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Los jóvenes LGBTQIA+ de Laos encuentran paz, un propósito y una comunidad

Los programas educativos le enseñaron a Toutou, de 18 años, sobre salud sexual y reproductiva y ayudaron a responder preguntas sobre su orientación sexual. © UNFPA República Democrática Popular Lao
  • 17 de mayo de 2021

VIENTIANE, República Democrática Popular Lao — Mientras crecía, Bill no tenía a donde acudir en busca de ayuda sobre la confusión que sentía acerca de su identidad de género. En la escuela secundaria, los compañeros de clase solían burlarse de su amaneramiento, y la llamaban “sissy” y “kathoey” (un término peyorativo para referirse a las personas transgénero). “Las personas podían ver quién era yo, pero no muchas entienden y aceptan que esta es nuestra realidad, y que es normal que sea diferente”, se lamentó Bill, una mujer transgénero de 27 años. “Tengo que ocultarme del público y evitar hablar de mi identidad de género con todas y todos, incluso con mi familia”.

Toutou, de 18 años, está iniciando la vida universitaria, y luchó con su bisexualidad cuando comenzó a sentir atracción hacia otras niñas en la escuela secundaria. “Nadie habla sobre la idea de personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero…. Nada en las escuelas ni en ningún otro lugar”, se quejó. “No tenía a nadie a quien comunicar mis interrogantes, ni estaba segura de que hubiera alguien en quien confiar”.

Ambas recurrieron a internet en busca de respuestas a sus preguntas, y para encontrar una comunidad y explorar sus identidades.

“Cansada de refrenarme”

En las redes sociales, Bill descubrió Proud to Be Us Laos (PTBUL), una organización que aboga por personas lesbianas, bisexuales, gais, transgénero, queer e intersexuales (LGBTQIA+) y que se ha asociado con el UNFPA para universalizar la educación en salud sexual y reproductiva. Comenzó como voluntaria y empezó a aprender acerca de sus derechos y sobre comportamientos riesgosos que podrían poner en peligro su salud, y eventualmente se reveló al mundo.  


Como mujer transgénero, Bill encontró comunidad en el socio del UNFPA Proud To Be Us en Laos, donde comenzó como voluntaria y ahora es educadora de jóvenes LGBTQIA+ y vulnerables. © UNFPA República Democrática Popular Lao

“Hoy estoy orgullosa de mí misma. Este es mi verdadero yo”, manifestó. “Me había sentido intranquila hasta que encontré las agallas para hablar sobre cómo quiero ser. Le dije a mi familia que estaba cansada de refrenarme. Me dejé crecer el pelo y compré ropa femenina para ser una mujer completa en mi alma y en mi apariencia”. 

Ahora es educadora y utiliza materiales elaborados por el UNFPA para organizar sesiones educativas entre pares y ampliar los programas existentes, incluso sobre la violencia basada en el género y los derechos humanos. Muchas y muchos jóvenes LGBTQIA+ sufren problemas de salud mental por discriminación y estigma, y no se dan cuenta de que tienen derecho a vivir con respeto y dignidad como cualquier otra persona. En su trabajo, Bill toca todo, desde la intimidación y el sexo seguro hasta qué especialización profesional elegir en la universidad y cómo prepararse para una entrevista de trabajo.   

Tomar mejores decisiones

Toutou descubrió en línea la labor del UNFPA, a saber, la educación sexual integral y los espacios seguros favorables a la juventud con diversas orientaciones sexuales e identidades de género. “Cuando me inscribí en programas educativos apoyados por el UNFPA oí por primera vez sobre la salud sexual y reproductiva, sobre mi cuerpo y la pubertad, y todo eso me ayudó a entender mis sentimientos y a tomar mejores decisiones a nivel emocional e íntimo”, recordó.  

Los programas están diseñados en colaboración con el Gobierno de la República Democrática Popular Lao, con trabajadores sanitarios, maestros, padres y dirigentes comunitarios, y están dirigidos a promover el derecho de los jóvenes al acceso a la información, la atención y la asistencia. Recientemente, una clínica móvil se acercó a los jóvenes de zonas remotas para ofrecerles conocimientos sobre cómo proteger sus cuerpos y sus vidas. 

Toutou ha participado desde entonces en los eventos de PTBUL y se ha sentido cada vez más a gusto en su propia piel, si bien aún no les ha comunicado a sus padres acerca de su orientación sexual. Recientemente parecieron aceptar a un hermano suyo que se identificó como gai, y eso la hizo sentirse menos extraña en su entorno familiar y le ha dado esperanza.   

El sueño de Bill son los programas educativos para las familias. “El momento más feliz de mi vida fue cuando mis padres me presentaron a sus amigos como su hija”, manifestó. Ella quiere que otras personas que viven en silencio y en las sombras también vivan esa satisfacción. 

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