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Tratamiento de las heridas invisibles de la violencia en Perú

La Dra. Gabriela González es una psiquiatra en Lima que ayuda a sobrevivientes de violencia de género a superar su trauma. "Elegí esta especialidad porque quería ayudar a las personas, especialmente a las mujeres, a recuperar su salud mental y mejorar sus vidas", dijo. © UNFPA Perú
  • 21 Julio 2021

LIMA, Perú – Casi todas las mañanas durante los últimos seis años, Gabriela Gonzales acude al Centro de Salud Mental Comunitario (CSMC) Honorio Delgado, en el barrio de Jesús María. La doctora Gonzales es una psiquiatra que trata a sobrevivientes de violencia de género,  población que se ha  incrementado durante la pandemia.  

Sus primeras pacientes del día suelen ser personas que recién inician el proceso de recuperación, y vienen a verla después de un examen de salud inicial. Por la tarde, revisa las historias médicas con especialistas del equipo multidisciplinario, que incluye a otras y otros psiquiatras, psicólogos, médicos de familia, trabajadores sociales y enfermeras. 

A veces sus pacientes son niñas, niños o adolescentes, un recordatorio de que cualquiera de estas niñas podría ser su hija de tres años.  La doctora Gonzales también aplica su experiencia profesional en la prevención de la violencia en  su hogar (asegurándose de compartir las responsabilidades de cuidado de su hija con su esposo, un ejecutivo comercial) para demostrar igualdad en la práctica, e inculcando a su hija que tiene derecho a una vida libre de violencia y discriminación. “Nosotros le enseñamos, por ejemplo, que nadie debe tocar su cuerpo sin su permiso, ni siquiera un pariente”, explicó la Dra. Gonzales. 

Encontrar valor para buscar ayuda

Según el Observatorio Nacional de la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar, entre enero y septiembre de 2020, casi el 70 % (34.098) de todos los casos tratados en los CSMC del Perú fueron mujeres sobrevivientes de la violencia. Además, el 54,8 % de las mujeres entre 15 y 49 años de edad informaron haber sufrido violencia física, psicológica o sexual por parte de sus parejas al menos una vez, según la Encuesta Demográfica y de Salud del Perú de 2020.

La Dra. Gonzales describe el caso de una mujer que había sufrido violencia psicológica, física y sexual. “Conservé una piedra que me trajo de las aguas termales durante un viaje liberador que hizo después de tener el valor de pedir ayuda y seguir con su terapia”, dijo. “Para ella, esa piedra simbolizaba el proceso por el que había atravesado.


La Dra. González guarda una piedra que un sobreviviente de la violencia le trajo de las aguas termales, que representa la fuerza que tomó para buscar ayuda y comprometerse con el tratamiento. © UNFPA Perú

Now, the woman is in a different emotional place. “I come to the centre because of many years of depression and anguish,” she said. “Today, I feel fine and am making progress in my treatment.”

Ahora, la mujer se encuentra en un lugar emocional distinto. “Visito el centro debido a muchos años de depresión y angustia”, “Hoy me siento bien y estoy progresando en mi tratamiento.”

El papel vital del sector de la salud 

Mediante la capacitación impartida por el UNFPA, en alianza con el Ministerio de Salud, la Dra. Gonzales fortaleció sus conocimientos sobre gestión de casos de violencia, en particular sus conocimientos sobre la importancia de colocar al centro de la atención los derechos y las necesidades de las y los sobrevivientes. El año pasado, la alianza de trabajo entre el UNFPA   y el Ministerio de Salud, capacitó a más de 13.000 profesionales de la salud para ayudar a sobrevivientes de violencia en la recuperación de su salud física y mental. Además, se han puesto en marcha programas piloto de gestión conjunta de casos en los que se combinan servicios socio-jurídicos apoyados por el Ministerio de la Mujer con servicios de atención sanitaria.  De otra parte, entre enero y septiembre de 2020, se han atendido  a más de 34.000 mujeres, adolescentes y niñas  en los CSMC.

Hoy en día, la Dra. Gonzáles es aún más consciente del importante papel del sector de la salud en la prevención y respuesta a la violencia de género. “Cada caso es una oportunidad para mejorar”, manifestó, “para que poco a poco las niñas, las y los adolescentes y las mujeres puedan llevar una vida libre de violencia”.

 

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