello, la exigencia de la travesía y la falta de acceso a alimentación, descanso adecuado y servicios de salud sexual y reproductiva incrementan el riesgo para las mujeres gestantes.

Es el caso de Mariana, quien a los 30 años y con cinco meses de gestación partió de la ciudad de Isla Margarita en Venezuela hacia el Perú. “Partimos porque no podíamos criar a un hijo. No conseguíamos medicamento ni comida (…) En el trayecto, amanecíamos en la calle, dormíamos en la calle, hasta que llegamos”, nos cuenta.

Como Mariana, en promedio 80 mujeres gestantes venezolanas ingresan al Perú cada mes. Durante 2019, el UNFPA ha brindado 1500 atenciones en salud reproductiva, pero aún es necesario mayor acceso a servicios y financiamiento para asegurar que las personas puedan concretar sus decisiones reproductivas y garantizar a las mujeres embarazos y partos seguros, así como madres y bebes saludables.

“Llevamos una semana de viaje sin poder dormir, sin poder bañarme, sin comer bien. Todo me canso rápido, vómitos, dolores de cabeza, es muy difícil. Me da miedo”, afirma Mariana preocupada por la salud de su bebe. Una vez completada su atención prenatal reúne energías para continuar su viaje hacia Lima, conociendo que su bebe se encuentra bien.

Un símbolo de fuerza

Un equipo multidisciplinario del UNFPA ha brindado atención en salud sexual y reproductiva y protección frente a la violencia a más de 5500 mujeres venezolanas en las primeras semanas del año en el CEBAF. Sin embargo, mayor apoyo es necesario.

Complementariamente, ha distribuido más de 6000 kits de dignidad con implementos para el cuidado de la higiene personal para mujeres, adolescentes y niñas.

Actualmente, el UNFPA brinda asistencia técnica al Estado peruano para adecuar la normatividad de manera que la población venezolana sea incluida en los mecanismos de protección frente a la violencia. 

Sin embargo, aún queda mucho por hacer para que las mujeres puedan asegurar un mejor futuro para ellas y sus familias.

A pesar de las dificultades, algunas mujeres dijeron que el camino agotador hacia el Perú tenía un lado positivo: les mostraba su fortaleza.

"Si pudiera hacer este viaje por mí mismo, podría hacer mucho más", dijo Britney al UNFPA.

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