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Para muchas niñas, las vacaciones escolares significan MGF

Asha Ali Ibrahim, encargada de circuncidar en su vecindario, aparece con su nieta que se someterá al corte genital este año. © UNFPA/Georgina Goodwin
  • 10 Agosto 2017

HARGEISA – Asha Ali Ibrahim, de 41 años, ha practicado la mutilación genital femenina (MGF) en niñas en Diaami, Hargeisa y otras partes de Somalia desde 1997. Julio y agosto son los meses de más trabajo en el año. “Esta es la temporada alta, cuando los padres llevan a sus hijas para que se les practique el corte,” dijo la señora Ibrahim al UNFPA.

Julio, agosto y septiembre son los meses de la “temporada de corte” para muchas niñas en el mundo. El descanso escolar para las niñas es el momento de la MGF y la recuperación posterior a ella. Aunque hay poca información recabada formalmente, los expertos manifiestan que la MGF es una práctica que se realiza habitualmente durante el período de vacaciones escolares en partes de Guinea, Nigeria y Somalia.

En algunos casos, hay niñas que viajan desde el extranjero para que se les realice esta práctica. Y en algunos lugares, es el paso previo al matrimonio infantil, que también puede ocurrir durante las vacaciones escolares.

La MGF se lleva a cabo por una variedad de razones. En algunos lugares, se cree que a las niñas de les debe hacer el corte para controlar su libido. En otros, se piensa que las niñas intactas son sucias o desagradables, o que realizar el corte es un prerrequisito para el matrimonio. Esta práctica puede causar problemas médicos graves, que incluyen hemorragia, infección, complicaciones en el momento del parto e incluso la muerte.

La señora Ibrahim se vio motivada en parte a proteger a las niñas. © UNFPA/Georgina Goodwin 

En todos los casos, la MGF se reconoce internacionalmente como una violación de los derechos humanos..

Peligros

Cerca del 98 por ciento de las mujeres y niñas en Somalia se han sometido a alguna forma de MGF, según una encuesta realizada en 2011. El tipo de mutilación genital femenina más común implica cortar los genitales y luego cerrarlos por medio de una sutura. Esto causa un daño significativo y a largo plazo.

Las niñas se someten a este procedimiento entre las edades de 7 a 10 años, pero la señora Ibrahim dice que las niñas del extranjero (especialmente las de Estados Unidos y Europa) son en general mayores, de entre 12 y 14 años. Ella manifiesta que “es un poco complicado realizar el procedimiento en tejido más maduro, y para las niñas mayores es más difícil que para las más jóvenes”.

La señora Ibrahim conoce bien algunos de los peligros de esta práctica. Cuando asumió la responsabilidad de circuncidar de su anciana madre, ella se motivó en parte por el deseo de proteger la salud de las niñas.

“Mi mamá usaba la misma cuchilla de afeitar en todas las niñas que cortaba. Mi hija se enfermó al poco tiempo de que mi madre le hizo el corte, y me informaron en el hospital que la infección la habría podido ocasionar el procedimiento mismo,” explicó. “Yo había estado reemplazando a mi madre, así que le dije que dejara de practicar la MGF y yo asumí la responsabilidad”.

La señora Ibrahim dice que la MGF es una práctica cultural importante. “La circuncisión es importante como transición hacia la edad adulta,” según le dijo al UNFPA. © UNFPA/Georgina Goodwin 

La señora Ibrahim utiliza una cuchilla de afeitar por cliente para evitar infecciones. Sus otras herramientas de trabajo incluyen una botella pequeña de lidocaína, jeringas desechables, bolitas de algodón, huevo crudo que dice que cura la herida y un mejunje en polvo de hierbas tradicionales y penicilina para prevenir infección, hilo blanco grueso para coser el corte en las niñas y metanol para limpiar. La señora Ibrahim obtiene estos insumos de venta libre en las farmacias locales.

A pesar de ser meticulosa, ha tenido percances. La señora Ibrahim dice que ha tenido que llevar de urgencia al hospital a niñas con hemorragia. Igualmente, está orgullosa de su trabajo y cree que es una práctica cultural importante. Niega que la práctica ocasione problemas en el momento del parto.

