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Supervivientes de violencia de género en Sri Lanka en riesgo por el cierre de servicios esenciales de protección

El Jaffna Social Action Centre ofrecía formación en aptitudes para la vida a supervivientes de violencia de género, pero ha tenido que reducir drásticamente sus servicios porque Sri Lanka está sumida en la peor crisis socioeconómica de su historia. © UNFPA Sri Lanka
  • 19 de septiembre de 2022

COLOMBO, Sri Lanka – «En casos de violencia doméstica, las mujeres necesitan alojarse en una vivienda segura. Pero cuando una mujer me llamó y solicitó un medio de transporte, tuve que decirle que no teníamos suficientes fondos para trasladarla al refugio». 

Francine Princey trabaja en el Jaffna Social Action Centre, un refugio que recibe apoyo del UNFPA para supervivientes de violencia de género. Ha visto un pico en las llamadas de ayuda desde que Sri Lanka entrase en la peor crisis socioeconómica que el país ha experimentado en su historia. 

«Sin dinero, todas las familias tienen problemas», dice la Sra. Princey. «Los trabajadores no pueden conseguir empleo y entonces las familias enfrentan dificultades, incluida más violencia».

La escasez de combustible también hace que el transporte sea extremadamente caro, lo que limita las opciones de las supervivientes que buscan escapar de sus agresores y pone sus vidas en peligro aún más. En Sri Lanka, una de cada cuatro mujeres ha sido víctima de violencia física o sexual en algún momento de sus vidas, una cifra que se espera que aumente debido a la disminución de ingresos y al incremento de las tensiones en los hogares. 

Ahora, con los fondos gubernamentales a punto de agotarse y la escasez crónica hasta de los suministros más esenciales, el sistema nacional de atención sanitaria está colapsando por la presión. Los servicios de salud sexual y reproductiva se han visto gravemente interrumpidos, incluso en lo concerniente a lo esencial como la atención médica materna de emergencia, el acceso a métodos anticonceptivos y refugios para mujeres.

La escasez pone en peligro las vidas de mujeres y niñas

Un tablero que enumera la información del caso.
Un tablón en el Jaffna Social Action Centre muestra la complejidad de casos a los que el refugio presta ayuda, desde abusos sexuales hasta violencia doméstica. © UNFPA Sri Lanka

Un tablón en el Jaffna Social Action Centre muestra la complejidad de casos a los que el refugio presta ayuda, desde abusos sexuales hasta violencia doméstica. © UNFPA Sri Lanka 

Desde mediados de junio, el UNFPA ha financiado siete refugios para supervivientes de violencia de género en toda Sri Lanka. Sin embargo, a pesar de disponer de los fondos al menos para mantener las puertas abiertas, debido a la elevada inflación la mayor parte del personal no puede costearse el transporte o seguir trabajando por una fracción de sus sueldos anteriores a la crisis.

Francine vive cerca, así que puede caminar hasta el trabajo, pero admite que las dificultades se multiplican debido a la falta de dinero y a que el centro ya no puede ofrecer servicios básicos como el transporte: la limitación del combustible y el alto coste del transporte implica que las mujeres son solo trasladadas al refugio en vehículos gubernamentales si tienen una orden judicial de protección. 

Le preocupa que incluso si consiguen llegar al refugio, consigan recuperarse totalmente ante la falta de servicios integrales. Tras meses de escasez, el refugio Jaffna se ha visto obligado a dejar de ofrecer asesoramiento psicosocial y formación en aptitudes para la vida, que antes permitían a las supervivientes recobrar la autoestima y recuperarse financieramente. 

Rangi* tiene 21 años y lleva viviendo en el refugio más de un año. Dice que está apenada porque ya no puede enseñar a otras supervivientes aptitudes que les podrían ayudar a obtener ingresos y valerse por sí mismas.

Felpudos
Felpudos y otros productos tejidos hechos y vendidos en el refugio antes de la crisis actual. © UNFPA Sri Lanka

«Solíamos hacer felpudos», explica. «Teníamos las máquinas y el equipamiento, pero ya no disponemos de sogas ni de tinte. Si tuviéramos medios, podríamos enseñar a las jóvenes que vengan en un futuro».

«Todas las jóvenes aquí han experimentado muchos problemas y sufren mucho», afirma. «Cuando coso, me siento en calma y relajada. No le doy vueltas a mis problemas porque me centro en la tarea».

Prevenir la violencia, proteger a las supervivientes

Años de experiencia trabajando con supervivientes de violencia de género han enseñado a Francine lo que es posible cuando las mujeres obtienen la ayuda adecuada. «Cuando las mujeres venían aquí antes de la crisis, les enseñábamos aptitudes y las ayudábamos a sortear las circunstancias difíciles en la vida».

Para evitar que más iniciativas que salvan vidas como el refugio Jaffna tengan que cerrar sus puertas, el UNFPA ha lanzado un llamado para recaudar $10,7 millones para garantizar atención sanitaria sexual y reproductiva y servicios de protección contra la violencia de género para más de 2 millones de mujeres y niñas en Sri Lanka en 2022.

El objetivo de la respuesta es coordinar la prevención, protección y sistemas de derivación en el lugar para abordar la violencia sexual y de pareja y brindar información sobre los servicios disponibles a unas 300.000 mujeres y niñas.

Los fondos también cubrirán la distribución de equipamientos y suministros sanitarios esenciales, incluida atención obstétrica de emergencia y el manejo clínico de violaciones para satisfacer las necesidades de salud reproductiva de alrededor de 1,2 millones de personas. Se financiarán un total de 10 refugios, se ampliarán los servicios para las supervivientes de violencia de género y se ofrecerá a 12.500 mujeres programas de subsistencia.

*Nombre cambiado por razones de confidencialidad y protección 

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