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Multiplicar las iniciativas de prevención del cáncer cervicouterino en la República de Moldova

Irina, de 46 años, no tenía idea de que estaba en riesgo de padecer cáncer cervicouterino. Afortunadamente, su médico de familia le hizo los exámenes correspondientes. © UNFPA Moldova/Dan Gutu
  • 22 Enero 2019

CHISINAU, Moldova – Irina Starciac, de 46 años, estaba segura de estar sana. "Nunca tuve síntomas que me movieran a preocupación", asegura. Tuvo suerte. Su médico de familia decidió hacerle exámenes de cáncer cervicouterino el pasado mes de septiembre.

"Estaba tan segura de que mis resultados serían positivos", recuerda, "que incluso olvidé darle mi número de teléfono a la doctora".

Cuando los resultados mostraron lesiones precancerosas, "la doctora tuvo que buscarme en la redes sociales", admite.

La dedicación de la doctora dio resultado.

En el curso de unas semanas, la Sra. Starciac se sometió a cirugía para prevenir que las lesiones desembocaran en cáncer.


A nivel mundial, el cáncer cervicouterino ocupa el cuarto lugar entre los
cánceres que con mayor frecuencia se diagnostican a las mujeres.
© UNFPA Moldova/Dan Gutu

Mortal pero prevenible

El cáncer cervicouterino es altamente letal. A nivel mundial, la tasa de mortalidad es del 52 %. También es muy común: es el cuarto tipo de cáncer que con mayor frecuencia se diagnostica a las mujeres.

En la República de Moldova, casi cada día se diagnostica a una mujer con cáncer cervicouterino, y cada tres días una mujer muere a causa de la enfermedad.

No obstante, la gran mayoría de estas muertes podría prevenirse con exámenes e iniciativas de vacunación. Las lesiones se pueden tratar fácilmente si se encuentran en estado precanceroso, y hay más probabilidades de sobrevivir al cáncer en sí cuando se detecta a tiempo, pero muchas mujeres desconocen que existen los exámenes de detección del cáncer cervicouterino, o tiene dificultades de acceso a estos. Según un nuevo estudio llevado a cabo por el UNFPA, solo alrededor del 40 % de mujeres moldavas que deben hacerse los exámenes tienen acceso a estos.

Desde 2013, el UNFPA ha estado trabajando con el Gobierno y otros socios para fortalecer las medidas de prevención del cáncer cervicouterino, incluida la capacitación de los médicos de familia para realizar exámenes, como el que salvó a la Sra. Starciac. El UNFPA también ha ayudado a proporcionar equipamiento moderno a los laboratorios.


"Insto a todas las mujeres a que se hagan chequeos con su médico de
familia con tanta frecuencia como sea posible", urge Irina.
© UNFPA Moldova/Dan Gutu

Intensificar las iniciativas de prevención

Hoy en día, un amplio programa de prevención del cáncer cervicouterino en Moldova (parte de una alianza entre el Gobierno, el UNFPA, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, la Agencia Rumana para el Desarrollo Internacional, la Asociación Internacional de Prevención del Cáncer Cervicouterino y la Organización Mundial de la Salud) apunta a reducir esta enfermedad en un 20 % para 2025.

El programa contribuirá a aumentar la capacidad de los trabajadores de la salud para proporcionar servicios de detección, establecer un registro de detección electrónica para mejorar la recopilación de datos y el monitoreo, y aumentar la vacunación contra el virus del papiloma humano, la principal causa del cáncer cervicouterino. Los esfuerzos de sensibilización aumentarán el uso de estos importantes servicios.

En ese sentido, el 29 de enero y con el apoyo del UNFPA y de la Embajada de Japón en la República de Moldova a través del programa Kusanone, abrió sus puertas en Chisinau el Centro Nacional de Remisión de Colposcopia. El Centro coordinará colposcopias (un procedimiento de examen del cuello uterino) en todo el país.


Dereje Wordofa, Director Ejecutivo Adjunto del UNFPA, (segundo desde
la izquierda al fondo) asiste a la inauguración del Centro Nacional de
Remisión de Colposcopia, el 29 de enero. © UNFPA Moldova

Instar a todas las mujeres a que visiten a un médico

La Sra. Starciac es gerente de ventas y madre de tres hijos. Lleva una vida ocupada y muy activa. Aun así, siempre ha dedicado tiempo a visitar a su médico de familia una vez al año.

Tras su reciente encuentro con el cáncer cervicouterino, ha comenzado a aconsejar a amigas que hagan lo mismo.

"Después de conocer mi ejemplo, todas mis amigas visitaron inmediatamente el médico. Algunas descubrieron que tenían graves problemas de salud e iniciaron los respectivos tratamientos", recuerda.

La Sra. Starciac quiere que todas las mujeres tomen las mismas precauciones.

"Insto a todas las mujeres a que se hagan chequeos con su médico de familia con tanta frecuencia como sea posible. Cuando la madre está sana, toda la familia está feliz. No hay que tener miedo. Mientras más tarde se hace el diagnóstico, menor es la probabilidad de que el tratamiento tenga éxito".

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