Debe practicarle el corte a su propia nieta durante esta temporada, pero el procedimiento se ha demorado porque la niña ha estado enferma. “Recientemente no se ha sentido bien y estoy esperando a que se sienta mejor para circuncidarla”, manifestó. “La circuncisión es importante como transición hacia la edad adulta. Convierte a una niña en mujer y, por esta razón, todas las niñas de mi vecindario deben someterse a la circuncisión”, contó al UNFPA.

El mundo está cambiando

“La escuela está cerrada por dos meses entre julio y agosto, y esta de hecho es la temporada alta para la práctica de la MGF”, dijo Ahmed Jama, un especialista del UNFPA que trabaja en el tema de la MGF. “Las niñas vienen de oeste y de Yibuti para que se les haga la práctica aquí”.

Cibaado Ismail conoce perfectamente los riesgos de la MGF. Su hija murió en el momento de dar a luz por complicaciones relacionadas con la práctica. © UNFPA/Georgina Goodwin 

El UNFPA se ha asociado al gobierno, personal de salud, organizaciones locales, así como a líderes religiosos y jóvenes activistas para incentivar a la comunidad y a los responsables de las políticas a abandonar esta práctica.

El año pasado, el Instituto de Ciencias de la Salud de Hargeisa revisó el plan de estudios de partería con la ayuda del UNFPA para enseñar a tratar las complicaciones relacionadas con la MGF durante el parto. El programa también capacita a las futuras parteras para que se conviertan en promotoras del abandono de esta práctica.

“El mundo está cambiando y los somalíes también”, dijo Nimo Hussain, directora del instituto.

Los líderes religiosos como el jeque Almis Yahye Ibrahim, de 47 años, está incentivando esos cambios. El director de la International Horn University es uno de los seis jeques de la región árabe que ha formado una red para luchar por el fin de la práctica de la MGF. El jeque también habla acerca de los peligros de la MGF a una audiencia de 5000 personas que asiste a la mezquita Ibrahim Dheere.

Pero las diferencias más significativas se verán en la generación de su hija, en la que no se está realizando la práctica a cada vez más niñas.

Ninguna de las hijas del jeque Ibrahim se ha sometido a dicha práctica. “No quiero destruir nada en ellas. Ellas deben permanecer tal como Alá las creó”, manifestó.

 

Los mayores cambios se verán en la próxima generación, cuando los jóvenes asuman el liderazgo y reevalúen la práctica. © UNFPA/Georgina Goodwin 

La juventud asume el liderazgo

Los jóvenes activistas de la red Y-Peer también han abordado la cuestión.

La red Y-Peer, impulsada por el UNFPA en 2002, capacita a gente joven que a su vez educa a los miembros de la comunidad en los temas de salud sexual y reproductiva. En Hargeisa, los activistas jóvenes de Y-Peer se dirigen al personal de la salud, miembros de la comunidad y a otra gente joven para hablar sobre una amplia variedad de temas, entre ellos la planificación familiar, la violencia de género, el matrimonio infantil y la MGF.

Y los jóvenes se han tomado estos mensajes muy en serio.

“Solo me casaré con una mujer que tenga más de 18 años y no haya sido víctima de la MGF”, declaró Abdirahman Mohamed, de 26 años, oficial del proyecto Y-Peer.

Mustafá, de 19 años, otro miembro de Y-Peer contó al UNFPA: “no me casaría con una mujer que se haya sometido a la MGF porque no quiero tener que vivir con las complicaciones de salud que esto conlleva”.

Aun así, estos valientes jóvenes son la excepción. La MGF está aún extendida y las consecuencias negativas continúan haciendo estragos en las vidas de mujeres y niñas.

Cibaado Ismail, con sus 80 años, lo sabe perfectamente. Vive en el campamento Rugta para desplazados internos, en las afueras de Hargeisa.

Su hija murió a los 17 por complicaciones durante el parto. El bebé también murió. La señora Ismail dice que la MGF fue la causa.  

“Una campaña de concienciación sobre la MGF en el campamento me ayudó a entender las consecuencias negativas de esta práctica”, dijo la señora Ismail. “Desde entonces, he prohibido que a mis diez nietas se les realice esta práctica.”

– Pilirani Semu-Banda

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