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Resumen del año 2020: Las 5 principales historias que afectaron a las mujeres y las niñas

En medio de la pandemia, las parteras de todo el mundo, como Selina Akter en Bangladesh, ayudaron a crear un mundo más seguro. Imagen cortesía de Selina Akter
  • 28 Diciembre 2020

NACIONES UNIDAS, Nueva York – No es sorpresa que una serie de medios informativos de todo el mundo hispanoparlante, lo mismo que el diccionario Merriam-Webster (en inglés), declararan que “pandemia” era la palabra del año Las principales historias tuvieron su origen en una historia esencial: La COVID-19, una enfermedad que afecta el sistema respiratorio, se transmite a través de la respiración y nos rodea en el aire. Todas las personas en el planeta fueron afectadas de un modo u otro, y nos unió a todas y todos en un terrible destino compartido. 

No obstante, hubo otra palabra que igualmente definió este año tumultuoso: “resiliencia”. Al momento en que 2020 se acerca a su fin, destacamos no sólo las maneras en que la pandemia afectó a las mujeres y las niñas, sino también cómo las personas de todo el mundo enfrentaron el desafío con determinación, el miedo con coraje y la desesperación con gracia. Sí, el año tuvo mucho que ver con pérdidas y carencias. Hemos visto cómo se han borrado años de progreso que tanto ha costado lograr, pero también hubo innovación, solidaridad y firmeza. A medida que el año llega a su fin y volteamos la vista para examinarlo, también miramos al futuro con un renovado sentido de enfoque, esperanza y ambición. He aquí por qué. 

El peligro de la pandemia: Entre las medidas de bloqueo, las presiones económicas y el miedo a contraer el virus en los centros de atención sanitaria, las mujeres embarazadas sufrieron una reducción del acceso a los servicios de salud. 

El cambio que se produjoEl Salvador instituyó la telemedicina; y en un mundo en que las y los trabajadores de primera línea (muchas y muchos sin equipo de protección personal [EPP]) se convirtieron en héroes, las parteras de AfganistánHaitíBangladesh e Irán, entre otros países, pusieron en riesgo sus vidas para ofrecer atención de salud materna. Los programas del UNFPA en todo el mundo también aumentaron la distribución de EPP entre las y los trabajadores sanitarios y las y los trabajadores de higiene, así como entre los pacientes.

As COVID-19 spread in Yemen, telecounsellors handled greater volumes of violence-related calls. © UNFPA Yemen
A medida que la COVID-19 se propaga en Yemen, las asesoras telefónicas, como Ishraq, que es sicóloga en un centro de la llamadas patrocinado por el UNFPA, manejaron mayores volúmenes de llamadas relacionadas con la violencia. © UNFPA Yemen

El peligro de la pandemia: Debido a las órdenes obligatorias de refugiarse en todo el mundo, las mujeres quedaron atrapadas por la fuerza con sus abusadores. El UNFPA hizo sonar la alarma ante esta pandemia en la sombra de un aumento repentino de la violencia basada en el género, y calculó en abril que seis meses de bloqueos podrían conducir a 31 millones de casos de violencia adicionales, y otros 15 millones de casos más por cada tres meses el bloqueo que el bloqueo continuara.

El cambio que se produjo: Como el acceso a refugios y asesoramiento en persona era limitado, el UNFPA y sus asociados optaron por soluciones virtuales, desde el aumento de los servicios de teleasesoramiento en BhutánYemen y Mongolia hasta la introducción de plataformas silenciosas como Viber y Messenger en Ucrania.   

El peligro de la pandemia: Debido a las interrupciones del servicio de apoyo y a las consecuencias económicas de la COVID-19, se prevén 13 millones de matrimonios infantiles adicionales en los próximos años. El aprendizaje remoto no es factible para todas las niñas y niños, y cuando se reabran las escuelas, las niñas podrían no regresar si sus familias, limitadas por problemas económicos, deciden educar sólo a los varones. En algunos casos, las niñas se casarán para convertirse en fuente de ingresos para sus familias, o porque se las considere una carga económica. 

El cambio que se produjo: Los programas presenciales de competencias para la vida dirigidos a empoderar a las adolescentes y elevar su estatus en la sociedad se vieron limitados por restricciones propias de la pandemia, motivo por el cual pasaron a la radio (en Nepal, Uganda, Ghana y Yemen) y a la televisión (Mozambique). Las redes sociales y los servicios de mensajería, como WhatsApp, se convirtieron en los principales canales de comunicación en varios países del Programa Mundial del UNFPA y el UNICEF para Acelerar las Medidas Encaminadas a Poner Fin al Matrimonio Infantil. Como estrategia de prevención se están utilizando las líneas telefónicas de ayuda, que han visto un aumento de las llamadas en busca de asistencia. 


Las proveedoras de servicios visitantes, como Kala Chaudhary,
​​​​​​mantuvieron activos los servicios de planificación familiar en Nepal durante la pandemia. © UNFPA Nepal

El peligro de la pandemia: Las medidas de bloqueo, las desaceleraciones de los establecimientos de salud, las perturbaciones de la cadena de suministro y la escasez de productos obstaculizaron el acceso de las mujeres a los métodos de planificación familiar. Según una encuesta de la Organización Mundial de la Salud, siete de cada 10 países sufrieron trastornos en los servicios anticonceptivos. El UNFPA y sus asociados estimaron que seis meses de cierres podrían dar lugar a que 47 millones de mujeres no tuvieran acceso a anticonceptivos. Las posibles consecuencias: 7 millones de embarazos no deseados, lo que podría dar lugar a complicaciones del embarazo, a la muerte de la madre y el niño, y a abortos inseguros, entre otras consecuencias. Por cada tres meses de bloqueo continuado, 2 millones adicionales podrían no ser capaces de usar anticonceptivos. 

El cambio que se produjo: Las y los trabajadores de divulgación en Egipto pidieron a las mujeres que se aseguraran de mantener la planificación familiar al día, fuera que eso significara darles un mayor suministro de anticonceptivos orales y ofrecerles métodos de acción más prolongada, como implantes con una eficacia de dos a tres años, o DIU que pueden durar 10 a 12 años. Convertir los centros de cuarentena en centros de planificación familiar en Nepal, desplegar servicios de mensajería para atender las necesidades de planificación familiar en Eswatini, o incluso usar servicios de transporte para entregar anticonceptivos en Uganda, todas han sido pruebas de que la necesidad aguza el ingenio. 

El peligro de la pandemia: La reducción de las economías podría desviar los presupuestos nacionales dirigidos a atender los problemas que enfrentan las mujeres y las niñas para luchar contra la pandemia. 

El cambio que se produjo: No ha habido ninguno. En lugar de incumplir los compromisos que contrajeron en la Cumbre de Nairobi de noviembre de 2019, los donantes los cumplieron o los superaron, y de ese modo enviaron un mensaje rotundo de que la salud y el bienestar de las mujeres y las niñas no son negociables. Los Gobiernos, las corporaciones, las organizaciones, las ONG y los individuos no emplearon el COVID-19 como tapadera para eludir sus responsabilidades. A modo de ejemplo, el Congo, lanzó una iniciativa de atención obstétrica de emergencia en agosto. Una inversión en las mujeres y las niñas es una inversión en nuestro futuro colectivo; una promesa hecha a ellas es una promesa hecha a nosotros mismos. 

 

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