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Temor y optimismo cuando la población mundial está a punto de alcanzar los 8 mil millones – en medio de una ralentización histórica de la fecundidad

Una trabajadora sanitaria se ocupa de los recién nacidos en el área neonatal financiada por el UNFPA del Hospital Al Shaab en Adén, Yemen. © UNFPA/Ala’a Aldoly
  • 11 Julio 2022

NACIONES UNIDAS, Nueva York – Las Naciones Unidas anunciaron hoy que se espera que la población mundial alcance los 8 mil millones el 15 de noviembre de 2022 ⸺un hito para la humanidad⸺ y se prevé que en 2023 India se convierta en el país más poblado, superando a China. Pero quizás un titular incluso más importante es que las tasas de fecundidad se encuentran en mínimos históricos: dos tercios de las personas viven en un país o zona con una fecundidad por debajo de la tasa de reemplazo de 2,1 nacimientos por mujer.

Estas nuevas cifras llegan en un momento de vertiginosa incertidumbre: la actual pandemia de COVID-19 ha acabado con la vida de más de 6 millones de personas en todo el mundo; se ha batido el récord de 100 millones de personas desplazadas forzosamente a causa de la violencia, persecución o conflictos; el cambio climático está asolando a los más marginados; y el retroceso en los derechos de las mujeres amenaza las vidas, dignidad, libertad y bienestar de las mujeres y niñas en todas partes.

Una mujer muestra fotografías.
Valentina, una refugiada ucraniana de 72 años que huyó de su casa durante la guerra con Rusia llega a la República de Moldova en busca de seguridad. Un creciente número de países se enfrenta al impacto e incertidumbre del envejecimiento de las poblaciones: para el año 2050, se prevé que las personas mayores de 60 años constituyan más del 20 por ciento de la población mundial. © UNFPA Moldova/Eduard Bîzgu

Aun así, llegar a esta cifra ⸺8 mil millones de personas compartiendo el planeta al mismo tiempo⸺ es también motivo para el optimismo. Es un signo del desarrollo de la medicina y de los sistemas de salud, una medida de las mejoras en educación y desarrollo, un hito en la supervivencia humana. Además, los niveles de fecundidad en descenso indican que muchas mujeres y niñas tienen cada vez más capacidad para ejercer control sobre su propia libertad reproductiva. 

Las reacciones ante esta noticia han sido, sin lugar a dudas, variadas.

«Que el mundo alcance esta cifra significa más ciencia, innovación y descubrimientos. Este crecimiento incentivará la tecnología y la investigación», considera Anton Massouh, un ingeniero de 24 años en Homs, Siria, que es optimista pese al destructivo e interminable conflicto en su país natal. «En mi opinión es fantástico».

Sin embargo, Abdulrahman Al-Ward, un joven activista de 26 años en Yemen, se muestra más cauteloso. También su país se ha visto sacudido por la implacable guerra. «Con la locura que hay en el mundo, más personas solo implicará más sufrimiento».

Un llamado para inversiones más inteligentes

Las primeras reacciones ante estos pronósticos y su potencial impacto llegaron fundamentalmente de la región de los Estados Árabes, donde hay una gran preocupación por las catástrofes humanitarias.

«Ante las crisis globales, como el cambio climático, la degradación de los recursos naturales, pandemias y guerras, creo que nuestro futuro está en peligro», sostiene Ibtihal Ait Layachi, matrona en la maternidad del hospital de Tetuán en Marruecos.

«Creo que nos dirigimos hacia la superpoblación, que está asociada a una gran desigualdad en la distribución de recursos y en la tasa de crecimiento del mundo», explica, aunque reconoce los desafíos de las bajas tasas de fecundidad: «Hay países en los que el envejecimiento es un problema real».

Otros son más prudentes, a pesar de las adversidades que han sufrido y presenciado durante sus vidas. Maimon Musfer, un entrenador de 31 años de un centro de servicios para jóvenes financiado por el UNFPA en Taiz, Yemen, dice que la cifra supone tanto esperanza como peligro. «Llegar a 8 mil millones de personas significa que el planeta está lleno de recursos humanos, que podrían conseguir el paraíso en la Tierra. Pero esto necesita de una inversión inteligente de esos recursos, si no será el infierno sin paz ni coexistencia».

Su compañera, Hind Al-Mujahed, de 26 años, expresa que la humanidad es capaz no solo de sobrevivir, sino de prosperar, siempre que los líderes implementen las políticas correctas. «Podríamos evitar problemas como la inseguridad alimentaria, el desempleo, etcétera, pero solo si existe una inversión firme en la población para que pueda ser productiva y cubrir las necesidades del mundo».

Empoderar a las mujeres y niñas

Varios participantes exigen empoderar a las mujeres y niñas como estrategia fundamental para construir un futuro mejor. Mervat Ismail Al-Hijjah, en Homs, Siria, afirma que en algunas partes del mundo, el matrimonio infantil y los embarazos adolescentes son los responsables de las altas tasas de fecundidad. «El motivo principal del crecimiento de la población es el matrimonio precoz en niñas menores de edad, sin opinión ni conciencia», asegura.

De hecho, un estudio reciente del UNFPA reveló que las madres que comienzan a tener hijos en la adolescencia suelen tener muchos más hijos, lo que refleja su marginación y falta de apoyo. Sin embargo, cuando las niñas reciben educación sexual integral, servicios sanitarios de calidad y acceso a formación y al empleo, son capaces de tomar decisiones informadas sobre si quieren quedarse embarazadas, cuándo y con quién.

Dos bebés son sostenidos por sus madres.
Madres y bebés esperan a ser atendidos por una matrona en el hospital de Ntimaru en Kehancha, Condado de Migori, Kenya. © UNFPA/Luis Tato

«La capacidad de tomar esta decisión libremente es fundamental», defiende Lama Al-Rida, una trabajadora social de 27 años con una organización benéfica local en Deir-Ez-Zor, Siria. «Todo el mundo debería aspirar a crear la familia que desee», afirma. «Es un gran logro para la humanidad llegar a los 8 mil millones: significa que estamos en el buen camino».

«Hay motivo para el optimismo cuando las mujeres están empoderadas para trazar su propio camino», añade Solvana Hisham Tayyar, en Lattakia, Siria. «Cuando una mujer está formada, es fuerte y no se encuentra a merced de nadie».

Independientemente del tamaño de la población mundial, los participantes coinciden en que los líderes y legisladores deben estar comprometidos con los derechos de cada persona. Tal y como lo resume el Sr. Musfer, en Yemen: «La Tierra pertenece a todos».

La Directora Ejecutiva del UNFPA, la Dra. Natalia Kanem coincide: «Las personas son la solución, no el problema. Las cifras importan, pero contemos con cuidado. Un mundo resiliente de 8 mil millones, un mundo que defiende los derechos y decisiones individuales, ofrece posibilidades infinitas: posibilidades para que las personas, las sociedades y nuestro planeta progresen y prosperen».

 

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