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Tras más de una década de guerra, los terremotos son una catástrofe añadida a la crisis que sufren millones de personas en Siria

La pequeña Huda (en la foto con su tía) nació en Lattakia (Siria) un día antes de los terremotos. «Nuestra casa se derrumbó», cuenta su madre, Nuha. La madre y la niña están alojadas en un refugio improvisado en una escuela y recibieron tratamiento médico para las heridas por parte de un equipo sanitario móvil que recibió apoyo del UNFPA. © UNFPA Siria/Dana Mousa
  • 20 Febrero 2023

LATTAKIA, Siria - Nuha dio a luz a su bebé, Huda, el 5 de febrero en Lattakia, al oeste de Siria. La joven madre recuerda haber sentido mucha esperanza y un gran compromiso hacia su hija. 

Pero Huda aún no ha podido pasar una noche entera en la habitación que su madre le había preparado con tanto esmero. A las cuatro de la mañana todo se vino abajo: las paredes temblaron y los techos se derrumbaron. Llegaban sonidos aterradores de todas partes. Lattakia es una de las zonas de Siria más castigadas por dos violentos terremotos la semana pasada, que afectaron a 1,3 millones de personas y provocaron decenas de miles de desplazados. 

La mayoría de los edificios quedaron reducidos a escombros casi al instante, entre ellos el de Nuha. «Nuestra casa se derrumbó», cuenta. Huyó de su casa sangrando profusamente y, aferrada a su hija de un día, se dirigió a un refugio improvisado en una escuela. Estaba abarrotado, había personas heridas por todas partes. Buscó ayuda en la sala, pero solo había caos. 

A sus 20 años, Nuha ha vivido más de la mitad de su vida inmersa en la prolongada crisis de Siria: desde una guerra civil cruel y prolongada hasta las crisis climáticas y, ahora, el peor desastre natural que se recuerda en la región. El terremoto afectó al menos a 8,8 millones de personas en Siria, causó más de 5.700 fallecimientos y más de 10.000 personas heridas. Se espera que estas nefastas cifras aumenten a medida que pasen los días y las semanas y disminuyan las posibilidades de encontrar supervivientes.

Una catástrofe añadida a la crisis

En medio de esta catástrofe, el UNFPA calcula que hay más de 130.000 mujeres embarazadas en Siria, de las que unas 14.800 darán a luz en el próximo mes. Unas 6.600 mujeres sufrirán complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto en los próximos tres meses y necesitarán acceso a una atención sanitaria de urgencia y vital, de la que por ahora carecen casi por completo.

A medida que las temperaturas invernales caen en picado, los equipos del UNFPA y sus asociados en Alepo, Hama y Lattakia distribuyen ropa de invierno, mantas, kits de maternidad y kits de higiene femenina. Han llegado kits de salud reproductiva, que incluyen suministros y equipos para gestionar emergencias obstétricas en Alepo, donde más de 30 equipos móviles están también prestando servicios de salud reproductiva y de respuesta ante la violencia de género para personas desplazadas. Los equipos cuentan con personal ginecológico, de partería y de apoyo psicosocial.

En el refugio, uno de los equipos trató las heridas de Nuha, comprobó el estado de salud de su hija y le entregó un kit de salud materna con los artículos esenciales que Huda y ella necesitarán en las próximas semanas, desde una manta y ropa hasta jabón y pañales. 

Para Huda, como para tantos niños en esta catástrofe, el comienzo de su vida ha sido traumático: las personas supervivientes necesitan urgentemente apoyo psicológico, y los niños, las mujeres y las personas de edad son especialmente vulnerables a la conmoción y el pánico. El UNFPA está apoyando la puesta en marcha de una línea telefónica de ayuda para las mujeres que sufren violencia, con derivaciones a servicios psicológicos y médicos, mientras las personas luchan por asimilar los trágicos efectos del terremoto en sus vidas y en sus comunidades.

Necesidades crecientes, recursos menguantes 

El elevadísimo número de víctimas está desbordando los hospitales, que tienen una capacidad médica y quirúrgica limitada y escaso acceso a unidades de cuidados intensivos. En el caso de las instalaciones que no han quedado destruidas por el terremoto, importantes cortes de electricidad han provocado escasez de combustible y han obligado a suspender los servicios en muchas de ellas.

En el noroeste de Siria, donde más de 4 millones de personas necesitaban ayuda humanitaria con anterioridad al terremoto, el UNFPA formó parte del primer convoy transfronterizo desde la crisis con artículos de socorro muy necesarios. En colaboración con asociados sobre el terreno, se están distribuyendo miles de kits de higiene femenina y también se proporcionarán kits de salud reproductiva para cubrir las necesidades de unas 150.000 personas.

A worker hands out UNFPA dignity kits.
El UNFPA y su asociado, la Asociación Siria de Planificación Familiar, distribuyen kits de higiene femenina en dos refugios de Lattakia para miles de mujeres y niñas desplazadas por los dos devastadores terremotos. © UNFPA Syria

Estos artículos se pueden utilizar en más de 800 cesáreas y más de 30.000 partos normales; además, se está brindando apoyo a nueve centros de salud para que presten servicios esenciales de salud sexual y reproductiva. Asimismo, 12 espacios seguros para mujeres y niñas siguen garantizando el acceso a servicios fundamentales de prevención y respuesta ante la violencia de género. 

La escasez crónica de suministros en los hospitales de toda Siria —especialmente en el noroeste—, incluso antes de esta última crisis, implica que quienes sobrevivieron al terremoto pero sufren heridas corren el riesgo de no recibir el tratamiento que urgentemente necesitan. Los hospitales están profundamente desabastecidos y saturados, muchos están dañados o destruidos y la escasez de combustible y medicamentos es muy preocupante.

Todavía se desconoce la magnitud de los daños y de la crisis. Tras casi 12 años de guerra, Siria ya apenas se sostenía en pie y el terremoto se ha producido en un momento en que las necesidades humanitarias en el país están en su punto álgido desde el inicio del conflicto. El UNFPA solicita urgentemente 24,8 millones de dólares de financiación rápida, flexible y sostenida para prestar asistencia a millones de personas en Siria que necesitan ayuda de manera acuciante.

 

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