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Una mirada retrospectiva al decenio de 2010: Una década de opciones

El mundo ha visto tanto peligro como promesa en los últimos 10 años.
  • 23 Diciembre 2019

NACIONES UNIDAS, Nueva York – Al finalizar una década, el mundo se preocupa por los peligros que asoman en el horizonte. El cambio climático está empezando a devastar comunidades en todo el mundo. La crisis de los refugiados y la migración han reformado la demografía en escala inimaginable, y están causando conmoción política en todo el planeta. Las tecnologías de la información que permitieron la creación de vibrantes comunidades en línea ahora también permiten la difusión del extremismo y la desinformación. 

No obstante, vale la pena revisar los avances que ha logrado la humanidad, en especial al enfrentar la desigualdad de género. A continuación figuran cuatro cambios que han ayudado a definir los últimos 10 años como una década privilegiada para mujeres y niñas. 


Las mujeres se niegan a guardar silencio sobre la violencia, el acoso y la discriminación. © UNFPA Jordania / Mohammad Abu Ghosh

1.    Las voces de las mujeres nunca han sido más fuertes

Por miles de años, las mujeres soportaron la desigualdad, la discriminación y la violencia en relativo silencio. Los problemas que afectaban a la mitad de la población humana fueron ignorados consuetudinariamente por autoridades, historiadores, artistas y líderes predominantemente masculinos. En el decenio de 2010, no obstante, a medida que las tecnologías permitían a las mujeres compartir sus experiencias más ampliamente que nunca, la indignación causada por esas injusticias comenzó a arder por lo bajo y luego se convirtió en un incendio. 

Entre 2010 y 2019, el número de personas que utiliza internet se duplicó con creces al pasar de 2 mil millones a 4.100 millones. Las redes sociales proliferaron con el lanzamiento de Instagram, Snapchat, Google+ y TikTok. Facebook y Twitter solidificaron su condición de gigantes mundiales. Aunque los hombres siguen representando un porcentaje ligeramente mayor de usuarios de internet que las mujeres en la mayoría de los países, la presencia en línea de estas alcanzó una masa crítica.

En 2017, actrices de Hollywood de alto perfil —incluida Ashley Judd, Embajadora de Buena Voluntad del UNFPA— audazmente hablaron acerca de sus experiencias personales de acoso sexual. El movimiento #metoo provocó millones de relatos más sobre la agresión sexual, la discriminación, la explotación y la degradación, provocando un incendio que continúa haciendo estragos en todo el mundo, derribando a líderes del gobierno y de distintos sectores económicos.

Las conversaciones también están ocurriendo fuera de línea.

Bipana Nepali, una joven activista nepalí que trabaja con el UNFPA, dice que las personas hablan más abiertamente que nunca sobre la violencia basada en el género y las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, que anteriormente se ocultaban "debido a la vergüenza, el estigma y el tabú". Señaló que "es buena señal que hoy hablemos en voz alta en público, pues significa que estamos intentando encontrar una solución".

"Si nos remontamos hace 10 años en Irak, las mujeres no hablaban abiertamente sobre la violencia basada en el género y el abuso doméstico. Con más conciencia, vemos hoy mujeres que dan un paso al frente y toman el futuro en sus propias manos", agregó Rahma Abdul Kareem, del Centro Noor al-Rahma para los Derechos Humanos, una entidad asociada del UNFPA. 

Y según se elevan las voces de las mujeres en un coro mundial, no sólo abordan la violencia basada en el género. También están rechazando siglos de estigma, pidiendo que se ponga fin a la vergüenza del periodo, exigiendo mejor acceso a suministros de higiene femenina y mejores datos sobre cuestiones largamente descuidadas relativas a la salud de las mujeres, como la depresión posparto y los trastornos ginecológicos.  

"La grandeza de este momento es que, finalmente, el mundo ha escuchado", dijo la Sra. Judd.


"Hace unos años, hablar sobre planificación familiar y anticonceptivos era un tabú en Irak", dijo el Dr. Hind Kamal. © UNFPA Irak

2.    Han aumentado las opciones de anticonceptivos

Las parejas nunca antes han disfrutado de tantas opciones de anticonceptivos modernos confiables. Desde 2000 se ha producido una proliferación de la tecnología de anticonceptivos, con métodos tales como anillos vaginales, implantes, dispositivos inyectables y parches en el mercado. Debido a la ampliación de posibilidades de métodos, las preferencias han cambiado.

En el ámbito mundial, se ha reducido la prevalencia de la esterilización tanto femenina como masculina. En algunos lugares han adquirido primacía los métodos de acción prolongada.

"Hace diez años, las mujeres que no buscaban planificación familiar permanente usaban métodos de corto plazo", explicó al UNFPA Kalawati Chaudhary, consejero de planificación familiar en el occidente de Nepal. "Hoy en día, muchas están optando por anticonceptivos de largo plazo, como los dispositivos intrauterinos. Se trata de un cambio significativo". 

Desde entonces, decenas de millones de mujeres más han estado usando anticonceptivos modernos, especialmente en lugares donde la necesidad es mayor. Desde 2012, los usuarios de anticonceptivos modernos han aumentado en 53 millones en 69 países de alta prioridad.

El estigma en torno a los anticonceptivos también está decayendo, a juicio del Dr. Hind Kamal, ginecólogo en una clínica apoyada por el UNFPA en Irak. "Hoy por hoy, gracias a intensas campañas de sensibilización en campamentos y comunidades, tanto los esposos como las esposas vienen a nuestra clínica en busca de asesoramiento sobre planificación de la familia y anticonceptivos".

