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Trabajar contra todo pronóstico para mejorar la salud materna en la República Democrática del Congo

Tras decenios de conflicto en la República Democrática del Congo (RDC), a causa de los cuales gran parte de la infraestructura ha quedado destruida, muchas mujeres embarazadas luchan por tener acceso a personal sanitario con conocimientos de partería y con los suministros necesarios para practicar partos higiénicos. Foto: Lynsey Addario.
  • 19 de septiembre de 2011

El 20 de septiembre de 2011 se celebra el primer aniversario de Todas las mujeres, todos los niños, una estrategia mundial para obtener el compromiso de los países con vistas a ofrecer una atención sanitaria que salve la vida a millones de mujeres y niños en el mundo en desarrollo antes de 2015. Esta serie ahonda en el área de la salud materna en varios países que año tras año registran el mayor índice de muertes maternas. El UNFPA, UNICEF, la OMS, el Banco Mundial y ONUSIDA —llamados colectivamente "Iniciativa Salud 4+"— están brindando su apoyo a estos países para obtener su compromiso con esta estrategia mundial.

BOGA, República Democrática del Congo — "Mis dos hijos pequeños nacieron en hojas de banana gracias a la ayuda de mi marido y de mujeres del pueblo", recuerda Antoinette Androsi, de 32 años, desplazada por la guerra durante más de seis años a la región nororiental de la RDC. "Utilizamos un machete para cortar sus cordones umbilicales, y uno murió pocos días después de nacer en los arbustos".

En su último embarazo, Antoinette pudo dar a luz por primera vez en su vida en una sala de maternidad. Los establecimientos sanitarios de la región carecen incluso de suministros básicos y, normalmente, exigen a las futuras madres que sean ellas quienes adquieran materiales como jabón, guantes, una cuchilla de afeitar y una sábana, todos ellos necesarios para poder practicar un parto higiénico. Como muchas mujeres no pueden permitirse comprar estos utensilios, a menudo terminan dando a luz en sus hogares o al aire libre, sin la ayuda de ningún profesional sanitario cualificado. Esta vez, sin embargo, gracias al esfuerzo conjunto de la organización internacional no gubernamental MEDAIR y el UNFPA, Antoinette fue una entre las más de dos mil mujeres que pudieron beneficiarse de kits para partos higiénicos en las provincias de Ituri y Kivu del Sur.

 

Las mujeres tienen que suministrar a las parteras materiales esterilizados

Esta vez no me sentí avergonzada, pues disponía de todo el material que necesitaba la partera. Muchas amigas mías tuvieron que abandonar el hospital y dar a luz en los arbustos porque no tenían dineroexplica Antoinette.

El centro sanitario de Boga, donde Antoinette dio a luz recientemente, proporciona atención sanitaria a más de 30 000 desplazados internos que han huido del conflicto armado. La prolongada lucha a lo largo de más de un decenio entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales en la región oriental de la RDC ha intensificado esta larguísima inestabilidad en la región, provocando el desplazamiento de más de dos millones de personas. Las mujeres —cuyas necesidades y problemas en materia de salud son a menudo pasadas por alto en épocas de crisis— se han visto afectadas de manera desproporcionada. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que las mujeres y los niños y niñas representan en términos generales en torno al 80 % de los desplazados y refugiados a nivel mundial.

Las mujeres que dan a luz en establecimientos sanitarios higiénicos y que cuentan con la ayuda de personal cualificado tienen muchas menos probabilidades de morir, perder a sus bebés o sufrir una lesión grave a consecuencia del parto, como la fístula obstétrica. Un profesional sanitario con conocimientos de partería está capacitado para facilitar un parto normal, identificar posibles complicaciones en una fase temprana y derivar a la mujer a la unidad de atención obstétrica de urgencia, siempre y cuando se tenga acceso a dicha unidad.

Una infraestructura devastada impide el progreso

Ya solo el desplazamiento puede impedir que una mujer tenga acceso a un establecimiento sanitario. Sin embargo, en el caso de la RDC, el conflicto ha destruido gran parte de las infraestructuras a nivel nacional, no solo establecimientos sanitarios, sino también carreteras, vías de transporte y redes. Recientemente, el UNFPA y sus asociados han apoyado encuestas nacionales sobre la cobertura de los servicios de obstetricia en determinados países, entre ellos la RDC. Los resultados de esta encuesta se publicaron en junio de 2011 en el primer informe del Estado de las Parteras en el Mundo. Para la RDC no se dispuso de datos suficientes.

En la RDC, el riesgo de muerte materna a lo largo de la vida de una mujer es de 1 entre 24, y el índice de mortalidad materna es de 670 muertes por cada 100 000 nacidos vivos. Las estimaciones calculan que un total de 19 000 mujeres mueren por causas derivadas de la maternidad en este país, lo que sitúa a la RDC en el grupo de seis países que de manera conjunta dan cuenta de la mitad de todas las muertes maternas.

