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Según un nuevo informe, la escasez mundial de 900.000 matronas amenaza la vida y la salud de las mujeres

Parteras de un equipo móvil del UNFPA en un campamento de desplazados internos en Marib, Yemen © UNFPA Yemen
  • 04 de mayo de 2021

ERBIL, Iraq/NACIONES UNIDAS, Nueva York – “Una mujer embarazada de 35 años vino a nuestra clínica con dolor abdominal”, recordó Hawrin Yousif, una partera de 27 años en el campo de desplazados de Khazir, en la región del Kurdistán, en el norte de Iraq. “Después de efectuar un chequeo médico, entendí que había estado pasando por una labor de parto prematura durante las últimas cinco horas y debía ser llevada urgentemente al hospital de maternidad de Erbil”. 

Una ambulancia la transportó a toda prisa al hospital, pero la labor de parto de la mujer progresaba demasiado rápido. 

“La madre estaba muy asustada y me rogaba que recibiera a su bebé de manera segura: 'No lo deje morir', recuerda la Sra. Yousif que le pedía la madre. “Mi corazón se había acelerado. Sabía que estas vidas estaban en riesgo”.

Mediante la acción rápida pudo dar a luz al bebé de forma segura, pero muchas mujeres y recién nacidos no tienen tanta suerte.

Según un nuevo informe publicado por el UNFPA, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Confederación Internacional de Matronas (CIM) y sus asociados, el mundo enfrenta una escasez de unas 900.000 parteras. La crisis de la COVID-19 no ha hecho más que exacerbar estos problemas, al haber eclipsado las necesidades de salud de las mujeres y los recién nacidos debido a la respuesta a la pandemia y el despliegue de parteras en otras áreas de servicios sanitarios.

A midwife in a red headscarf and surgical face mask holds onto a newborn baby.
Partera en Iraq: Hawrin después de dar a luz a un bebé recién nacido en una ambulancia para salvar las vidas de la madre y del bebé. © Zhian 

Es hora de dar prioridad a las necesidades y capacidades de las mujeres

La fuerza laboral de partería mundial asciende ahora a 1,9 millones, aproximadamente dos tercios de lo que se necesita, según el informe titulado Estado Mundial de la Partería 2021. 

La desigualdad de género es uno de los factores que impulsan la enorme escasez de parteras. La falta crónica de inversión en partería pone de relieve cómo las necesidades de las mujeres y las aptitudes de una fuerza de trabajo principalmente femenina suelen ser descuidadas por los responsables de la ejecución política y los sistemas de salud. 

Los resultados de tal descuido son a menudo trágicos, y adoptan la forma de mala salud, muerte materna y neonatal, lesiones o mortinatalidad. Por otra parte, el pleno apoyo a la partería podría evitar el 67 % de las muertes maternas, el 64 % de las muertes de recién nacidos y el 65 % de los mortinatos, lo que salvaría aproximadamente 4,3 millones de vidas al año, según un análisis realizado como parte de este informe.

“Es hora de que los gobiernos reconozcan la evidencia relacionada con el impacto vital y de promoción de la vida que aporta la atención dirigida por parteras”, manifestó la Dra. Franka Cadée, presidenta de la CIM.

Las parteras como defensoras de las mujeres

Las parteras no sólo ayudan a traer al mundo a los bebés. Además ofrecen una amplia gama de servicios de salud sexual y reproductiva, así como atención prenatal, posparto y neonatal. También pueden servir como poderosas defensoras de una atención respetuosa y de los derechos de las mujeres. 

“Una partera capaz y bien capacitada puede tener un enorme impacto sobre las mujeres en edad fértil y sus familias, un impacto que a menudo se transmite de una generación a la siguiente”, explicó la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem.

Sin embargo, las parteras enfrentan una persistente discriminación de género que les impide alcanzar autonomía profesional y desempeñar roles de liderazgo. También deben soportar disparidades de género en lo relativo a la mejora de los salarios y el desarrollo profesional, lo cual afecta su permanencia en el trabajo.

A midwife in Guinea wraps a newborn in a blanket. She is wearing pink scrubs, gloves, a face mask and an apron.
Una partera en el Centro Médico Comunitario en Matam envuelve a recién nacidos en mantas calientes. © UNFPA Guinea

Impacto de la COVID-19

La pandemia de COVID-19 ha reducido significativamente la fuerza laboral de las parteras. En muchos lugares las parteras informan que no han recibido suficiente equipo de protección personal. Sin embargo, el personal de partería ha seguido trayendo bebés al mundo y prestando cuidados a pesar de las tensiones del sistema de salud y los riesgos para su salud personal.

“El mayor desafío fue convencer a las mujeres y niñas de que usarán mascarillas y cumplieran las medidas preventivas frente al COVID-19”, aclaró la Sra. Yousif al UNFPA, que apoya su centro de salud reproductiva con fondos de Canadá y Suecia. “Estamos decididas a ayudarles a mantenerse seguras y saludables. Mis colegas y yo fuimos de puerta en puerta visitando a las familias y explicándoles por qué era necesario acatar las medidas preventivas”.

“Debemos aprender las lecciones que nos enseña la pandemia”, declaró el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, “mediante la ejecución de políticas y la realización de inversiones que proporcionen mejor apoyo y protección a las parteras así como a otras y otros trabajadores de la salud”.

Además de pedir inversiones en educación y capacitación, el informe destaca la necesidad de mejorar el entorno de trabajo de las parteras e incluirlas en las funciones de formulación de políticas y liderazgo.

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