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Obligada a ser madre antes de tiempo: niña sobreviviente de violación en las Comoras lucha por finalizar la escuela

Mariama fue violada en la casa de un vecino con tan solo 13 años y fue obligada a ser madre precozmente. Las Comoras ya cuenta con elevadas tasas de violencia de género, pero hay muchas más mujeres y niñas que no denuncian agresiones o abusos por miedo al estigma social, a la discriminación e incluso al empobrecimiento económico. © UNFPA Comoras/Melvis Kimbi
  • 26 de septiembre de 2022

MORONI, Las Comoras – «Le seguí hasta el interior de la casa. No sabía que iba a violarme». Con tan solo 13 años, un vecino agredió sexualmente a Mariama* cuando regresaba a casa desde la escuela: nueve meses después, cuando todavía era una niña, se convirtió en madre. 

«Con 16 años tengo una hija de casi un año y medio». 

Alrededor del 17 por ciento de las mujeres en las Comoras ha sufrido al menos un incidente de violencia física o sexual en su vida, y más de un 30 por ciento de las niñas son casadas cuando son todavía niñas. La mayoría de los casos de violencia fueron denunciados por chicas jóvenes, explica Said Ahamed Said, desde el Ministerio de Salud: «El año pasado recibimos 173 denuncias de violencia sexual, de las que 162 fueron contra chicas jóvenes menores de 17 años».

Una mujer habla con un trabajador de la salud.
Una terapeuta en el Servicio de Escucha y Protección para Niñas y Mujeres Víctimas de Violencia charla con Mariama en Moroni, la capital. © UNFPA Comoras/Melvis Kimbi

Pese al trauma y al terror, Mariama tuvo determinación para buscar ayuda y justicia. Se dirigió al Servicio de Escucha y Protección para Niñas y Mujeres Víctimas de Violencia, que cuenta con el respaldo del UNFPA, en Moroni, la capital, en busca de asesoramiento. 

«Mi tía había oído hablar del centro a través de una amiga y me trajo aquí», dice. El centro le brindó ayuda médica y jurídica y, tras la detención del hombre, realizó un seguimiento del caso en los tribunales.

Los servicios de protección ayudan a las sobrevivientes a reconstruir sus vidas

El Sr. Said declara que los casos de violencia oficialmente denunciados pueden ser solo la punta del iceberg y apunta a las normas sociales, así como a la vulnerabilidad económica de las mujeres. 

«Se considera tabú que las mujeres denuncien la violencia. Mientras que compartan la casa con el hombre, es muy raro que den el paso. Las mujeres no suelen tener una fuente de ingresos y no existen servicios sociales para manejar estos casos, ni lugares donde puedan encontrar refugio», explica. 

Las mujeres también suelen evitar el divorcio porque normalmente sufren las consecuencias económicas, añade el Sr. Said. «Cuando un hombre se divorcia de una mujer, ya no se ocupa de los hijos». 

Aun así, hay razones para el optimismo, afirma. «Tras 17 años de la existencia de este centro, es esperanzador ver que las personas son ahora más conscientes y pueden denunciar la violencia, en comparación con cómo eran las cosas antes». 

El UNFPA brinda apoyo al Servicio de Escucha proporcionando servicios de partería y anticoncepción, atención posviolación y pruebas de detección de infecciones de transmisión sexual, así como derivaciones a hospitales. Desde 2021 existe atención psicológica para ayudar a las mujeres y niñas que han sido abandonadas y tienen que cuidar solas a sus familias.

Brindar justicia y ayuda para las mujeres y niñas

El UNFPA trabaja para vigilar y poner fin a todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas en las Comoras, a través de programas de fortalecimiento de capacidades para asociados, líneas de atención telefónica gratuitas a las que las sobrevivientes pueden llamar para obtener ayuda y asistencia médica y jurídica. 

El carácter de urgencia para garantizar la rendición de cuentas en la violencia sexual se subrayó en un evento paralelo de la reciente 77.ª Asamblea General de las Naciones Unidas, que enfatizó la necesidad de centrarse ante todo en las necesidades y derechos de las sobrevivientes. 

La Directora Ejecutiva del UNFPA, la Dra. Natalia Kanem aseguró: «El enfoque que promovemos, centrado en las sobrevivientes, se basa en escuchar a las sobrevivientes, tratarlas con dignidad y abogar por una respuesta centrada en sus necesidades y deseos».

«Muy pocas tienen acceso a la justicia y la mayoría de los perpetradores nunca responden por sus delitos. Tal impunidad silencia a las sobrevivientes y alienta a los perpetradores».

Para Mariama, la justicia fue, desmoralizantemente, corta: su violador fue puesto en libertad tras solo un año de prisión. «Todavía lo veo en nuestro vecindario, pero siempre me mantengo alejada o cambio de camino. Si intentase hablar conmigo, no le respondería», dice.

Una mujer anónima se sienta.
Ahora, a los 16 años, Mariama está resuelta a finalizar su educación y convertirse en abogada para luchar por los derechos de otras sobrevivientes de violencia de género. © UNFPA Comoras/Melvis Kimbi

Aunque teme ser atacada de nuevo, se muestra desafiante: «Mi objetivo ahora es mi educación: quiero ser abogada». 

Mariama quiere luchar por ella misma y por otras, en especial por su hija. «Quiero que pueda defenderse mejor y defender a otras jóvenes que puedan sufrir cualquier forma de abuso». 

Es un objetivo que la Dra. Kanem planteó para las mujeres y niñas en todo el mundo: «La violencia sexual no es inevitable», manifestó. «No podemos permitir que se normalice de ninguna manera. Esta es una emergencia global que requiere de nuestro pleno compromiso, colaboración y movilización: las mujeres y niñas no pueden esperar».

*Nombre cambiado por razones de confidencialidad y protección

 

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