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Las parteras yemeníes ayudan a llevar esperanza en Ramadán

La comadrona Rahma cuida de Halima, que va a dar a luz en su casa, que ha sido habilitada como un hospital de maternidad. © UNFPA Yemen
  • 01 de abril de 2021

SANA’A, Yemen – Con frecuencia se ha dicho durante la pandemia mundial que los trabajadores esenciales no pueden trabajar desde casa, pero la peor crisis humanitaria del mundo exige medidas extraordinarias. En un país asolado por el conflicto, donde sólo la mitad de los centros sanitarios funcionan y sólo uno de cada cinco restantes ofrece atención materna, las parteras están creando espacios en sus propios hogares para clínicas de maternidad improvisadas. Allí prestan atención prenatal básica, atención de parto y atención posnatal, y remiten los casos con complicaciones a centros de salud equipados para prestar atención obstétrica de emergencia. 

En 2020, el UNFPA capacitó a parteras comunitarias en aldeas y zonas rurales remotas, y estableció 170 dispensarios para el hogar al sufragar los gastos de renovación, equipo tal como máquinas de ultrasonido, medicamentos y suministros de salud reproductiva. Una maleta solar proporciona iluminación, carga el teléfono móvil y facilita el monitoreo fetal electrónico. 

Llenando las lagunas de atención materna

Las clínicas no sólo han llenado las lagunas en la atención de la salud materna y reproductiva, sino que también han sido eficaces cuando los hombres proveedores de servicios enfrentan limitaciones en la prestación de servicios a las mujeres debido a prácticas culturales y religiosas. 

Desde que abrió su clínica hace más de un año, en el barrio económicamente deprimido de Sawan, Rahma ha ayudado a más de 120 mujeres. Además de partería, efectúa chequeos y presta servicios de planificación familiar, cirugía menor y primeros auxilios. Su horario ha sido reservado por embarazadas que darán a luz durante el Ramadán (del 13 de abril al 12 de mayo), una temporada que debe ser de alegría, pero que ha sido dominada por el estrés debido a las hostilidades implacables sumadas a la inquietud económica propia de un típico aumento en los costos de los alimentos y demás productos. "Siento dolor y tristeza al pensar en estas mujeres, su condición económica y de salud es muy mala", se lamentó Rahma. "Durante el Ramadán, los precios se disparan, lo que hace aún más difíciles sus vidas".

Aumentan los precios y las presiones

Una mujer cuya fecha de parto cae dentro del mes sagrado musulmán es Halima, de 38 años. Rahma trajo al mundo al primer hijo de Halima, Khaled, que ahora tiene 6 años, y ha ofrecido seguimiento al segundo embarazo de Halima desde el principio. 

"La guerra arrecia por días, y esto tendrá un efecto negativo sobre nuestras vidas", explicó Halima. "Mi marido está desempleado y sin ingresos, los precios se duplicaron de manera loca y nos cortaron servicios como el gas y el combustible domésticos. A medida que sigan aumentando los gastos, “tendré que soportar muchos costos. Es una carga muy pesada". 

Antes de que se abriera la clínica de Rahma, la prima de Halima y su bebé murieron durante el parto porque la familia no podía permitirse llevarla a un centro médico privado. Aunque los servicios de Rahma son gratuitos, Halima se preocupa por cómo pagar el alquiler, el transporte y los medicamentos. Rahma también está preocupada por el deterioro de las condiciones. 

"Hay quienes vienen a mi clínica con síntomas de desnutrición que pueden causarles grandes daños (incluso la muerte) a sí mismas y a sus fetos", explicó Rahma. "La gente ya no puede suministrarse el sustento diario. Creo que hay una hambruna y que las mujeres y los niños son los más vulnerables".

El UNFPA hizo un llamamiento por un monto ascendente a USD 100 millones para prestar servicios de salud reproductiva y protección a las mujeres en Yemen hasta fines de 2021. Hasta la fecha sólo se ha recibido el 13 por ciento de esa cantidad.  

A pesar de la terrible situación, Halima se permite imaginar mejores tiempos: “Espero que cuando dé a luz, la guerra haya terminado y se inicie la paz. Espero poder ver crecer a mis hijos”.

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