Con financiación del Gobierno de Finlandia, el UNFPA ha estado trabajando con sus asociados para proporcionar servicios básicos de salud reproductiva de urgencia en la región. En coordinación con MEDAIR, se distribuyeron más de diez toneladas de medicamentos y equipos entre tres hospitales generales y 28 salas de maternidad de las cinco zonas sanitarias de la región. El destino de estos suministros fue proporcionar atención a al menos 900 casos de complicaciones obstétricas, 100 casos de violación y 2250 casos de enfermedades de transmisión sexual. Adicionalmente, 2500 mujeres embarazadas de la región recibieron kits individuales para partos higiénicos.

Los kits para partos higiénicos pueden ayudar a mitigar el problema

"Al principio, teníamos miedo de que los kits para partos higiénicos pudieran animar a las mujeres a dar a luz en sus casas", confiesa Agnes, una de las parteras del centro sanitario de Boga. "Sin embargo, al igual que ocurrió con Antoinette, pude lavarme las manos con jabón, ponerme guantes y cortar el cordón umbilical del neonato en un entorno higiénico. Incluso la semana pasada pude practicar con éxito una episiotomía [una incisión quirúrgica para evitar el desgarro vaginal durante el parto] a una adolescente gracias a la cuchilla que se incluía en el equipo. Los kits asisten en el trabajo de las parteras y enfermeras, y también ayudan a evitar el tétanos en los neonatos, una enfermedad que está muy extendida en la región.

El mejoramiento de la salud maternoinfantil en la región oriental de la RDC es el reflejo de una tendencia nacional. Sin embargo, si bien la mortalidad materna se ha reducido en casi un tercio entre 1990 y 2008, el descenso anual medio ha sido de tan solo un 1,7%, un porcentaje muy inferior al 5,5% anual necesario para poner al país en rumbo para alcanzar el quinto Objetivo de Desarrollo del Milenio. La mortalidad infantil en la RDC sigue situándose entre las más elevadas del mundo, con la muerte de casi uno de cada cinco niños y niñas antes de cumplir los 5 años. Por otra parte, cabe destacar que la esperanza media de vida en el país se sitúa en los 46 años.

El desarrollo en la RDC sigue estando impedido por el proceso permanente de recuperación y los brotes periódicos de conflicto. El país ocupa uno de los últimos puestos del Índice de Desarrollo Humano, concretamente el puesto 168 de un total de 169 países. Si bien es cierto que la seguridad está experimentando cierta mejoría, el Consejo de Seguridad ha ampliado recientemente el mandado de la misión internacional de mantenimiento de la paz en la zona oriental del país.

La brutalidad sexual agrava aún más el sufrimiento

La violencia sexual agrava aún más el sufrimiento que padecen las mujeres y los hombres en la RDC. Aunque es difícil documentar las cifras, la mayoría de los datos disponibles estiman que varios cientos de miles de hombres y mujeres han sido víctimas de violaciones en el país en el último decenio, y muchas de estas agresiones han sido de una brutalidad atroz. Las violaciones que tienen como resultado embarazos no deseados, infecciones por el VIH o una fístula agudizan aún más los riesgos para la salud de la mujer. Las víctimas supervivientes rara vez son compensadas a través del débil sistema judicial, lo que puede ocasionar que carezcan de los recursos económicos necesarios para poder hacer frente a sus complicaciones médicas.

El UNFPA está dando su apoyo a acciones integrales para pasar de una situación de recuperación inmediata después de un conflicto a la reconstrucción. El proyecto que suministra kits para partos higiénicos también respalda al Ministerio de Salud y a otros asociados humanitarios mediante la provisión de capacitación a los coordinadores de salud sexual de la provincia oriental. Al finalizar la capacitación, el gobierno regional incluyó por primera vez un plan de acción en materia de salud reproductiva entre sus prioridades para el período 2011-2015.

El Gobierno nacional también declaró su compromiso respecto a la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer y el Niño con el objeto de empezar a fortalecer el sistema de salud, incrementar la proporción de partos asistidos por personal cualificado hasta el 80%, mejorar la atención obstétrica de urgencia y extender el uso de métodos anticonceptivos. El Gobierno también está atacando las causas de la mortalidad maternoinfantil, como la malaria y el VIH/SIDA, proporcionando mosquiteros tratados con insecticidas y terapias antirretrovirales. Gracias al apoyo del UNFPA, también se está ofreciendo asistencia médica a las víctimas supervivientes de violaciones y se está abasteciendo a los establecimientos sanitarios con medicamentos y materiales para poder tratar la fístula.

— Assane Ba, UNFPA/DRC
 

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