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Los 10 mitos más comunes sobre el matrimonio infantil

Las consecuencias del matrimonio infantil son devastadoras y tienen un gran alcance. Foto ilustración de Whitney Kidder. © UNFPA/Whitney Kidder
  • 12 Febrero 2015

NACIONES UNIDAS, Nueva York – Pese a la condena generalizada del matrimonio infantil, la práctica persiste en todo el mundo, perpetuada por una mezcla nociva de pobreza y desigualdad de género. Sus efectos son devastadores; sin embargo, la cuestión suele malinterpretarse en gran medida.

Uno de los pasos cruciales que deben darse hacia la erradicación del matrimonio infantil de una vez por todas es la disipación de estas concepciones erróneas. A continuación, el UNFPA desmonta diez de los mayores mitos sobre esta práctica, sus causas y sus consecuencias

Mito 1: El matrimonio infantil es algo excepcional.

El matrimonio infantil es bastante común. Alrededor de 1 de cada 3 niñas de países en desarrollo se casa antes de los 18 años.

Según nuevas estimaciones del UNFPA, solo en este año, 13,5 millones de niños —la mayoría niñas— se casarán antes de cumplir los 18 años. Aproximadamente 4,4 millones contraerán matrimonio antes de cumplir los 15. Esto da como resultado 37 000 matrimonios infantiles al día.

Mito 2: Solo ocurre en países musulmanes, africanos o pobres.

En realidad, el matrimonio infantil se produce en todo el mundo, y afecta a todos los continentes, culturas y religiones. Ocurre incluso en países occidentales ricos, tales como los Estados Unidos y el Reino Unido. Sin embargo, es mucho más común en países en desarrollo, dado que uno de los principales factores desencadenantes es la pobreza.

En Europa Oriental y Asia Central, el 10% de las niñas ha contraído matrimonio. En los Estados Árabes, estas representan el 19%. En otras regiones, la cifra asciende hasta un 43%.

La mayoría de los matrimonios infantiles se producen en Asia y el Pacífico, la región más poblada. Allí, alrededor de 40 millones de niñas están casadas.

Mito 3: Solo les pasa a las niñas.

Es cierto que la vasta mayoría de los matrimonios infantiles implica a niñas, pero los niños también se ven afectados, igual que ellas. Según estimaciones de UNICEF, el 18% de los que se casan antes de los 18 años son niños, mientras que el 82% son niñas.

Mito 4: La erradicación del matrimonio infantil significa interferir en los asuntos de otros países. Son ellos los que deben decidir.

Países de todo el mundo han decidido que el matrimonio infantil es una violación grave de los derechos humanos.

Dos de los acuerdos sobre derechos humanos ratificados por un mayor número de países en todo el mundo, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, prohíben el matrimonio infantil. Todos los países salvo uno han firmado o ratificado ambos tratados. Y la excepción, Sudán del Sur, ha tomado medidas para ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño.

El problema no persiste porque los gobiernos permitan el matrimonio infantil, sino por la pobreza crónica y la desigualdad de género. 

Países de todo el mundo coinciden en que el matrimonio infantil es una violación de los derechos humanos. Foto ilustración de Whitney Kidder. © UNFPA/Whitney Kidder 

Mito 5: Solo unos monstruos casarían a sus hijas siendo niñas.

Puede resultar difícil imaginar por qué alguien decidiría casar a su hija, pero, para millones de personas, el matrimonio infantil puede parecer la mejor —o la única— opción.

Los padres pobres, por ejemplo, suelen creen que el matrimonio asegurará el futuro de una hija al hacer a otra familia responsable de su cuidado. Y los padres que se encuentran en medio de una crisis humanitaria, donde la violencia sexual está muy extendida, pueden ver el matrimonio infantil como una forma de proteger a sus hijas. De hecho, se sabe que las tasas de matrimonio infantil se disparan durante el caos de la guerra.

Mito 6: Entonces, se trata de un asunto familiar, ¿no?

Las consecuencias del matrimonio infantil no se limitan a la familia, sino que afectan a sociedades y países enteros.

