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Las parteras salvan vidas, pero la obstetricia necesita más apoyo

Imama, la partera (izquierda), realiza un control de Salma y su recién nacida en Cox's Bazar, Bangladesh. © UNFPA Bangladesh/Fahima Tajrin
  • 04 Junio 2019

COX'S BAZAR, Bangladesh/VANCOUVER, Canadá -Salma acunaba a su recién nacida en la sombra, buscando alivio del calor de su choza de lona en el atestado campamento de refugiados donde viven. Su hija mayor y unos vecinos la acompañaban y sonreían a la bebé. Ella es una "niña especial", afirman.

Salma es rohinyá y, al igual que otros cientos de miles de personas, escapó a Cox's Bazar, en Bangladesh, tras la violencia en su comunidad de origen en Myanmar.

Cuando Salma tenía pocos meses de embarazo se le acercó un trabajador sanitario de la comunidad que se enteró de que Salma había tenido nueve abortos, ocho en Myanmar y uno después de llegar a Bangladesh.

El trabajador sanitario la instó a visitar un centro de salud apoyado por el UNFPA y atendido por parteras. 

"Recuerdo cuando llegó, con una niña adoptada que la seguía a todas partes", recuerda la supervisora de parteras. "La mandamos a la ciudad para que se hiciera exámenes, y así fue como descubrimos que tenía diabetes".

La diabetes de Salma y sus antecedentes de aborto llevaron a que su embarazo se considerara de alto riesgo. Se le instó a recibir servicios prenatales regulares para una cuidadosa vigilancia.

Bajo la orientación de su partera, Salma diligentemente hizo visitas de control cada dos semanas. Cuando comenzaron los dolores de parto, acudió a la clínica por sí misma. Con la asistencia de Imama, una partera, dio a luz a una hija sana.

Un llamado a la acción

Cada mujer embarazada merece un parto seguro, incluso si está viviendo en una situación de crisis humanitaria. Las parteras pueden proporcionar este cuidado, y salvar vidas en el proceso.

Sin embargo, en el mundo, 830 mujeres mueren cada día a causa de enfermedades prevenibles por causas relacionadas con el embarazo, es decir, una mujer cada dos minutos.


Salma y su familia agradecen a Imama y a otros trabajadores de la salud
en su comunidad por el parto seguro de su criatura. 
© UNFPA Bangladesh/Fahima Tajrin

La inversión en la educación, regulación y apoyo de las parteras podría eliminar la gran mayoría de estas muertes innecesarias, aseguraron el domingo expertos en el Cuarto Simposio Mundial de Partería, en Vancouver, Canadá.

Cuando se educan a partir de las normas internacionales, las parteras podrían evitar más del 80 % de todas las muertes maternas, mortinatos y muertes de recién nacidos, según un estudio de 2014.

"La partería introduce un cambio radical que contribuye a poner fin a las muertes maternas prevenibles", aseguró Arthur Erken, del UNFPA, en el evento, que fue organizado por el UNFPA, la Confederación Internacional de Matronas y la Organización Mundial de la Salud, en colaboración con Jhpiego, el UNICEF, Laerdal y la Asociación Canadiense de Matronas. 

Los participantes también hicieron un llamamiento a la acción en el simposio, que tuvo lugar al margen de la Conferencia de Women Deliver.

"Cada partera debe tener la oportunidad de trabajar en un entorno propicio", declara el llamado a la acción. 

Este entorno incluye: la posibilidad de realizar una práctica plena; la capacidad de tomar y ser responsables de decisiones independientes dentro del ámbito de la práctica regulada; una infraestructura sanitaria funcional con suficientes recursos humanos, apoyo, equipos y suministros; acceso a colaboración, consulta y referencia oportunas y respetuosas; seguridad del daño físico y emocional; y remuneración justa.

Lo que el mundo necesita

En Bangladesh, mientras Salma descansaba fuera con su familia, Imama, la partera, llegó para hacer una visita domiciliaria. 

Salma la saludó cálidamente. Salma y su familia agradecen a Imama, y a otros trabajadores de la salud, por el parto seguro de su criatura. 

Todas las mujeres merecen tener el mismo confort, atención y confianza en su personal sanitario.

"Inversión en las parteras y apoyo para que realicen su trabajo", razonó en el evento de Vancouver Anneka Knutsson, experta en salud sexual y reproductiva del UNFPA, "eso es lo que quieren las mujeres, y lo que el mundo necesita". 

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