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“Las matronas son el vínculo”. El educador Duncan Shikuku habla sobre la importancia de ayudar a los profesionales de la salud materna a atenuar los temores de las mujeres y salvar vidas

Las matronas capacitadas conforme a las normas internacionales, debidamente autorizadas, reguladas, plenamente integradas en los sistemas de salud y que trabajan en equipos profesionales pueden contribuir a evitar alrededor de dos tercios de todas las muertes maternas y neonatales. © UNFPA Kenya
  • 01 de marzo de 2023

NAIROBI (Kenya) - El educador de matronas Duncan Shikuku nunca olvidará el día de 2011 en que una madre primeriza entró de urgencia en el hospital donde trabajaba, en brazos de su familia. 

“Estaba desfallecida y sangraba. La perdimos en cuestión de minutos”, recuerda Shikuku. “Nadie debería tener que decirle a una familia que un ser querido ha muerto, sobre todo cuando se podría haber evitado”. 

Según un nuevo informe de las Naciones Unidas —“Trends in maternal mortality” (Tendencias en la mortalidad materna)—, cada día se producen cerca de 800 muertes maternas, y casi todas ellas son evitables. A pesar de que la mortalidad materna mundial ha disminuido en más de un tercio en las últimas dos décadas, cada año cientos de miles de mujeres y niñas (la mayoría de las cuales viven en África Subsahariana y Asia Central y Meridional) siguen falleciendo por complicaciones evitables, como hemorragias e infecciones, por el simple hecho de que no disponen de soluciones, de largo conocidas, a su alcance.

“Es inaceptable que tantas mujeres sigan muriendo innecesariamente durante el embarazo y el parto”, afirma la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA. “Podemos y debemos mejorar esta situación”.

En Kenya, una vasta mayoría de los nacimientos que se registraron en el país entre 2018 y 2020 contaron con la supervisión de proveedores cualificados y tuvieron lugar en establecimientos sanitarios. Sin embargo, estas cifras eran más elevadas entre las mujeres más ricas y con mayor nivel educativo que viven en las ciudades que entre las mujeres con menos recursos y menor nivel educativo que viven en zonas rurales. Además, un tercio de las mujeres declararon no haber asistido al mínimo de cuatro consultas prenatales que recomiendan los expertos sanitarios para mejorar los resultados de salud materna.

La mujer que llegó al hospital de Shikuku había dado a luz en casa y solo había acudido a una consulta prenatal. “Ojalá fuera un caso aislado, pero no lo es”, se lamenta Shikuku. “Una matrona comunitaria podría haberla salvado, pero no hay suficientes”. 

La capacitación de matronas salva vidas

Las matronas capacitadas conforme a las normas internacionales, debidamente autorizadas, reguladas, plenamente integradas en los sistemas de salud y que trabajan en equipos profesionales pueden contribuir a evitar alrededor de dos tercios de todas las muertes maternas y neonatales. No obstante, el déficit mundial de matronas, que se estima en 900.000 profesionales, pone en riesgo millones de vidas.

Para hacer frente a esta escasez es necesario aumentar la inversión en matronas, lo que incluye su educación y capacitación. También es preciso combatir los sesgos de género que pueden traducirse en salarios deficientes y en una falta de apoyo a las profesionales. 

Duncan Shikuku, un enfermero-matrón reconvertido en educador de matronas, sostiene que estos problemas han derivado en una carencia de matronas en Kenya. “Ante la falta de reconocimiento de la profesión y la clamorosa necesidad de inversión en el sector, muchos futuros profesionales de la salud eligen otro camino”, asegura. 

A fin de lograr su objetivo de que no mueran más mujeres durante el parto, Shikuku —con el apoyo de la Alianza para la mejora de la enseñanza obstétrica (AIME, por sus siglas en inglés), de la que el UNFPA es miembro fundador— ayudó a diseñar un programa esencial de capacitación en línea dirigido a educadores de matronas y profesionales de la atención materna sobre temas relacionados con las principales causas de mortalidad materna. La iniciativa se puso en marcha en 2022 y ya han participado más de 43.000 profesionales sanitarios. 

“Los módulos en línea que hemos diseñado cambian las reglas del juego”, recalca Shikuku. “Brindan capacitación a matronas y profesionales sanitarios en torno a cuestiones como la preeclampsia, y proporcionan información que permite a las mujeres disfrutar de embarazos más seguros y experiencias más positivas”. 

A photo of Duncan Shikuku
El educador de matronas Duncan Shikuku trabaja actualmente en la Liverpool School of Tropical Medicine. © UNFPA/Duncan Shikuku

Un millón de vidas en juego

Según el nuevo informe de las Naciones Unidas, si no se acelera el ritmo actual de progreso mundial en la reducción de la mortalidad materna, podrían morir un millón de mujeres de aquí a 2030.

En Kenya, Duncan Shikuku lidera la lucha por proteger la vida de las madres y conseguir que las mujeres reciban una atención respetuosa y humana. 

“Algunas mujeres me confiesan que tienen miedo al parto, pero podemos hacer que esto cambie”, señala. “Podemos garantizar a las mujeres el derecho a una atención de la salud adecuada en el momento más vulnerable e íntimo de su vida”. 

Para muchas mujeres esta labor es claramente determinante; una madre incluso bautizó a su hijo con el nombre de Duncan Shikuku, en reconocimiento de la maravillosa atención que este le había brindado durante el parto.

“Sigo recibiendo mensajes de madres diez años después de que atendiera sus partos: nunca lo olvidan, y yo tampoco”, confiesa. “Las matronas son el vínculo entre el embarazo y la vida en el mundo exterior. ¿Qué hay más importante que eso?

Ojalá todos pudiesen verlo”.

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