Las niñas que contraen matrimonio tienen más probabilidades de quedarse embarazadas antes de que sus cuerpos hayan madurado, por lo que los riesgos de muerte materna y neonatal aumentan. También es mucho más probable que estas niñas dejen de ir a la escuela —con lo que se desaprovecha su potencial— y sus propios hijos tienden a sufrir carencias de salud y de educación.

Esto supone un daño acumulativo para las comunidades, las fuerzas de trabajo y las economías, y la pérdida se arrastra durante generaciones.

Mito 7: Estas niñas deben de estar completamente desamparadas.

En realidad, las niñas pueden desempeñar un enorme papel en la erradicación del matrimonio infantil cuando conocen sus derechos y tienen acceso a la información y las oportunidades adecuadas.

Por ejemplo, a través del programa Action for Adolescent Girls (Acción para las adolescentes) del UNFPA, niñas de 12 países de Asia, África y América Latina están conociendo sus derechos. Estos incluyen su derecho a la dignidad, a la educación y la salud, a vivir sin abusos ni coerción y a elegir, cuando sean adultas, si quieren casarse y con quién.

Las niñas del programa también reciben una información y una atención que resultan claves, como la educación sexual integral y la formación en habilidades para la vida. Reciben atención sanitaria y participan en grupos de ahorro, que les ayudan a adquirir conocimientos básicos de economía. Estas destrezas y servicios suelen empoderar a las niñas para que se valgan por ellas mismas.

Las niñas, dotadas de estos conocimientos y destrezas, han convencido a sus familias para que retrasen o cancelen sus compromisos. Muchas se han animado a convertirse en defensoras de la causa y dirigentes de sus comunidades. Cuando la gente empieza a ver a adolescentes sanas, educadas, solteras y a salvo como algo normal, se pueden cambiar las percepciones y las expectativas sobre el matrimonio infantil.

Mito 8: Solo mediante penas duras se puede acabar con esta práctica.

La mayoría de los países ya han promulgado leyes firmes contra el matrimonio infantil. Aunque es cierto que estas leyes necesitan una mayor aplicación, por sí solas no pueden erradicarlo.

Cuando los padres temen por la seguridad de sus hijas, es que se necesitan mayores medidas de seguridad. Deben producirse avances en la igualdad entre los géneros. Y la pobreza extrema, que conduce a tantos matrimonios infantiles, debe erradicarse. Para ello es necesario hacer muchos cambios, como la creación de redes de protección social para las niñas y sus familias, así como la garantía de un mejor acceso a la educación, los servicios de salud y las oportunidades económicas.

Las consecuencias del matrimonio infantil afectan a sociedades enteras, a países y al mundo. Foto ilustración de Whitney Kidder. © UNFPA/Whitney Kidder  

Mito 9: Este asunto no me afecta.

Cuando se socava el potencial de un tercio de las niñas de los países en desarrollo, las consecuencias afectan a todo el mundo. La pérdida de su potencial colectivo es inconmensurable y repercute en la economía y la fuerza de trabajo del mundo entero.

Tratemos de imaginar un mundo donde decenas de millones de niñas han recibido educación, están sanas y empoderadas, donde toda comunidad se beneficia del pleno potencial de su creatividad y su iniciativa. Por culpa del matrimonio infantil, todos nos perdemos sus ideas, destrezas y soluciones.

Mito 10: No puedo hacer nada contra el matrimonio infantil.

Existen muchas maneras de ayudar a erradicar el matrimonio infantil, desde programas de apoyo que abogan por los derechos humanos, el empoderamiento de las niñas y el liderazgo de los jóvenes, hasta el alzamiento de nuestra propia voz sobre este asunto.

Atraer la atención de los líderes públicos y mundiales hacia estas cuestiones puede ayudar a convertirlas en una prioridad internacional. Los jóvenes pueden compartir sus preocupaciones —y de hecho lo hacen— sobre estos temas a través de la campaña #ShowYourSelfie, que se presentará a los líderes mundiales en la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2015. Muestre su apoyo para la erradicación del matrimonio infantil compartiendo su autofoto con la etiqueta #IDONT.

 

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