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Las muertes maternas prevenibles descienden desde 2000, pero el ritmo de progreso es lento

La disminución de las muertes maternas está lejos de ser adecuada, afirman funcionarios del UNFPA. En Yemen, una mujer embarazada enferma de cólera recibe atención. © UNFPA Yemen
  • 19 de septiembre de 2019

UNITED NATIONS, New York – Datos de 2017 muestran que aproximadamente 810 mujeres mueren cada día por causas evitables relacionadas con el embarazo y el parto. Esto refleja una reducción aproximada del 38 % en la tasa de mortalidad materna global entre 2000 y 2017, explica un nuevo informe del UNFPA y sus organismos asociados de las Naciones Unidas publicado hoy. Sin embargo, estas cifras no mueven precisamente a celebración; en realidad, representan una tendencia preocupante en el ámbito de la salud materna, en que el ritmo de descenso está muy lejos de los objetivos acordados internacionalmente. 

La gran mayoría de las muertes maternas son prevenibles, pero estas últimas estimaciones muestran que intervenciones sencillas, rentables y que salvan vidas no llegan a las mujeres y niñas que las necesitan. 

"Nos complace apreciar una reducción en la mortalidad materna, pero el descenso está lejos de ser suficiente", declaró la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, quien destacó que "cientos de miles de mujeres siguen muriendo cada año por causas evitables. Esto es inaceptable". 

Hay que aumentar dramáticamente los esfuerzos

Los líderes mundiales han acordado repetidas veces comprometer los recursos y esfuerzos necesarios para salvar las vidas de las madres.

En 1994, en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, 179 gobiernos adoptaron el objetivo de reducir la tasa de mortalidad materna en un 75 por ciento para 2015. El objetivo de una reducción del 75 por ciento de las muertes maternas fue aprobado nuevamente poco después de la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas en 2000.

Ninguno de estos objetivos se cumplió.


Medidas básicas, como la atención prenatal y la atención especializada durante el parto, pueden prevenir la mayoría de las muertes maternas. © UNFPA

En 2015, los dirigentes mundiales se reunieron nuevamente en las Naciones Unidas para aprobar los ambiciosos Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esta vez, los Objetivos reclaman  una reducción de la mortalidad materna por debajo de las 70 muertes por cada 100.000 nacidos vivos.

"Es momento de acelerar el ritmo para salvar las vidas de las mujeres y cumplir con nuestro objetivo global de mortalidad materna para 2030", enfatizó la Dra. Kanem.

En 2017, según el informe, la tasa de mortalidad materna era de 211 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos: unas 295.000 muertes en ese año.

La tasa media anual de reducción de la mortalidad materna ha sido tan sólo de 2,9 %. Los países necesitarán, como mínimo, una reducción de la tasa del orden del 6,1 % entre 2016 y 2030 para alcanzar la nueva meta global.

"Las nuevas estadísticas indican que este objetivo no se alcanzará a menos que aumentemos y aceleremos dramáticamente nuestros esfuerzos orientados a mejorar la atención de la salud materna mediante el fomento general de la salud sexual y reproductiva", aclaró Anneka Knutsson, Directora de la División de Salud Sexual y Reproductiva del UNFPA.

Como dato alarmante, cabe señalar que las tasas de reducción anual están estancadas o van disminuyendo en los 10 países con las más altas tasas de mortalidad materna: Sudán del Sur, Chad, Nigeria, Sierra Leona, la República Centroafricana, Somalia, Mauritania, Guinea-Bissau, Liberia y Afganistán.

Y dos países han mostrado un claro aumento en el índice de muertes maternas: los Estados Unidos de América y la República Dominicana.

Tenemos que mejorar

La gran mayoría de las muertes maternas ocurre en entornos de bajos recursos. Sin embargo, hay medidas básicas que permiten enfrentar las principales causas de estas muertes, que incluyen hemorragias graves, infecciones, hipertensión arterial, complicaciones del parto y aborto inseguro.

La atención prenatal y la atención especializada durante el parto pueden ayudar a detectar y tratar la hipertensión arterial. La atención especializada durante el parto puede garantizar una buena higiene que permita prevenir las infecciones. La administración de oxitocina después del parto reduce el riesgo de hemorragia mortal, y la prestación de servicios voluntarios de planificación familiar impide tener que recurrir a abortos inseguros.

"Sencillamente tenemos que mejorar. Tenemos que hacernos responsables", concluyó la Sra. Knutsson.

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