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Las parteras garantizan la vital atención de salud reproductiva de las mujeres que regresan a Afganistán

La partera Zul Haja muestra algunos de los suministros de salud reproductiva que ofrece a las mujeres en la clínica Zero Point de la provincia de Kandahar, en Afganistán, en la frontera con Pakistán. © UNFPA/Stenly Sajow
  • 31 de marzo de 2022

KANDAHAR, Afganistán – En la clínica de Zero Point, en la provincia afgana de Kandahar, justo en la frontera con Pakistán, la partera Zul Haja trabaja a menudo hasta tarde en la noche para ayudar a las repatriadas que necesitan atención urgente. “Las mujeres agradecen los servicios y el tratamiento que brindamos, que son cosas a las que no tenían acceso fácil al otro lado de la frontera.

Nos aseguramos de que comprendan la importancia de cubrir sus necesidades de salud reproductiva y las consecuencias de descuidarlas”, explicó la Sra. Haja, quien está a cargo de la dependencia de maternidad de la clínica apoyada por el UNFPA, donde las mujeres reciben remisiones en casos de parto seguro, información sobre planificación familiar, tratamiento de infecciones de transmisión sexual, atención prenatal y apoyo psicosocial básico. Tras haber enfrentado extrema pobreza y precarias condiciones de vida en su condición de refugiadas, sus pacientes hoy en día son casi todas repatriadas que regresan a Afganistán, a pesar de la actual crisis humanitaria en que se encuentra sumergido el país. 

La falta de servicios sanitarios pone vidas en peligro

Las necesidades de salud sexual y reproductiva han aumentado vertiginosamente para las mujeres y las niñas desde la toma de posesión de los talibanes en agosto de 2021, ya que estas enfrentan acceso restringido a los servicios y limitada libertad de circulación. Diversos informes muestran que, a menos que se adopten medidas urgentes ahora, para 2025 podría producirse la asombrosa cantidad de 4,8 millones de embarazos no planificados, además de un potencial aumento del 50 % en la tasa de mortalidad materna. 

El riesgo de embarazos no planificados aumenta a medida que lo hacen la explotación y la violencia sexual durante las crisis y los conflictos, según se van afectando los mecanismos de protección y las redes de apoyo social. En Afganistán, los problemas de derechos humanos de larga data y la limitada capacidad de procurar o recibir atención de salud reproductiva han llevado al país a alcanzar una de las tasas de mortalidad materna más altas de la región de Asia y el Pacífico. En el momento presente, ese fenómeno, combinado con unos niveles cada vez más alarmantes de hambre y malnutrición y un aumento de problemas en materia de protección, ha dado lugar al creciente deterioro de la situación.  

El UNFPA ha hecho un llamamiento humanitario que procura recaudar 251,9 millones de dólares para seguir ampliando los servicios dirigidos a atender las necesidades de salud reproductiva y protección de 9,3 millones de personas, incluidas 2,2 millones de mujeres en edad de procrear, 2,3 millones de adolescentes y 289.000 mujeres que se espera den a luz este año.  El llamamiento cubre el 42 por ciento del objetivo de las Naciones Unidas de llegar a 22,1 millones de personas con asistencia humanitaria, para lo cual la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas está celebrando hoy una conferencia sobre promesas de contribuciones con el propósito de financiar los 4,44 miles de millones de dólares necesarios

UN car in Afghanistan
El UNFPA permanece y sigue trabajando sobre el terreno para proteger los derechos reproductivos y la salud de las mujeres en todo Afganistán, incluidas las zonas más difíciles de alcanzar © UNFPA Afganistán

La negación de los derechos fundamentales de millones de mujeres y niñas 

Cada dos horas muere una afgana por complicaciones del parto o del embarazo, en muchos casos debido a la falta de atención de salud reproductiva, la cual incluye parteras capacitadas. El apoyo a la clínica de Zero Point es sólo una de las intervenciones del UNFPA en el contexto de la crisis humanitaria que se sigue desencadenando, con más de un cuarto de millón de personas alcanzadas en todo el país con servicios de salud reproductiva y protección durante los meses críticos de agosto a diciembre de 2021. 

En 2022, el Dr. Aleksandar Sasha Bodiroza, Representante del UNFPA en Afganistán, explicó que, “para garantizar que no queden mujeres ni niñas atrás, estamos ampliando y aumentando el número de estos centros, a fin de llegar a más mujeres, niñas y jóvenes, especialmente a las que se encuentran en las zonas más remotas y menos atendidas de Afganistán”. 

En lo que va de año, el UNFPA ha adquirido más de 470 botiquines de salud reproductiva con medicamentos y suministros médicos que ayudarán a hasta 695.000 mujeres y niñas. Los equipos móviles de salud, las líneas directas gratuitas para la asistencia de partería, las casas de salud familiar, las clínicas de emergencia y los centros de protección forman parte de la respuesta y siguen funcionando. 

Mientras se prepara para atender a otra paciente, la Sra. Haja mira por la ventana al muro que separa ambos países. Con la preocupación marcada en el rostro, confiesa que no puede evitar pensar en sus compatriotas afganas que están del otro lado: “Siempre rezo para que estén bien”.

 
 

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