Noticias

"Primero la escuela y después el matrimonio y los bebés"

Arnela, de 18 años, da el biberón a su hija de 18 meses en su cochecito, mientras Sabrina, de 17 años (a la izquierda), acuna a su hijo de 28 días. Fotografía © Jason D. Jones / UNFPA
  • 30 Octubre 2013
VISOKO, Bosnia y Herzegovina  — Al igual que muchas otras mujeres romaníes de Europa sudoriental, Arnela y Sabrina dieron a luz antes de cumplir 18 años. Las dos jóvenes madres de Visoko, en Bosnia y Herzegovina, son cuñadas y comparten la experiencia de haber visto sus sueños hacerse añicos por haberse quedado embarazadas demasiado pronto.
 
"Quería terminar los estudios y hacerme peluquera. Pero mis deseos nunca se hicieron realidad", dice Arnela.
 
Sabrina también esperaba acabar sus estudios y encontrar un trabajo, un lugar donde vivir, quizás su propio apartamento. "Pero todos mis sueños se derrumbaron", afirma.

Aunque según las leyes nacionales en toda Europa es ilegal, es común que las poblaciones romaníes casen a sus hijos a una edad temprana. "Casi la mitad se casan antes de cumplir 18 años y muchos lo hacen antes de los 15 años", declara Doina Bologa, la Directora del UNFPA para Bosnia y Herzegovina.

El Estado de la Población Mundial 2013 examina los desafíos de los embarazos adolescentes.

Enfrentadas a la exclusión social y económica por parte de la sociedad en general y a presiones dentro de sus propias comunidades, a menudo las niñas romaníes no tienen más opción que seguir las tradiciones, casarse siendo adolescentes y abandonar la escuela. Incluso si esto supone el fin de sus sueños y, a menudo, una vida de pobreza.

La mayoría de veces, al matrimonio a edad temprana le siguen el embarazo precoz y el parto. En la vecina Serbia, por ejemplo, la tasa de natalidad entre las adolescentes de la minoría romaní es de 158 mujeres por cada 1.000, más de seis veces mayor que la media nacional, que es de 24. En Bulgaria, más del 50% de las niñas romaníes dan a luz antes de cumplir 18 años. En Albania, la edad media de las madres romaníes cuando nace su primer hijo es de 17 años.

Según la Sra. Bologa, el embarazo precoz no solo limita las oportunidades de las adolescentes, sino que también supone importantes riesgos para la salud de las jóvenes madres y sus bebés.

Sin embargo, Melina Halilovic cree que hay una manera de romper el ciclo de la pobreza y los embarazos precoces. De origen romaní, y a pesar de haber perdido a sus dos progenitores a edad temprana, la Sra. Halilovic, que en la actualidad tiene 26 años, consiguió acabar sus estudios. Creó la Roma Youth Initiative ‘Be My Friend’ en Visoko y en la actualidad ayuda a adolescentes como Arnela y Sabrina.

"Para mí, el éxito es cuando los niños de nuestro taller nos dicen: 'Ahora nos vamos a la escuela'", afirma Melina. "Durante muchos años, hemos hablado con los padres, diciéndoles que deberían enviar a sus hijos a la escuela, incluso si no tienen dinero. Y me alegra cuando vienen a nosotros y nos dicen que ahora van al colegio. Creo que es nuestro mayor éxito. El de todos nosotros".

Una encuesta reciente muestra por qué la educación es tan importante: las niñas romaníes con enseñanza secundaria tienen muchas menos probabilidades de tener a su primer hijo siendo adolescentes (únicamente el 5,6%, en comparación con la tasa de embarazos de casi el 27% entre las mujeres romaníes de entre 15 y 19 años).

Sabrina, hablando desde su propia experiencia, se muestra de acuerdo: "El consejo que le daría a otra niña sería que acabe la escuela, que consiga todo lo que quiera y luego se case".

Utilizamos cookies y otros identificadores para mejorar su experiencia en línea. Al utilizar nuestro sitio web usted acepta esta práctica, consulte nuestra política de cookies.

X