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Los centros de conocimientos apoyados por la República de Corea promueven la igualdad de género en Tanzania

24 Mar 2021

Las mujeres aprenden sobre sus derechos y la igualdad de género en un centro de conocimientos en la aldea de Malito, Shinyanga. @ UNFPA Tanzania/Karlien Truyens
Las mujeres aprenden sobre sus derechos y la igualdad de género en un centro de conocimientos en la aldea de Malito, Shinyanga. @ UNFPA Tanzania/Karlien Truyens

Aunque sus puertas se abrieron hace menos de seis meses, un centro de conocimientos en la aldea de Malito en el distrito de Msalala, en la región de Shinyanga, ya está cambiando  vidas. Loyce es una líder de divulgación en el centro, uno de los dos establecidos en el marco del Programa Conjunto UNFPA-ONU Mujeres de tres años de duración, financiado por la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA), que tiene como objetivo apoyar la prioridad del Gobierno de la República Unida de Tanzania de lograr la igualdad de género y poner fin a la violencia, con un enfoque en algunas de las mujeres, niñas y niños más atrasados en el distrito de Ikungi, en la región de Singida, y el distrito de Msalala, en la región de Shinyanga. 

El programa, que también ha creado cinco clubes de niñas adolescentes que apoyan a más de 100 niñas que no asisten a la escuela con habilidades para la vida y capacitación empresarial, busca desafiar las normas sociales que siguen encerrando a las mujeres y las niñas en un ciclo de desigualdad y violencia. 

Además, ha creado siete comités barriales de protección y 25 comités de protección a nivel de aldea. Como miembra del Comité Barrial de Protección de Niñas, Niños y Mujeres de Malito, Loyce ha recibido capacitación para prevenir y responder a la violencia contra las mujeres y las niñas, y recuerda la historia de la hija de su vecina, a la que iban a casar con apenas 13 años. La madre de la adolescente se enteró de las consecuencias perjudiciales del matrimonio infantil en el centro de conocimientos y le pidió a Loyce que la acompañara a hablar con su marido. La propuesta de matrimonio fue rechazada ese mismo día. Las familias de otras niñas también están rechazando propuestas matrimoniales porque ahora entienden la importancia de la educación y el derecho de sus hijas a continuarla.

La promesa del centro y la visión de un futuro mejor para su propia hija motivan a Loyce a continuar su labor de promoción en su comunidad. "A veces creo que [la igualdad de género] es imposible", admite, "pero te reúnes con otras personas con ideas similares, y creo que si nos apoyamos mutuamente, juntas podemos hacerla realidad".

 

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