Entre tanto, los programas para educar a las personas sobre la planificación de la familia están ayudando a reducir las tasas de mortalidad materna e infantil en lugares como Afganistán, afirmó la Dra. Nasreen Oryakhel, presidenta de la Asociación Afgana de Orientación Familiar, quien ha venido trabajando en torno a estos temas desde hace 30 años. "A través de la planificación familiar y los intervalos entre nacimientos, podemos tener criaturas y madre sanas", declaró.

No obstante, aún queda un largo camino por recorrer.

Las opciones no han aumentado lo suficiente para las mujeres en países con alta necesidad. Los datos de las Naciones Unidas indican que en alrededor de la quinta parte de los países o zonas, un único método de anticoncepción representa la mitad o más del uso de anticonceptivos. 

Las mejoras generales en el ámbito de las necesidades insatisfechas de anticonceptivos han sido ligeras. En 2010, se estima que el 14,3 % de las mujeres de todo el mundo tuvo una necesidad insatisfecha de anticonceptivos modernos; en 2019 la cifra fue del 14,2 %. 

Además, las mujeres siguen asumiendo la mayor parte de la carga de la planificación de la familia. Los métodos que requieren la participación directa de los hombres (incluida la esterilización masculina, los condones masculinos e incluso la retirada) representan apenas el 27 % de las prácticas anticonceptivas. 


Adouia Brema es electricista en Chad. © Banco Mundial / Vincent Tremeau

3.    Los roles de género son menos rígidos

En este decenio se ha producido un aumento continuo de la educación de mujeres y niñas, con un aumento niveles globales de matriculación en la escuela secundaria de casi el 70 % en 2010 al 75 % en 2018, según datos de la UNESCO (en el caso de los niños, el aumento fue del 72 % al 76 %). Los índices de fecundidad también siguieron disminuyendo, de 2,5 nacimientos por mujer en 2010 a 2,4 en 2017.

Estos cambios han venido acompañados de un aumento en la condición de las mujeres y las niñas, mantienen algunos expertos.

"Hace diez años, las niñas no se consideraban dignas de continuar su educación, sino que más bien se las preparaba para el matrimonio precoz", sostuvo Itaimad Hameed Rasheed, Director del Centro Comunitario de Mujeres Eman Al-Qoloob, en Irak. "Hoy en día veo mujeres con títulos universitarios que trabajan y son líderes exitosas. Las jóvenes tiene hoy oportunidades de crecer y aprender".

Alrededor del mundo, las mujeres han sido empoderadas para asumir funciones que antes eran inalcanzables. "Es importante que las mujeres trabajen y ganen dinero para que puedan cubrir sus propias necesidades y ayudar a cubrir los gastos del hogar", opinó Adouia Brema, electricista en Chad

La economía feminista también está comenzando a reformar el modo en que los responsables de formular políticas entienden el rol de las mujeres en el mundo, llamando la atención sobre el trabajo no remunerado que aún recae sobre las mujeres de forma desproporcionada.

Y cada vez son más las mujeres que buscan convertirse en encargadas de la formulación de políticas. Si bien las mujeres siguen a la zaga de los hombres en los puestos electivos (suman, por ejemplo, poco menos de una cuarta parte de todos los parlamentarios) están postulándose para puestos electivos en índices más altos que nunca, según informes de los medios de comunicación . 

"Hace diez años, solo se veían hombres al frente de las iniciativas. Hoy en día, las mujeres están luchando por sus derechos y defendiendo aquello en lo que creen", recalcó Zahraa Talal, defensora de las mujeres, en la Fundación para el Desarrollo Económico de Irak, al UNFPA.


Kalawati Chaudhary y sus colegas escalan montañas para ofrecer servicios de planificación familiar a las mujeres en el oeste de Nepal. © UNFPA Nepal

4.    El compromiso con el cambio nunca ha sido mayor

Gracias a la mejora de la calidad y la cantidad de datos, el mundo tiene ahora una visión más clara de las consecuencias trascendentales de la desigualdad de género, y de la urgente labor que aún queda por delante. A manera de ejemplo, aun cuando disminuyen el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina, el crecimiento de la población indica que el número absoluto de mujeres y niñas afectadas por las prácticas podría aumentar. 

También entendemos mejor lo que se necesita para introducir cambios duraderos. Un estudio conjunto determinó recientemente el precio de poner fin a la necesidad insatisfecha de planificación familiar, muertes maternas prevenibles y violencia basada en el género, todo dentro de un decenio. Le costará al mundo USD 264 mil millones, menos que la cantidad de sanciones por conducta indebida aplicadas a los principales 20 bancos del mundo.

Y el mundo nunca ha visto una mayor determinación de realizar estos esfuerzos. 

El mes pasado, en la Cumbre de Nairobi sobre la CIPD25, más de 8.300 delegados de unos 170 países se reunieron en la capital de Kenya para asumir compromisos específicos, concretos y viables a fin de promover la igualdad de género, asegurar la salud y los derechos sexuales y reproductivos, y poner fin a la violencia de género. Se asumieron más de 1.200 compromisos, y se movilizaron miles de millones de dólares estadounidenses, pero los mayores logros todavía están por delante. Este próximo decenio se iniciará con mujeres y niñas más fuertes y más audaces que nunca. La Sra. Abdul Kareem, en Iraq, lo resume confirmando que: "Ya no somos el sexo débil".

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